Con el apagón... que cosas suceden

Que cosas suceden... con el apagón (Ay ... ay ... con el apagón)

Compositores: E. Cortázar / M. Esperon

Desde hace mucho se advirtió que, de no ser atendidos los proyectos de modernización necesarios, llegarían los apagones, ahora, la situación indica que la CFE de Manuel Bartlett colapsa sobre todo en las Penínsulas de Yucatán y de Baja California.

Pero no es todo, la pésima operación y la falta de atención provocan que los apagones sean cosa frecuente en todo el territorio nacional y esto es, simplemente, porque Bartlett prefirió ideologizar antes que atender, lo que ha precipitado el fracaso de la CFE.

Una falla tras otra

El pasado miércoles 22 de junio nuevamente se registró un apagón en la Península de Yucatán que afectó a más de 1.3 millones de usuarios en los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. La CFE, como de costumbre, minimizó el asunto y responsabilizó a un accidente que tuvo un trabajador al momento de dar mantenimiento a una línea de alta tensión.

Ya el pasado 30 de mayo se había presentado otro mega apagón al que me referí en este mismo espacio: bien podríamos titular esto “Crónica de los apagones anunciados en la Península de Yucatán”, mientras el director general, Manuel Bartlett de CFE y su “Pepe grillo”, Miguel Santiago Reyes Hernández, el director de CFEnergía y CFE Internacional, no hacen nada para cubrir la creciente demanda de energía eléctrica que requieren los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo.

Antes, el 27 de mayo, otro apagón había dejado sin luz a los tres estados que conforman la Península. Pero hay más, el primer gran apagón en la Península se registró el 8 de marzo de 2019, entonces la CFE reportó labores de reparación y mantenimiento que requirieron bajar las cuchillas.

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El problema es que los apagones se han generalizado y afectan a millones de mexicanos. El 2 de julio de 2019 se registró un gran apagón en Mexicali, Baja California. En esa ocasión la CFE aseguró que dos transformadores de potencia de la subestación Tecnológico salieron de función afectando 59 MW y 25 mil 525 clientes de la ciudad de Mexicali, Baja California.

Pero, por su magnitud, quizá el peor apagón fue el que se registró en Tamaulipas el 28 de diciembre de 2020, que dejó sin electricidad a más de 10.3 millones de usuarios. En ese entonces, el tramposo Manuel Bartlett responsabilizó al gobierno local y particularmente a Protección Civil del estado, al asegurar que fue la quema de un pastizal lo que provocó la salida de operación 16 centrales eléctricas con una capacidad total de 9 mil 262 mega watts, e incluso, para justificarlo, se atrevió a falsificar un oficio.

El 15 de febrero de 2021 se presentó otro gran apagón en los estados de Coahuila, Chihuahua, Tamaulipas y Nuevo León. Según se dijo, fue causado porque el mal tiempo en Estados Unidos afectó algunas líneas de gas que suministran a México.

A todos los anteriores, hay que sumar los que suceden casi todas las semanas, como el ocurrido recientemente en la zona de Valle de Bravo que dejó sin luz principalmente a la población de menores ingresos en las zonas más desprotegidas.

Urgen soluciones

Este asunto no se resolverá con señalamientos ni con fustigar “adversarios” políticos, se necesitan soluciones viables y acciones coherentes y efectivas para mejorar y no dejarlo en el terreno del debate político ideologizado que paraliza y no resuelve nada.

En el caso de la Península de Yucatán, existe un proyecto desde hace más de seis años que evitaría los grandes apagones, se había previsto y se había encontrado la solución, no solo para evitar los apagones, sino para convertir a la Península en un polo de desarrollo económico y social.

Lo importante para que los estados que integran la Península tengan electricidad suficiente y confiable es recibir el suministro de gas natural, para ello se había planteado la construcción de dos nuevas centrales por parte de CFE, una en Mérida y otra en Valladolid y que la empresa francesa ENGIE, operadora del ducto Mayakan, invirtiera para aumentar la capacidad del ducto de transporte, de 250 millones de pies cúbicos, a 500.

Incluso el presidente, consciente del problema y en acuerdo con los estados de Yucatán, Quintana Roo y Campeche, dio el visto bueno, primero, para conectar el ducto Mayakan al sistema nacional de gaseoductos, lo que ya se hizo y, segundo, dio el banderazo de inicio de obras para la ampliación del gaseoducto Mayakan y la construcción de las dos centrales eléctricas del proyecto denominado Cuxtal II.

Lo grave aquí es que, por razones desconocidas, Bartlett y Miguel Reyes han frenado el inicio de los trabajos mientras la situación se complica y afecta a millones de usuarios con apagones cada vez más frecuentes.

¿Cuánto más tenemos que esperar para que a Manuel Bartlett se le dé la gana hacer su trabajo? ¿Debería continuar al frente de CFE? Hace dos años AMLO dio el banderazo de salida y es fecha en que Bartlett no ha movido un dedo.