“Para ser moral basta proponértelo; para ser inmoral hay que poseer condiciones especiales”.

ENRIQUE JARDIEL PONCELA

Sí pero no. No pero sí. Cualquier pretexto para volver al poder o no dejarlo. Lloriqueos, gritos, berrinches, negaciones, chistes y aceptaciones.

Mientras en Ucrania un comediante se convirtió en político para ser el líder de su patria, pareciera que aquí la alicaída oposición procura ser una broma de ella misma y dar —más— razones para que la población no se decida en apoyarla.

También hay ejemplos en el gobierno y en el partido gobernante en turno, que ni qué. Pero igual que podemos señalar los errores y pifias de la 4T, justo es mostrar también los yerros de quienes son oposición y aspirar a ser mayoría.

Por que si es esto lo que ofrecen, me temo no llegarán lejos.

Pongamos el ejemplo de Sandra Cuevas. Dijo que no atacó a los guardias, pero aceptó haberlos atacado ¿para poder regresar a sus funciones como alcaldesa? Todo se arregló con 90 mil pesos, esto es 30 mil para cada uno de los policías agredidos y la promesa de acudir a terapia. Eso bastó para que su negativa se trastocara en una aceptación (o algo parecido), en un “no pero sí”.

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Cierto, ganó en las urnas de forma democrática, pero el regreso a Cuauhtémoc dejó más dudas de su inocencia y buenas intenciones. ¿Esta es la oposición que se requiere?

No, se necesita más seriedad. Es momento de dar por darle la espalda a quienes a piensan que la política es una burla o una razón para victimizarse (o violentar). Es menester comprometerse con sus votantes y no continuar oyendo a quienes prometen que con un enfrentamiento no fundamentado con Claudia Sheinbaum habrá oportunidades. ¿Oportunidades de qué? De nada.

Porque si quieres actuar como oposición ya va siendo tiempo de que se comporte como una alcaldesa de altura de miras y que ofrezca soluciones a sus gobernados en amplios frentes.

Acabemos con esto. Urge una oposición responsable, que no recurra a las pataletas, lloriqueos y pueda unir voluntades. Dejar de lado egos estúpidos y comportarse como líderes y estrategas, porque hasta ahora lo demostrado es que regresar al poder a cobrar las quincenas es lo único que importa.

Seamos claros: a dos años y meses del 2024 no se ve en el horizonte una persona que pueda aglutinar voluntades opuestas al régimen. Y esto es una realidad no solo para la elección presidencial, sino también para los otros puestos de elección popular.

En estos momentos, el país no necesita más melodramas procurados por los políticos que se encuentra en el poder. Tenemos suficientes telenovelas de muchos años generados por la televisión mexicana y, a partir del 2018, cada mañana desde Palacio Nacional.

Alguien o muchos merecen un llamado de atención. Para sumar voluntades, para demostrar que se puede confiar en ellos, lo tienen que trabajar y demostrar hoy.

Casi cualquiera puede ser una oposición responsable; bastaría actuar de forma medianamente correcta y señalar, con su quehacer diario, el positivo de todos los negativos que vemos.

Pero por alguna extraña razón, de parte de la oposición nadie quiere asumir esa tarea. Es realmente poco ético lo que estamos viendo en estos momentos. Manipulación de las personas y de los hechos solo para conseguir objetivos personales. Lamentable.

Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero