Hace unos días comentábamos sobre la importancia que tuvo el triunfo histórico del ahora presidente López Obrador en 2018. En aquella ocasión, recuerdo, se abrió la posibilidad del anhelado cambio al paradigma político. De entrada, había que recomponer las modificaciones al marco constitucional que estaban agravando el desarrollo del país bajo los mandatos del PRIAN. Uno de ellos, sin lugar a dudas, el tema de la educación, donde se modificó para regresar la esencia tanto al andamiaje curricular, como el respeto a los derechos de la clase trabajadora. De ahí, sabemos, se desencadenaron una lista de prioridades que, en unanimidad y consenso, salieron adelante con el fin de continuar transformando la vida pública del país.

Con rubros muy variados, Morena abrazó una agenda integral y común. Destacamos, por ejemplo, la creación de la Guardia Nacional y los programas sociales que se elevaron a rango constitucional. De igual forma, se plasmó un cambio al tratado comercial mediante el T-MEC. El punto es que, para lo que se avecina, seremos testigos de un hecho similar y bajo la misma esencia o ruta que, desde ahora, está trazando la coalición Seguimos Haciendo Historia para concretar las iniciativas que están planteadas. De entrada, se sabe, hay una logística para la iniciativa de reforma al poder judicial, lo mismo que otros cinco puntos de vital importancia para reformar el marco constitucional.

Respecto a ello, está claro, comenzarán los trabajos de análisis y discusión a través de distintos foros que se llevarán a cabo. A su vez, hay una operación política con los dos personajes más visibles de este proyecto. Hablamos de Ricardo Monreal y Adán Augusto López. El zacatecano, por ejemplo, tiene amarrada la coordinación de los diputados en San Lázaro. Hay mucha garantía de que así suceda, máxime por los compromisos que se signaron con el presidente López Obrador en un cónclave previo al arranque de los aspirantes a la presidencia. A esto se suma que, a lo largo y ancho del país, los legisladores electos están cerrando filas con Monreal. Pasó en Puebla, Tlaxcala e Hidalgo. Todos ellos, por cierto, han respondido a la convocatoria para analizar a fondo el tema de la reforma judicial.

De forma particular, Ricardo Monreal se ha echado al hombro todos los trabajos que, tras bambalinas, son de vital importancia. Hablo, desde luego, de los foros de análisis en el que se detallarán los puntos más importantes o, mejor dicho, del giro que tendrá el poder judicial para convertirse en un auténtico poder autónomo y, con ello, que tome las mejores decisiones para impartir justicia. De hecho, es indudable que eso suceda después de todo lo que hemos vivido a lo largo de estos años.

Ahora bien, Morena tiene toda la maquinaria para sacar adelante el punto no solamente en las comisiones correspondientes, sino en el pleno. Quizá en el Senado de la República el jaloneo se intensifique por la mínima cantidad de legisladores que harán falta para aprobar la iniciativa en mayoría calificada. Se habla de dos o tres votos, es decir, políticamente a nada de concretarlo. Por eso la importancia de implementar foros y mesas de trabajo. En tal sentido, no tengo ninguna duda que se avalará en consenso en ambas cámaras. Inclusive, Morena puede presumir que tiene a los operadores políticos más eficientes. En el Senado, por ejemplo, Adán Augusto llega con grandes credenciales después de su paso por gobernación. Hizo un papel crucial en la política interna y, con ello, su liderazgo aumentó al grado de llevarlo al proceso interno presidencial.

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Justo en este momento, de hecho, se consolidó una dupla que, meses atrás, funcionó precisamente para sacar adelante los rubros del legislativo federal. Ricardo Monreal y Adán Augusto López, tienen una relación muy sólida de amistad. Uno y otro, en ese sentido, dieron la batalla en muchos puntos de vital importancia del presidente López Obrador. O sea, hay objetivos comunes. Con mucha sagacidad, a propósito, sacaron todos los temas y, con ello, consolidaron un dúo que ahora rinde frutos a fin de alcanzar las metas. Ellos, se sabe, serán los futuros coordinadores y pieza clave en la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación.

En la medida que los días avancen, veremos con mayor claridad una de las iniciativas que, con urgencia, merecen un ajuste en el paradigma social y político. Hablamos del poder judicial y su inminente cambio de fondo. Pese a las pocas resistencias que hay, Morena sacará adelante el tema. Por eso digo que las condiciones están dadas. Será fundamental el análisis previo, aunque, la clave de todo ello, radica en la maquinaria que tiene en sus manos la coalición Seguimos Haciendo Historia. Hace poco, de hecho, mostró la fuerza y el músculo ante el llamado que hizo Claudia Sheinbaum para cerrar filas.

Notas finales

El impulso de los coordinadores de ambas cámaras serán claves para sacar adelante la iniciativa de reforma al poder judicial. En mi opinión, es también determinante el papel clave que juegan los actores que consolidaron su liderazgo en la pasada elección. Con ese protagonismo, lo dijimos, viene empujando el relevo generacional a lo largo y ancho del territorio nacional. Es el caso de Mery Pozos, ganadora del distrito 11 en Jalisco. Todo apunta a que encabezará una comisión importante en San Lázaro por la capacidad que demostró no solamente como candidata, sino como coordinadora de planeación y organización de Sheinbaum en Jalisco. No podemos dejar de lado ese tema, pues hablamos, ni más ni menos, del relevo generacional que hizo énfasis el propio presidente López Obrador. Mery, en ese sentido, tiene todas esas cualidades para seguir trascendiendo en el plano político. De hecho, vale la pena seguirla muy de cerca en su quehacer y, en definitiva, en los posicionamientos desde la tribuna del pleno donde, téngalo por seguro, marcará la diferencia y, de paso, defenderá a capa y espada la 4T.