Estimados lectores, como bien lo saben hemos seguido de manera puntual el caso de Boeing, no solo por las repercusiones que existen dentro de la fabricante, sino porque sus cuitas han terminado por afectar a toda la industria aeronáutica.

Comenté muy brevemente la audiencia o “interrogatorio” al que fue sometido el CEO de Boeing, Dave Calhoun, por parte del Senado norteamericano. Imágenes impactantes, porque estaban presentes los familiares de las víctimas de los accidentes fatales del avión modelo B373MAX.

Toca el turno de abordar qué pasa del otro lado de la moneda; resulta que le han pedido a un juez los familiares de las víctimas que designe una especie de “supervisor”, para que verifique a cabalidad si en verdad Boeing está cumpliendo con las recomendaciones hechas para mejorar el cumplimiento de los estándares de calidad y el seguimiento puntual de las normas de seguridad aérea.

Y es que en la audiencia del 18 de este mes salió a la luz que Boeing continuaba sin acatar las recomendaciones hechas durante 2019 y 2020, y que al contrario, la empresa trató de engañar a la Agencia Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) diciendo que todo marchaba perfectamente en la compañía fabricante de aviones.

La solicitud se le hizo al juez Reed O´Connor, según lo dado a conocer por la agencia de noticias Reuters, pidiendo una supervisión a Boeing mucho más estricta que la que se ha mantenido hasta la actualidad; sin embargo, la petición hecha por los familiares debe de ser avalada por un tribunal.

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Por otro lado, varios medios de comunicación reportan que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos está por presentar cargos penales en contra de la fabricante de aviones Boeing, por la pifia de la familia MAX.

En verdad, tan fácil que hubiera sido permitir a los ingenieros y diseñadores de Boeing realizar un nuevo equipo, que cubriese con las nuevas necesidades del mercado, pero aquí sí que aplica un dicho muy sabio: “salió más caro el caldo, que las albóndigas”. Porque ya vimos que rediseñar sobre otro avión, más que ahorros, les ha traído más gastos y dolores de cabeza.

Se maneja que los posibles cargos penales en contra de Boeing podrían por terminar de darle la puntilla a la otrora joya de la corona norteamericana de la aviación. Esto derivado de que en el 2021 acordaron entre Boeing y el Departamento de Justicia gringo resolver sobre los cargos que había interpuesto la FAA por defraudación en la certificación del avión B737MAX. Con ese acuerdo en otros momentos se evitó cualquier responsabilidad penal.

Según lo que recoge el medio CNN en Español “Entre declaraciones engañosas, verdades a medias y omisiones comunicadas por los empleados de Boeing a la FAA, habían ocultado problemas potenciales con el defecto de diseño.”

Por supuesto que Boeing no se iba a quedar con los brazos cruzados y su postura es la de impugnar las acusaciones de los fiscales en el sentido de que la fabricante violentó los acuerdos de 2021 entre el Departamento de Justicia y ellos.

Por eso los familiares de las victimas de los fatales accidente de los aviones “MAXES”, aprovechando que Boeing está siendo escudriñada profusamente, enviaron una carta al Departamento de Justicia, solicitando se multe a la armadora por “el crimen corporativo más mortífero en la historia de Estados Unidos”.

Creo que la cantidad es lo de menos, pues ni todo el dinero del mundo traerá a la vida a sus familiares fallecidos en esos fatales accidentes, y es que según lo trascendido, la multa que están solicitando se le imponga a Boeing es de alrededor de 24 mil 900 millones de dólares.

Una cantidad -debo decirlo-, imposible de cubrir, pues en su último informe financiero, Boeing tenía en liquidez poco más de 6 mil 900 millones de dólares, así que ni yendo a bailar a Chalma consiguen dinero para pagar la multa que están sugiriendo los familiares de las víctimas.

Por supuesto que el incidente del vuelo de Alaska Airlines, solo vino a atizar más la hoguera, ya que la fabricante ha tenido pérdidas económicas de más de 31 mil millones de dólares, después de que tuvieron que inmovilizar sus modelos MAX durante casi dos años.

Pero lo que realmente preocupa a los que manejan las riendas en Boeing es la pérdida de su calificación crediticia. Y es que si le fincan los delitos penales, las consecuencias no son menores.

Como lo he venido sosteniendo a lo largo de varias columnas, a pesar de todas las pifias y las consecuencias que tenga que enfrentar esta fabricante de aviones, se sabe que el gobierno norteamericano tiene contratos con la división de aviación militar de Boeing, y el 40% de los ingresos de la armadora norteamericana son gracias a este sector.

Expertos cercanos a este caso consideran que lo más probable es que lleguen a un nuevo acuerdo con Boeing, para salvarlo de los cargos penales que le pesan encima. Tal y como lo han dejado entrever, sería una especie de “supervisión adicional”, como también un monitoreo más estricto.

Aquí la finalidad es salvarle las espaldas al costo que sea. Ahora, por otra parte, Boeing está teniendo un respiro, pues su contrincante Airbus ha anunciado que -derivado de la falta de materiales de construcción- ha decidido bajar el ritmo de la construcción de aeronaves.

Y es que ya vimos que Airbus también está metida en el ajo con el tema del titanio falso, que fue utilizado en la construcción de varios aviones modelos A220.

A través de un comunicado la fabricante francesa anunció: “En aviones comerciales, Airbus se enfrenta a persistentes problemas específicos de la cadena de suministro, principalmente en motores, aeroestructuras y equipos de cabina. La compañía asumió un costo de 900 millones de euros tras revisar todos sus programas e identificar desafíos técnicos y comerciales adicionales. Principalmente por la actualización de las hipótesis sobre los calendarios, la carga de trabajo, el aprovisionamiento, los riesgos y los costos a lo largo de la vida de determinados programas de telecomunicaciones, navegación y observación.”

Para que tengan una idea más cercana, la lista de espera se ha disparado de un promedio de un año a dos para las entregas de las aeronaves, a más de siete años para poder obtener un equipo de vuelo. Sí, todo esto es consecuencia de una guerra que no se ve para cuando va a terminar entre Rusia y Ucrania.

Otro gran motivo es Spirit Aerosystems, porque no solamente le fabrica a Boeing, sino también a Airbus y es que la noticia más reciente es que es muy probable que Airbus se quedará a cargo de la operación de las 4 plantas de esta compañía. Ya veremos sobre este particular que acontece.

Y sí, a Boeing le llueve sobre mojado. Un vuelo de Korean Air, operado en un B737MAX8, después de despegar del aeropuerto de Internacional Incheon, sufrió un desplome severo y una despresurización que conllevó a su retorno a dicha terminal aérea con varios pasajeros que tuvieron que ser atendidos y remitidos a hospitales, por sufrir de dolores de cabeza, oídos, mareos y sangrados de nariz.

Este incidente se suma al de un vuelo de la aerolínea Virgin Australia que recientemente tuvo que aterrizar de emergencia por fuego en un motor, en este caso un B737-800.

Todo esto mientras sale a la luz la noticia de que la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) viajará próximamente a China para ver todo lo referente a la certificación del COMAC C919, un avión que busca competir directamente con los caballitos de batalla de Boeing como el B373MAX y el de la fabricante francesa Airbus, el A320/A321NEO, dejando claro que pronto habrá más competidores en el cielo.

Para concluir, Sam Mohawk, un inspector de calidad de Boeing declaró en contra de ellos por no haberle dado seguimiento a su denuncia sobre más de 400 piezas defectuosas que terminaron en varias aeronaves B737MAX; esto dentro de las audiencias que se están celebrando en el Senado norteamericano.

Por supuesto denunció que Boeing ha sido hostil con él, tomando represalias en su contra, dejando claro que la fabricante coloca por encima de la seguridad la rapidez con la que se pueden producir los aviones. En el canal C-SPAN se puede ver lo dicho en estas audiencias.

Así las cosas por el momento con quien fuera un referente en el mundo de la aviación a nivel mundial.