Contaban nuestros abuelos que cuando ellos eran jóvenes, se escuchaba en la Ciudad de México una voz de gendarme, que gritaba: ¡LAS DOOOCE Y TODO SERENO!. Aquella era la forma en que los vigilantes nocturnos, que se acompañaban de una linterna para cuidar el sueño de los vecinos, comunicaban la hora y reportaban a los vecinos la tranquilidad de la noche, es decir, que todo estaba en orden y no había de qué preocuparse. Como los “Serenos”, se les llegó a conocer a los empleados que desempeñaban esta función. El sereno era la figura de autoridad en el ambiente nocturno, así que cuando un trasnochado percibía algo a la distancia, escuchaba pasos o ruidos extraños en su caminata, dudoso y con nerviosismo, al ver acercarse a una figura desvanecida por la oscuridad, decían: “¿Será el sereno, pero no se ve su linterna? “Esta idea alude a un momento de incertidumbre sobre qué o quién es lo que mueve las emociones, pero también las causas de aquello que nos sucede. ¿Será el sereno? pero puede ser cualquier otra cosa.
Este atesorado recuerdo de la figura de los serenos contado por nuestros ancestros me viene a la mente ante lo que ocurre actualmente en nuestro país, siendo que con temor percibimos un peligro, noticias que provienen desde Europa y Estados Unidos, de organismos internacionales que hacen llamados de alerta para anunciar el recrudecimiento de la pandemia, la aparición de nuevas cepas, en nuestro caso la cuarta ola de la epidemia, pero nuestra autoridad, la que en teoría nos cuida, sigue reportando “todo sereno”.
Y es que, una vez más, como lo hizo al inicio de la pandemia en México hace casi dos años, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha desestimado que ahora estemos frente a la cuarta ola de contagios, al señalar que de acuerdo con los registros sanitarios son solo 3 entidades las que reportan aumentos en la propagación del virus.
El mandatario federal aseguró que se tiene un alza en la tasa de contagios pero negó que esto se traduzca en hospitalizaciones o muertes.
Sin embargo, la Secretaría de Salud informó el lunes que tanto el último día de 2021 como en el primero de 2022 los contagios superaron los 10,000, es decir, los casos de Covid-19 registran un alza semanal de 63%.
La misma institución actualizó datos dos días después, el miércoles, y reportó que hasta el 05 de enero, se habían registrado 4 millones 029 mil 274 casos de contagios acumulados de coronavirus (COVID-19). Lo anterior representa que se sumaron 20 mil 626 contagiados y 94 muertes en las últimas 24 horas. Cabe mencionar que la cifra de casos positivos es la más alta desde el pasado 11 de septiembre cuando hubo 26 mil 744 en pleno golpe de la llamada “tercera ola”.
Según el comunicado técnico diario, al día 5 de enero se tienen estimados en el país 74 mil 392 casos activos de la enfermedad; es decir, los enfermos que comenzaron a presentar síntomas en los últimos 14 días (del 23 de diciembre del 2021 al 05 de enero del 2022).
Y en este contexto tendríamos que estar hablando de la irresponsabilidad de nuestro “sereno”, el presidente López Obrador, pues no hay que olvidar que mientras en Europa se anunciaban medidas de restricción por la llegada de la nueva variante Ómicron, el presidente de México, pedía que las familias mexicanas se reuniesen en Navidad.
En una de sus conferencias de prensa matutina previo a la Nochebuena, el mandatario comentó que le “daba mucho gusto” que en estos días, “desde el 12 de diciembre estuviera el centro ‘lleno, lleno, lleno, lleno’”.
En esa ocasión López Obrador señaló que las fiestas decembrinas “también son fechas en las que nos embargan las tristezas, hay que reunirnos con familiares, con amigos, para atemperar esas tristezas, hacer a un lado esas nostalgias que no nos traen buenos recuerdos y estar juntos, todos juntos”, dijo.
En tanto, en la Ciudad de México, donde se mantiene el semáforo epidemiológico en verde, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, anunciaba que no se aplicarían restricciones a las fiestas públicas y en su cuenta de Twitter oficial seguía invitando a las personas a la verbena navideña del Zócalo capitalino.
“No habrá restricciones a las celebraciones particulares, porque ni las hospitalizaciones, ni las defunciones, no hay ningún indicador que nos alerte”, decía la “serena” de la capital del país, que al día de hoy ostenta el primer lugar en cuanto a número de contagios.
Es muy reprochable que frente a una nueva ola de contagios por COVID-19 y las nuevas cepas, el actual régimen continúe actuando como si no hubiese aprendido nada de lo que ha sido una pandemia que se ha prolongado por casi dos años y que en el caso particular de nuestro país ha dejado muerte, tristeza, secuelas, desolación, ruina y más pobres.
El presidente Andrés Manuel López Obrador y el séquito de ineptos con que cuenta en el área de la Salud -por lo menos en lo que se refiere a las cabezas visibles-, se empeñan en lucir como auténticos incompetentes y están a punto de repetir las malas decisiones que han dejado hasta ahora casi 300 mil muertes según cifras oficiales, aunque la realidad es que el número de fallecidos rondaría los 700 mil, catapultándose México como el país con la mayor tasa de letalidad observada, de acuerdo con el más reciente informe de la Universidad Johns Hopkins.
“Conforme al análisis de mortalidad, actualizado el martes 4 de enero de 2021, México registra una tasa de 7.5% con relación al número de muertes por 100 casos de contagio confirmado por coronavirus SARS-Cov 2.
El reporte detalla que, por cada 100 casos confirmados, México supera a Bulgaria, con 4.1%; Hungría, con 3.1%; Rusia, con 2.9% y a Brasil, con 2.8%.
Cuando la comparación internacional toma en cuenta el número de muertes por cada 100 mil habitantes, México cae al noveno lugar, con una tasa de 234.83. Esta lista la encabeza Bulgaria, con 445.54 muertes por cada 100 mil habitantes, seguido por Moldova, con 387.79; República Checa, con 339.79; Brasil, con 293.52, y Polonia, con 257.04.
A pesar de que Estados Unidos es el país con la mayor cantidad de muertes por el virus, con 827 mil 748 fallecimientos confirmados, solo el 1.5% de cada 100 contagios derivan en la muerte de un paciente, por lo que se ubica en el lugar número 13 de este ranking global.
La Secretaría de Salud de México informó el lunes que el total acumulado de muertes desde el inicio de la pandemia es de 299 mil 581.
El estudio aclara que los países que encabezan esta cifra tienen la mayor cantidad de muertes proporcionalmente a sus casos de Covid-19, pero no necesariamente acumulan el mayor número de las muertes en general.
De acuerdo con la Universidad Johns Hopkins, una de las formas más importantes de medir la carga de la enfermedad es la mortalidad”. (EFE04/01/21).
“López, deja de engañar y ACTUA!!!!!!!! SE TRATA DE LA VIDA DE MILES DE MEXICANOS”, escribió en su cuenta de Twitter el pasado miércoles el ex presidente Vicente Fox.
Y es que, más allá de anunciar más vacunas para diversos sectores de la población, no se ha conocido de alguna estrategia gubernamental que acompañe la misión, muy por el contrario, el presidente satanizó la postura de las universidades por no regresar al formato de clases presenciales.
Cuestionado sobre las críticas que analistas y opositores han hecho sobre el riesgo que implica el regreso a clases presenciales, el presidente aseguró que no se dejarán intimidar.
“Si nosotros nos guiamos por estos criterios, imagínense, nunca regresamos a clases. Eso está pasando en otros países donde las autoridades titubean y se dejan intimidar, y entonces dan bandazos. De repente viene esta nueva variante y hay que encerrar a todos, porque los analistas están planteando eso, aunque los médicos están diciendo otra cosa, pero por temor al cuestionamiento, a las críticas, entonces no abrimos las escuelas. Imagínense si les hacemos caso.”
AMLO
El tema es que mientras critica a las universidades, los niños y adolescentes siguen siendo relegados por su gobierno que se niega a inmunizarlos, a pesar que se conoce que la nueva variante Ómicron afecta particularmente a los más pequeños y se ha disparado el índice de hospitalizaciones en Europa y los Estados Unidos de América del Norte.
Pero para no quedarse atrás en aquello de la ineptitud y las ocurrencias que tan bien domina este gobierno, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, afirmó que en algunos casos los niños infectados de COVID-19 pueden salir adelante con té, paracetamol y Vaporub “y todas esas cosas que parecen ser intrascendentes”, aseveró.
De manera que una vez más, AMLO y sus “zares de la pandemia” no parecen estar en condiciones de acometer con posturas inteligentes, planeadas, y estrategias bien definidas la cuarta ola de la epidemia. Así que “será el sereno”, pero más vale entender que nuevamente estamos solos y a seguirnos cuidando por nuestra propia cuenta.
Salvador Cosío Gaona en Twitter: @salvadorcosio1
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