“Dígase lo que se quiera, todo requiere un fin en el mundo, y el gran desencanto llega cuando en el fin más alto se descubre el vacío.”

ÁNGEL GANIVET

Una relación de amor y de desencanto. Igual a la de algunos que alguna vez creyeron en López Obrador y en la 4T, y que más tarde se fueron dándose cuenta de que se dejaron manipular. Elena Poniatowska requirió muchos años para percatarse de que ni López Obrador ni su movimiento están dispuestos a escuchar.

Pasamos de un arrebato cuando, en el pódium de la mañaneras del Salón Tesorería saludó a su madre finada (Día de las Madres de 2019) para compartirle que López Obrador ya había alcanzado el poder y que todo sería magnífico a partir de ese momento, a espetarle: “ya párele a las mañaneras, provocan hartazgo”. Esto en enero de este año.

A modo de retribución, López Obrador no acudió al homenaje que se le realizó a la “princesa roja” en Bellas Artes por sus 90 primaveras, si bien luego la felicitó e incluso la volvió a invitar a Palacio Nacional.

Ahora, en la Ciudad de México, Elenita reprochó a López Obrador el proceso de militarización que está teniendo lugar en el país.

De igual forma, el tener en el absoluto abandono a la cultura. Poniatowska tuvo un desliz al llamar historiadores a López Obrador y a su esposa. Digamos que se le escuchó “fifí”. Es Enrique Krauze quien se refiere a Andrés Manuel como “el presidente historiador”, aunque no es historiador. Lo mismo sucede con Beatriz Gutiérrez Müller: es la no-primera dama y atiende aspectos de cultura y de historia, pero no es historiadora. Es doctora en teoría literaria y comunicóloga.

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Elenita también se propuso decirle al presidente que debe aceptar que en ocasiones él se equivoca; que debe saber escuchar la crítica. Pobre mujer. AMLO no la va a escuchar ni leer. Tan solo dirá que le manda besos y abrazos.

Ella necesitó 90 años para darse cuenta de que no, que Morena y López Obrador no funcionan como prometieron. Al contrario, que están teniendo lugar serios problemas que antes no había. Esperemos que el resto de los mexicanos no tarden tanto en ver la realidad.

La 4T dirá que la oposición deforma las palabras de la escritora; que se aprovecha de su vejez para tergiversar sus dichos; que las mismas se le enredan y la engañan. Yo creo que no debemos confundirnos y asumir de una buena vez que por primera vez nadie se aprovechó de Elena Poniatowska.

Cuando “habló con su mamá” para ufanarse de lo que hacía López Obrador, los obradoristas no consideraron tuviera algún problema mental. ¿O sí? Pues bien, ahora que decide señalar los yerros de López Obrador supongo tampoco se le podrá tildar de senil.

Si acaso decirle: Elenita, demasiado poco (por lo que lo señalas al respecto del régimen actual) y demasiado tarde.

No hay mucho más que decir, salvo que ojalá en la administración federal tomen nota.