Este es un tema difícil de abordar ya que hay mucho tabú al respecto, pero la realidad es que muchos ciclistas sufren de adormecimiento en sus zonas íntimas mientras andan en bicicleta. Este tipo de problemas, aunque no deben preocuparnos mucho, no son normales y no es algo a lo que tenemos que acostumbrarnos, en este artículo te daré algunos tips para resolverlo.

Andar en bicicleta ejerce naturalmente una presión en la zona de nuestro cuerpo que está apoyada en el asiento, pero no todo el mundo sufre este problema porque cada uno tiene una anatomía distinta. El adormecimiento ocurre cuando se presionan los nervios por períodos prolongados que impiden el suministro de sangre.

Si tienes problemas de adormecimiento te recomiendo hacer un “bike fit”. Una de las principales causas de este tipo de problemas que veo entre los ciclistas con los que trabajo, ya sea en las manos o en las zonas íntimas, es la posición del ciclista, especialmente aquellos que quieren adoptar una posición agresiva para ser más aerodinámicos como sus ídolos de la televisión.

Una posición agresiva sobre la bicicleta generalmente se asocia con varios problemas, como dolor de cuello y espalda, pero también podría estar causando el adormecimiento que puedes estar experimentando.

Cuando bajamos el manubrio para ir más aerodinámicos y estiramos más la espalda, lo que tenderás a hacer para intentar llegar allí es rotar la pelvis hacia adelante y este exceso ejercerá presión extra sobre tu zona púbica, lo que podría aumentar la presión sobre el nervio que causa el adormecimiento.

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La solución obvia aquí es probar una posición menos agresiva sobre la bicicleta, con un alcance más corto y una altura de manubrio más alta. Es algo que también podría aliviar otros problemas que puedas estar experimentando, ya que muchos ciclistas aficionados son culpables de adoptar algo demasiado agresivo como los profesionales, aunque no tienen ni la flexibilidad ni la elasticidad para hacerlo.

Si bien el asiento puede parecer ser el culpable y ciertamente parece la causa obvia de este problema, a menudo es la posición la que necesita ajustarse. Esto es algo que veo muy seguido entre los ciclistas con los que trabajo.

Lo primero que reviso cuando alguien se queja de este problema durante el “bike fit” es la altura del asiento, su retroceso y la inclinación que tenga. Hay veces que el ciclista tiene el asiento perfecto, pero si la punta está inclinada unos milímetros más hacia arriba de lo que debería, aumenta la presión sobre los nervios y resulta ser demasiado incómodo durante el pedaleo. En este caso no hay que cambiar de asiento, nivelar la punta resolvería el problema por completo.

Generalmente, un asiento debe colocarse en un ángulo plano, aunque inclinarlo ligeramente hacia abajo también aliviará más la presión. La tentación aquí es inclinar agresivamente el sillín hacia adelante, lo que resolvería muchos de sus problemas de entumecimiento, pero solo los trasladaría a otras áreas de tu cuerpo. En una posición tan inclinada hacia abajo, las caderas no pueden proporcionar el apoyo necesario, que normalmente pasa a los brazos, lo que genera una tensión adicional en las manos, los hombros y el cuello.

Si tienes problemas y molestias mientras vas en bicicleta busca asesoramiento profesional. No te enfoques en verte como los ciclistas que ves en la televisión disputando el Tour de Francia. A veces queremos buscar la aerodinámica y nos enfocamos en las áreas equivocadas. Acuérdate que un ciclista cómodo es un ciclista que rinde mejor y no vale la pena arriesgarse a lesiones o simplemente dejar de pedalear porque deja de ser placentero.