El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y las sanciones económicas para la nación que dirige Vladímir Putin han puesto en la mesa de discusión la gran dependencia que tiene México hacia los fertilizantes producidos en la zona donde se desarrolla la conflagración armada, y el peligro que podría enfrentar el campo mexicano por el encarecimiento de estos productos, así como el aumento en el precio de las frutas y verduras.
La privatización de la petroquímica secundaria en la década de los 90 del siglo pasado, dio por resultado que México dejara de ser autosuficiente en muchos productos derivados del petróleo y gas natural, incluyendo los fertilizantes.
El país azteca importó, en el primer semestre del 2021, el 62.8% del total de fertilizantes que se consumieron en ese periodo en territorio nacional; las compras de los nitrogenados de los primeros seis meses del año pasado fueron de 2.2 millones de toneladas. Cifras del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), muestran que el valor de dichas compras para el mismo periodo ascendió a 775.5 millones de dólares.
En el primer trimestre de 2021, la producción de fertilizantes en México decreció a una tasa anual de 17.6%, al pasar de 0.62 millones de toneladas millones de toneladas acumuladas enero-marzo de 2020, a 0.51 millones de toneladas acumuladas a marzo de 2021. Por su parte, el consumo aparente creció 3.8% y se ubicó en 1.59 millones de toneladas en el mismo período.
Las importaciones mexicanas de fertilizantes crecieron 11.4% en el primer trimestre de 2021 respecto al mismo período de 2020, y las exportaciones decrecieron 21.7%, totalizando 1.23 y 0.15 millones de toneladas, respectivamente.
Rusia, China, Estados Unidos, Indonesia y Noruega conformaron en conjunto el 64.7% en el volumen total de las compras de nutrientes para el sector agrícola realizadas en 2020, con los primeros dos naciones como los de mayor proporción como proveedores con el 28.5% y 15.3% respectivamente.
Las autoridades chinas anunciaron el pasado mes de julio que algunas de las principales compañías de fertilizantes del gigante asiático suspenderían temporalmente las exportaciones para asegurar el suministro en el mercado interno, por lo que a partir de esa fecha las compras de nitrogenados provenientes de Rusia por parte de México aumentaron sustancialmente.
El precio promedio de los fertilizantes en el país mantiene tendencia al alza. En mayo de 2021 registró un crecimiento de 7.6% a tasa anual.
La conflagración entre Rusia y Ucrania afectará los precios de los nitrogenados y dificultara la adquisición de estos productos necesarios para la producción agrícola en el mercado ruso, máxime que los bancos de ese país fueron excluidos del sistema de mensajería financiera SWIFT, lo que dificultaría las transacciones comerciales entre importadores y exportadores.
El incremento en el precio de los fertilizantes químicos presiona los costos de productores del campo y encarece los bienes agropecuarios en perjuicio de la economía familiar.
Los precios de los alimentos del campo que compran los hogares mexicanos subieron 10.9% en los primeros 10 meses de 2021, y fue la tasa más elevada para dicho periodo en 23 años.
En particular, los precios promedios de las frutas y verduras aumentaron 15.5%, la mayor alza para dicho periodo desde 2006. Entre los bienes que más subieron destacan: el chile serrano con un aumento de 107.2%; tomate verde, 47.9%; aguacate, 47.7%; cebolla, 31.3%; toronja, 30.3%; limón, 29.8%; y jitomate, 27.7%. Por su parte, las tortillas de maíz se elevaron 15.8%. Esto encareció la canasta básica, cuyo precio se incrementó 8.0%.
La apertura al capital privado en la petroquímica secundaria fue un fracaso, ya que el país se ha vuelto mucho más dependiente en este sector energético, además de que durante los regímenes llamados neoliberales no se alcanzaron las inversiones requeridas para desarrollar esta industria.
La petroquímica secundaria de México, que tuvo su esplendor en los años ochenta del siglo pasado y que llegó a ser la quinta productora de estos derivados de gas y petróleo a nivel mundial, pero con la privatización en el último decenio del siglo pasado la producción nacional ha venido decayendo esto debido a equivocadas políticas en el sector y mala planeación de parte de los gobiernos que le apostaban al mercado.
La privatización de la empresa estatal de fertilizantes Fertimex, en 1993, ocasionó que los empresarios que la adquirieron determinaran que convenía más importar la urea o fertilizantes de otros países, cerrando esta industria. Actualmente sólo cuatro compañías comercializadoras tienen el control del mercado de fertilizantes en el país, con precios muy elevados, además de que afectaron más de 20 mil empleos directos y desplomaron la producción de amoniaco en México, lo que afectó la cadena prioritaria Gas- Amoniaco.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, denunció en marzo del 2021 que una planta de nitrógeno de la refinería de Tula, Hidalgo, fue vendida por el Gobierno del Enrique Peña Nieto a una empresa francesa por 60 millones de dólares y con el compromiso de comprarle lo producido, algo que Petróleos Mexicanos (Pemex) no usa en esa refinería, pero se está pagando un millón de dólares al mes. También previó que situaciones como esa se deben de dar en otras plantas de la paraestatal.
El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania encarecerá los fertilizantes que son de suma importancia para la producción agrícola, y es por eso que el Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) tiene que crear un programa para revertir la dependencia.