Unos videos en redes sociales dan cuenta de protestas en uno de los restaurantes más lujosos de la Ciudad de México, el Ling Ling que se encuentra en el hotel Ritz Carlton en Reforma, donde vemos a un par de personas vociferando en medio de los comensales sobre la supuesta situación laboral en el restaurante. Lo que sabemos hasta el momento es que un sindicato de la CROC infiltró un par de trabajadores para alborotar el tema dentro de la fuente de trabajo.
Lo que vamos a explicar es cómo operan este tipo de conflictos sindicales en los centros de trabajo, para que trabajadores y empresarios sepan exactamente los escenarios que se viven en nuestro país con los sindicatos de industria que sobrevivieron al 2023.
Actualmente con la reforma laboral para poder emplazar a huelga e iniciar un procedimiento de organización de los trabajadores es necesario que el 30% de los que laboran en la fuente de trabajo estén de acuerdo con formar parte de un sindicato, pero eso es solo el primer paso, luego tendrían que lograr que la mayoría (51%) estén de acuerdo con la firma de un contrato colectivo de trabajo o un movimiento de huelga. Esto es un avance de la reforma de 2019, pues anteriormente, sin la aprobación de los trabajadores los sindicatos emplazaban a huelga a quien querían.
Los escenarios que se presentan en este tipo de conflictos con sindicatos “profesionales” de la extorsión, siempre dejan a los trabajadores expuestos, pues son utilizados para los intereses de los líderes sindicales.
Seguramente habrá un acercamiento con el líder sindical de la organización, lo cual abre dos escenarios muy comunes, que se preste a una negociación recibiendo dinero para que se retire del conflicto, obviamente cobrando caro su tajada, o la otra, que solicite que le firmen el contrato colectivo para no hacer más violento el conflicto, lo cual coloca a los dueños del restaurante en una posición de secuestro de por vida, porque les estarán sacando dinero cada año tanto de las cuotas sindicales como de gastos por las revisiones salariales y contractuales. El sindicato terminará administrando las propinas, y las condiciones reales de los trabajadores no van a cambiar. Como podemos ver no son los trabajadores los que llevan la mano en estos conflictos, a pesar de la reforma laboral, siguen siendo los líderes sindicales que tienen sindicatos de industria nacional o local, que les permiten seguir con el negocio de los contratos colectivos de trabajo.
Un tercer escenario es que no lleguen a ningún acuerdo, lo que generalmente genera represión y despidos de algunos trabajadores, los que se hayan prestado a los actos de violencia, en tanto no se logra conseguir el apoyo del 30% estos trabajadores quedan expuestos a su despido sin poder participar en ningún movimiento sindical. El patrón puede apostar a meter otro sindicato o bien a que no se logre el apoyo mayoritario de los trabajadores y que todo se diluya.
Como se puede ver, los trabajadores directos del restaurante quedan relegados siempre, solo son utilizados por los líderes que les prometen mejores condiciones de trabajo, pero son los mismos sindicatos que han funcionado como sindicatos de protección durante los últimos 50 años, permitiendo la subcontratación y manteniendo a los trabajadores con salarios de miseria.
La mejor salida que podrán encontrar los trabajadores y el propio restaurante es que se organizara un sindicato de empresa, solamente con trabajadores que laboran realmente en la fuente de trabajo, que no entren líderes sindicales charros que viven del negocio de los sindicatos, para que de forma conjunta encuentren la forma de mejorar las condiciones de trabajo en el restaurante, que seguramente tendrán que atender de inmediato.
Que quede claro, en este caso sabemos que es la CROC, pero puede cualquiera de los miles de líderes sindicales de las centrales que han vivido de esta extorsión sindical por décadas, con la total protección del Estado. La CANIRAC y todas cámaras industriales se lamentan de este tipo de situaciones, pero ellos fueron los que en parte crearon y fomentaron a todas estas centrales sindicales, para mantener a los trabajadores con sindicatos blancos de protección, pero muchas veces sus mascotas los desconocen y se volteaban a morder a su dueño.
Esto es lo que deberá ser un cambio real en materia sindical, la verdadera democracia de los trabajadores, sin sindicatos de industria que mantengan el negocio de los líderes.
Vladimir Ricardo Landero Aramburu. Maestro en Derecho por la UNAM.
X: @riclandero