El 8 de septiembre, una madre de familia acudió a la primaria Antonio García Baca, en Mexicali a denunciar que su hija habría sido víctima de abuso por parte de un maestro. Días después, otra madre denunció al mismo maestro. Sospechosamente, para cuando se hicieron las denuncias el maestro ya no trabaja ahí, sin embargo, sí se informó a las autoridades educativas.
A pesar de las denuncias, el Sistema Educativo Estatal (SEE) omitió el Protocolo de Protección Integral Escolar y no destituyó al maestro, fue así que el mismo sistema envió a Ricardo Roberto “N” como profesor interino a otra primaria.
El 1 de septiembre llegó a la escuela Leona Vicario para cubrir dos grupos, uno en el horario matutino y otro en el vespertino. Desde el principio detonaron los focos rojos pues alumnos y madres de familia declararon haber manifestado sus inquietudes al director. El profesor prácticamente no daba clases, regalaba dulces y ponía música para ganarse la confianza de las alumnas.
El día 29 de noviembre varias madres acudieron con el director para exigirle que removiera al profesor de aula. Hasta entonces lo hizo, pero no aplicó ningún protocolo simplemente les dijo a las madres que “aconsejaran a sus hijas de no acercarse mucho a los maestros hombres”. La ley administrativa le exige al director cumplir con el Protocolo de Protección Integral Escolar, mismo que señala en la sección de abuso sexual que cualquier servidor público o docente de cualquier nivel o institución educativa que ejecute el abuso, se le debe destituir e inhabilitar.
Por iniciativa de los padres elementos de la Fiscalía General del Estado se presentaron en el plantel para investigar el caso pero el maestro ya se había dado a la fuga.
Hasta el momento no se sabe nada del paradero de presunto abusador. Mientras las víctimas exigen que los cómplices sean llevados ante la justicia.