PROMETEO

El cierre de 2021 está a unas semanas de concluir, un año complejo en lo económico y político (como Tirios y Troyanos, que es el termino correcto), pues ha existido desde el 2018 al desacuerdo permanente, la expresión tiene su origen en la Eneida de Virgilio, usada para determinar ideas y posturas irreconciliables, sobre todo en redes sociales, opiniones de carácter económico de los llamados expertos y en los debates en las cámaras de diputados y senadores de nuestro país.

Ahora bien, el presidente López Obrador es un hábil operador político, empoderado por la democracia y el voto de la mayoría, mostró el músculo de la movilización popular que concentro a más de 200 mil personas en el Zócalo después de 3 años de contención en esa capacidad natural que tiene para mover la plaza pública. Sin embargo, esa postura también evoca etapas del antiguo presidencialismo mexicano que se legitimaba con esas convocatorias masivas, sobre todo en la capital del país.

Ello no necesariamente significa que en todo el país haya consenso con su pensamiento político económico, pues hay regiones (Nuevo León, Jalisco, el Bajío y la clase media alta de la CDMX) donde no tiene esa misma aceptación y hay un sentimiento encontrado en especial en la clase media y media baja que no han visto aun la recuperación económica desde hace 30 años cuando menos, si bien es importante disminuir la grave desigualdad, las formas de comunicación no han sido efectivas con esos grupos económicos de la sociedad.

Pueden resultar de impacto al anunciarlas en las mañaneras y en la arena publica, pero al ejecutar no han sido las esperadas, así se tiene el caso de abastecimiento de medicamentos, los constantes cambios en la Secretaria de Hacienda y la Banca de Desarrollo. Que son solo por mencionar a algunos como los talones de Aquiles que la oposición no sabe capitalizar, pues no hace propuestas, solo descalifica y ese argumento no apoya, aun con toda la vocería opositora mediática y las redes sociales abundantes en resentimiento, pues agotan al ciudadano moderado esas posturas irreconciliables.

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Desde luego que hay proyectos clave que en mi opinión personal detonarían la economía para las siguientes décadas que ya están en marcha y que, sí o sí se van a hacer, el caso del aeropuerto AIFA, generará inversión en el Estado de México e Hidalgo (incluyendo la interconexión con AICM y Aeropuerto de Toluca), del Tren Maya que potenciará el sureste mexicano en lo turístico y carga por el doble propósito, la refinería de Dos Bocas y para mí el proyecto que será el que mejores cuentas le generará al país en lo económico, social y de desarrollo regional es el doble propósito de carga y pasajeros del Tren Transistmico. El sureste mexicano es 1.5 veces la población de toda Centroamérica y el Caribe, así de potente es la región.

Pues su conexión del pacifico con el Atlántico vía el golfo de México (Oaxaca y Veracruz) y la interconexión con el Tren Panamericano que corre de Oaxaca a Chiapas (involucra a Tabasco con la conexión con Chiapas) e incluye a Centroamérica con la conexión con Guatemala, dará pauta a un convenio comercial con Centroamérica y el Caribe. Sin duda que ello conviene a USA y a Canadá, mano de obra barata, desarrollo regional que limite la migración y la contención a China en la región, pues el T-MEC tendría un recargado efecto que a todos los involucrados les genera beneficios en su PIB y en su estabilidad regional.

Sin embargo, en nuestro caso los constantes cambios en el equipo de SHCP y la Banca de Desarrollo no abonan en confianza, más que su elección de gente honesta que pone como calidad esencial en sus decisiones unipersonales del presidente, denota improvisación y desconfianza en su equipos financieros, pues no puede ser que tengamos un promedio por año de titular de SHCP, lo cual ha sido reciclaje de perfiles en SHCP, SAT, CNBV, BANXICO y en especial la Banca de Desarrollo, estas dependencias e instituciones son necesarias con estabilidad, definición de objetivos medibles claros y no en crear espacios para ser cubiertos por personajes afines políticamente por sus antecedentes generacionales o de que son muy honestos sin más elementos que esos cualitativos, sino por verdaderos profesionales del sector financiero público o privado.

El sector financiero privado observa todos estos cambios y hace resiliencia, pues no se ve una directriz clara y la Banca de Desarrollo que debería ser el impulso de la economía regional de las micro, pequeñas y medianas empresas, sigue siendo como en las últimas tres décadas, el apoyo a grupos económicos favorecidos por el gobierno en turno, así fue con los grupos vivienderos que tronaron a las Sofoles Hipotecarias, a SHF y dañaron severamente al Infonavit… que paso con ellos nada.

El caso de medios impresos de comunicación, hoteleros, grupos empresariales relacionados con infraestructura, energía eléctrica y derivados del petróleo que recibieron montos muy relevantes, que hacen alta concentración de cartera de la banca de desarrollo y que incluso algunas con capital mayoritario extranjero recibieron apoyo y que nada tiene que ver con Banca de fomento para micro, pequeña y mediana empresa. No confundir con microfinanzas, no es lo mismo que micro empresas y que será un tema a analizar con claridad en otra columna.

Banco de México ya cuenta con una miembro más de su Junta de Gobierno, que iniciará funciones en 2022, ahora son tres mujeres en Banco de México de 5 miembros de la junta, esto es que en materia económica en esa institución la mayoría la tienen las mujeres y eso es algo relevante, se ha manifestado funcionalmente que Banxico soplo tiene mandato sobre el control de la inflación y no sobre el crecimiento económico, entonces porque tiene bajo su responsabilidad a FIRA ( Fideicomisos relacionados con la Agricultura) u a otros fideicomisos, que no son públicos para valorar su desempeño, en mi opinión debe haber claridad y definición en sus cifras y apoyos al sector agroindustrial y agroalimentario.

La primera mujer que ocupó un puesto de alto nivel de decisión judicial en México fue en el ya lejano 1961, nominada por el ex presidente Adolfo López Mateos que ocupo el puesto de ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (María Cristina Salmorán), y que, por la mentalidad burlona machista, en aquella época decían que había que cambiarle el nombre a la institución y ponerle la Suprema de Corte y Confección. Han pasado 60 años, ella fue ministra de 1961 a 1986 con las reglas de aquella época, hoy la mujer mexicana se ha empoderado en todos los ámbitos, el 60 por ciento de los hogares mexicanos son jefas de familia y hoy ocupan puestos desde el más bajo nivel en el campo, la albañilería, la manufactura o a los más altos niveles en las finanzas, salud, economía, política, entre otras más de relevancia y sobre todo de seguir siendo la guía y formación de sus hijos e hijas.

Así que Banco de México tiene una gran responsabilidad para ser el impulsor de crecimiento y análisis económico, hasta ahora he buscado proyecciones de estudios económicos en Banco de México, con los extranjeros BBVA, Citi, Santander y los nacionales Banorte, UNAM y hasta ahora no he visto un análisis detallado de pronóstico del PIB para los siguientes años con la incorporación de los proyectos ya en funciones no solo del T-MEC, sino de Tren Maya, AIFA, Dos Bocas o el Transistmico, lo cual nos debería ser muy útil para valorar el comportamiento no de cierre de este sexenio sino de los siguientes 10 años cuando menos. Todo proyecto de inversión, tiene una curva de desempeño y retorno de inversión directa e indirecta y esa información no es publica al día de hoy.

Con relación al crecimiento del PIB, Banxico ya recorto su previsión a 5.4 por ciento. En mi opinión sigo pensando que noviembre y diciembre darán su jalón cercano al 6 por ciento, pero el tema a futuro es que con un crecimiento del 2 por ciento promedio histórico, no se logra desarrollo sostenido, hay que mover al sector financiero privado, hay espacio con reglas claras de capital, liquidez y modelos de desempeño para potencializar e iniciar la figura de los bancos locales y regionales, disminuir la alta concentración de manera gradual y rentable para todos los participantes, haya competencia con modelos Fintech y detonar a los corresponsales bancarios en todos los mercados y zonas del país.

Al inicio del sexenio el presidente López Obrador prometía un crecimiento anual del PIB del 4 por ciento, los cambios que ha realizado en SHCP y sus estrategias de centralización del gasto, paralizaron la inversión pública en el 2019, luego en 2020 y 2021, la pandemia le cayó como anillo al dedo en su opinión pero no a la economía, ahora ya en voz baja dice que será del 2 por ciento, eso no fue lo prometido, de buenas intenciones está llena la política mexicana, pero la única forma de exigir es la rendición de cuentas claras.

Si la Banca de Desarrollo y el sector financiero privado hicieran un esfuerzo por participará en el crédito productivo para la micro, pequeña y mediana empresa, dinamizarían el empleo y el crecimiento económico regionales a niveles del 4 por ciento del PIB, ese trabajo debe iniciar ya y para ello el ejecutivo es clave para impulsar esa actitud de inversión.

Tenemos en crédito empresarial tasas promedio para el crédito del 25 por ciento anual, contra el 1 por ciento anual en depósitos, el cerdito es caro por subsidiar el riesgo operativo y la calamidad del Poder Judicial tanto estatal y federal que procesalmente no es eficiente y solo es encarecer el crédito productivo.

En otra columna trataremos el PNB, el Producto Nacional Bruto, término que es muy útil para valorar la economía regional y nacional con capitales nacionales, creo que es hora de darle nuevamente difusión al PNB y no solo al PIB. Estamos a la mitad del camino, si hay oportunidades, no solo ver el valle lleno de dificultades para victimizarse, hay que hacer propuestas y cambiar el chip por crítica constructiva y productiva.

Mario Sandoval en Twitter: Twitter@MarioSanFisan