Cada día es más frecuente ver los ataques dirigidos expresamente a la psique, a la inocencia e ingenuidad que representa la niñez en el mundo...
Alguna vez platicando con un investigador especializado sobre el tema me respondía a la pregunta; “¿Por qué su objetivo son los niños?” Él me respondió : “Cuándo un ser ha rebasado todos los límites establecidos y se ha hartado de todos los placeres y aberraciones inimaginables, solo queda lo más puro del planeta; nuestros niños.”
Todo vino a mi memoria al ver lo que en redes suscitó la marca de ropa y accesorios, Balenciaga, cuando en su última campaña publicitaria utilizó fotos de niños con ositos, solo que estos niños no sabían que los peluches portaban arneses, es decir, estaban vestidos como esclavos sexuales (tipo bondage).
Una mente inocente e impoluta, ve en esas correas solo una correa cualquiera, son niños, ellos no entienden la diferenciación entre esos arneses y la correa de su mascota, pero; ¿Los nada baratos publicistas y los dueños de Balenciaga, su departamento de ‘marketing’, no sabían lo que esto significaba en su publicidad?
No solo eso, si se observan con detenimiento las imágenes fotográficas que circularon en redes sociales denunciando el hecho, podemos ver entre los papeles que parecen “desperdigados” sobre un escritorio, hay una clara alusión a un famoso caso de la Corte Suprema de EE.UU dónde por cierto se logró ANULAR una ley CONTRA la pornografía infantil; el sonado caso: Ashcroft vs Coalición de la Libertad de Expresión.
No contentos, si buscamos ya con la premisa que la sesión fotográfica contiene simbolismos alusivos a la pornografía infantil, pedofilia y/o pederastia, vemos otra mezcla fotográfica muy peculiar; en ella domina la imagen la figura feminista de la tercera ola, una mujer con una actitud “empoderada”, vestida con traje sastre de pantalón e imponentes estiletos de punta, sentada con desparpajo y pies sobre el escritorio, pero... aquí viene la cereza del pastel, el gran detalle será encontrado por un ojo educado, entre una pila de libros como no queriendo sobresale un libro en especial, un libro del “artista” Michael Borremans, el cual presenta como “arte conceptual” pinturas de niños desnudos en actitudes siniestras. Sí, los códigos entre pares regodeándose de sus aberraciones sobresalen a cada centímetro observado.
Otra fotografía más de Balenciaga, en esta, a simple vista todo fluye, la esteticidad y armonía reflejan la elegancia, pero al fondo, se alcanza a ver un cuadro tipo “diploma” con el nombre de un sujeto llamado, John Phillip Fisher, este detestable personaje fue acusado de abusar sexualmente de su nieta desde que ella tenía la tierna edad de 4 años. ¿Por qué rendir un culto a la pedofilia dentro de una fotografía publicitaria, Balenciaga?
Los expertos en publicidad y marketing a nivel global saben que hasta un alfiler tiene un significado dentro de cada toma y gesto, incluso las casi invisibles motas de polvo significarán algo en esos niveles donde la imagen es la que vende... nada de lo que aparece en una fotografía para publicidad es por error u omisión mucho menos para una marca tan cotizada como Balenciaga, que vende un simple termo en cientos de dólares.
Pero el descalabro y gran error de Balenciaga no es algo nuevo en el mundo de la moda infantil o donde se utiliza la figura de pequeños modelos para ganar carretadas de dinero, ya en años anteriores la figura de infantes había sido utilizada por la marca de ropa NUNUNU y también por otra diseñadora belga, la cual sexualizaba y fotografiaba en poses grotescas a los pequeños modelos.
Caroline Bosman, es una marca de ropa de alta gama, lujosa, muy lujosa, tanto que un simple mortal no podría pagar jamás...
Lo perturbador de Carolina es que en su publicidad parece obsesionada por sexualizar a los niños, comparada y equiparada a la ropa infantil “sin género” que comercializa Celin Dion, un adjetivo calificativo para las imágenes publicitadas sería: ¡Repugnante!
Son evidentes las referencias al abuso infantil, sexualización e incluso satanismo, las imágenes muestran a los chicos posando en contextos extraños, opresivos, degradantes, desagradables... Por si fuera poco se incrusta simbolismo revelador...
Las caras de los pequeños modelos muestran siempre desagrado, molestia, trauma también parece que gozan hacerlos posar como si estuvieran muertos o drogados, enfermos, en hospitales, etcétera...
La élite está en franco ataque a la infancia mundial... El sitio web y las redes sociales de estas marcas se ven repletos de estás inquietantes imágenes, todo alude al abuso infantil en muchas de sus variantes, al parecer con la complacencia del público belga, en el caso de Carolina, pues es en Bélgica dónde se sitúa la sede de la conocida marca, es muy utilizada por hijos de ricos y famosos.
Radical y gráfica, así es descrita por su creadora, dando gusto a un mundo retorcido y enfermo...
¿Por qué en Balenciaga se hace gala de los mismos artilugios de diseño y marketing? ¿A qué tipo de público iba dirigida esa información o que pretendían averiguar con el experimento? Porqué nadie se comió el cuento de que no sabían nada.
En el Instagram de Carolina, se puede observar a niños varones vestidos como travestis sostenidos en brazos por travestis... Niñas maquilladas cómo mujeres fatales, fotos de niños posando con evidentes moretones y al mismo tiempo con calcomanías pegadas de emoticones, evidente e insana fijación a mostrar partes de cuerpos infantiles siendo lastimados, gestos mostrando un sólo ojo, poses con manos en los genitales, en una bufanda infantil se Lee, “cloaca” con letras grandes; una inquietante fotografía con un niño posando cubierto con metros de plástico, aludiendo a la sofocación, en otra ropa infantil también se leé: “Come gente”, ¿hay acaso obsesión por el canibalismo?
Visualizar y adentrarse en la cuenta en Instagram de Carolina Bosman o la de NUNUNU te llevan a una sensación de horror, asco, coraje e impotencia... ¿Que le está pasando a la sociedad? ¿En qué momento llegamos al grado de degradación o hacía allá nos quieren empujar?
Hoy más que nunca debemos estar pendientes de nuestros pequeños y gritar muy fuerte cada que sea necesario: ¡No, #ConLosNiñosNo!