El segundo periodo de Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos viene con muchísima fuerza y energía, sobre todo porque en esta ocasión ha sumado a un personaje por demás “disruptivo”, y nos referimos al magnate sudafricano Elon Musk.

Y es que Trump le ha encargado el nuevo “departamento” para la optimización del aparato burocrático, pues el nuevo gobierno considera que es “oneroso” y hay que adelgazarlo.

Para ello se creó el Departamento de Eficiencia Gubernamental" (DOGE, por sus siglas en inglés), y según Sean Duffy, el secretario del transporte del vecino país, no se ha recortado a ningún controlador aéreo, una declaración para acallar las quejas que se han suscitado por los últimos incidentes y accidentes aéreos en territorio norteamericano, o bien con las aerolíneas de dicha nación.

La agencia de noticias Reuters reporta que el jueves pasado Elon Musk habría acusado a la empresa de telecomunicaciones Verizon de poner en peligro las operaciones aeronáuticas de los Estados Unidos de Norteamérica.

Resulta que la empresa Starlink (propiedad de Elon Musk) es la contratista rival de Verizon, y en aras de ganar la narrativa, sin pensar mucho en quién es realmente el proveedor del sistema de comunicaciones, se lanzó a decir que le gustaría que Starlink se encargase de las comunicaciones dentro de la Agencia Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés).

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Dicen por ahí “cae más rápido un hablador que un cojo” y eso fue exactamente lo que le pasó a Elon Musk; después de haber señalado como “deficiente” el trabajo de Verizon, tuvo que recular al enterarse que el actual proveedor es L3Harris.

Por supuesto que Verizon no se quedó cruzada de brazos e hizo varias declaraciones a los medios, posterior al gran exabrupto de Musk.

<i>“Para ser claros, los sistemas de la FAA que se encuentran actualmente en funcionamiento están a cargo de L3Harris y no de Verizon. Estamos al comienzo de un contrato de varios años para reemplazar sistemas antiguos y obsoletos. Nuestros equipos han estado trabajando con los equipos de tecnología de la FAA y nuestra solución está lista para implementarse”</i>

Verizon para Reuters

A través de su cuenta de X, Musk hizo la siguiente publicación “Corrección: el sistema antiguo cuya capacidad está disminuyendo rápidamente fue creado por L3Harris. El nuevo sistema que aún no está operativo es de Verizon”.

Pero ¿de dónde salió que Verizon estaba poniendo en riesgo las operaciones aeronáuticas? Resulta que el miércoles pasado el periódico “The Washington Post” había publicado la supuesta intención de la FAA de cancelar el contrato con la empresa Verizon, que había ganado la licitación en 2023, cuyo costo de operación por 15 años rondaría los 2 mil 400 millones de dólares.

Esta es la publicación de donde Musk se agarra cual clavo ardiente, y como pudimos ver, aprovecha para hacerle promoción a su empresa. Por eso, ni tardo ni perezoso, publicó en su cuenta de X “La evaluación de la FAA es de un solo dígito, meses antes de una falla catastrófica, poniendo en grave riesgo la seguridad de los pasajeros aéreos”.

En una columna anterior les hablé de qué había detrás de la salida de Mike Whitaker de la FAA, y es que él fue uno de los más acérrimos críticos de Elon Musk y su programa Space X.

Tan solo el 16 de enero pasado, el programa Space X lanzó el cohete Starship, que después del despegue prácticamente se desintegró; sin embargo, Musk lo tomó de buen humor y publicó en X: “Success is uncertain, but entertainment is guaranteed!” (triunfar es incierto pero el entretenimiento está garantizado) acompañando el texto de una fotografía donde se ve, como sí de fuegos artificiales se tratase, y no de una nave espacial.

En la política no existen las casualidades. Y es que una vez que se oficializó la salida de Whitaker de la FAA, algunos medios deslizaron que esta dependencia estaba probando en Alaska tres terminales de la empresa de Elon Musk.

Un trascendido con la intención de que el ruido provocado orillara a la FAA a dejar de lado el contrato con Verizon, y que fuera Starlink quien le proporcione el servicio de comunicaciones que utiliza el sistema de control aéreo de Estados Unidos.

El asunto se torna aún más complicado cuando distintos medios publican que hay ingenieros del programa Space X, que ya están trabajando como “empleados especiales” dentro de la FAA.

¿El buen Musk sabrá lo que es un conflicto de intereses? Imaginen cómo se pusieron los ánimos, que el medio CNN publicó una nota titulada: “Starlink de Musk obtiene un contrato de la FAA, lo que plantea nuevos conflictos de interés”.

Esa nota ya toma como un hecho que la FAA utilizará Starlink de Musk, incluso afirma que además de probarse en Alaska, ya se hizo en Atlantic City, teniendo previsto instalar aproximadamente 4 mil terminales entre los próximos 12 meses.

Por supuesto que este tipo de información deja a mucha gente desconcertada, pues se pone en la mesa el tema del conflicto de interés, en medio de un ambiente tenso y enrarecido, porque además Musk está haciendo recortes de personal dentro de la FAA.

Y su programa de Space X vive del erario público, realmente gracias a los contratos que mantiene con agencias federales como la NASA, quien es la entidad que realmente lo está financiando.

No queda más que estar atentos a toda la información que se publique al respecto.

X: @xime_garmendia