Estimados lectores, resulta muy común que exista una cierta confusión en cuanto a los trabajos aeronáuticos. Por ejemplo, a nadie le queda duda de quiénes son los pilotos del avión, ya sea porque los uniformes que ellos y ellas portan proviene del mundo militar, y uno puede observar en las mangas del saco, si es un Capitán (cuatro barras) o un Primer Oficial (tres barras).
Y hasta hace no mucho, también los sobrecargos utilizaban en sus uniformes estos distintivos inspirados en la disciplina castrense, cuya intención es dejar en claro los “grados”, con dos barras que le corresponden al Supervisor de vuelo, encargado y responsable de toda la cabina de pasajeros, y una barra, tanto para el encargado de la cabina trasera, como para el sobrecargo primero.
Entiendo que la modernidad se impone, y no solo en los uniformes; en la actualidad sólo en los pilotos prevalece el “sistema” de barras; en los nuevos uniformes de la tripulación de cabina (Sobrecargos) eso ya quedó atrás, pues las empresas ya no consideran necesario hacer esa distinción visual en los uniformes. Con el gafete que portan es más que suficiente.
Sin embargo, es común que el diseño de los uniformes de las empresas aéreas sí hagan una distinción entre el personal de vuelo y el de tierra. Y créanme, tengo experiencia en ello, es muy frecuente que el pasajero presionado que busca su vuelo, ve a una persona uniformada y no le interesa saber a qué departamento de la compañía aérea pertenece; muchas veces como sobrecargo de Mexicana de Aviación me hicieron preguntas del tipo: ¿señorita, sabe en qué banda recojo mi equipaje?, o ¿el avión que va a Guadalajara en qué puerta está?, una de las mejores ¿sabe dónde está el avión de mi conexión?
Y de verdad, no es por ser grosera, pero en el trabajo que desempeña un sobrecargo esa información no es nuestra responsabilidad. Eso lo hace el personal de tierra conocido como Agentes de Tráfico, que son los encargados de documentarles en los mostradores, de verificar e indicarles en qué puerta de embarque está su avión y en qué banda recogen su equipaje, por mencionar solo algunas de las muchas actividades que tienen asignadas.
Podemos calificar de “normal” que el pasajero confunda al personal de tierra con el de vuelo; lo que ya no es “normal” es que sea la propia aerolínea la que esté confundida. Les explico: existe una propuesta que pretende desdibujar esa división de funciones, y eso nos pone los pelos de punta, porque nos damos cuenta de que el genio detrás de la propuesta desconoce de no solo el movimiento y protocolos de la industria, sino también de las leyes nacionales y extranjeras, y en general del funcionamiento de una aerolínea.
Un compañero que presta sus servicios para la empresa Volaris, que comanda Enrique Beltranena, me hizo llegar una serie de documentos que desencadenan mi preocupación.
Hace unos días este espacio dio cabida a la denuncia hecha por personal de vuelo respecto a los 5D´s (detalles a bordo) que derivaron en el extremo insensato de colocar un altar de muertos que bloqueaba una de las salidas de emergencia de un equipo. La noticia llegó a oídos de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), provocando que la directiva a cargo de Beltranena, y Guillermo Laguna, Gerente Senior de Sobrecargos y Servicio al cliente, dieran marcha atrás. Sin embargo, ahora nos sorprenden con una propuesta que, desde mi óptica, resulta descabellada.
Ojalá los directivos de Volaris se den el tiempo de reflexionar. Insisto, no escatimo ni pasa de noche para mí el crecimiento que como línea de bajo costo han tenido, colocándose en algunos rubros incluso por encima de la “aerolínea bandera del país” (Aeroméxico); nadie les regatea su éxito, pero sí hay que cuidar mucho que las cosas que hagan sean de manera correcta, sobre todo en materia de seguridad.
La propuesta que me hicieron llegar para mi conocimiento, es una “Oferta de ser Agente de Trafico” y en ocho meses pasar a ser sobrecargo, como sí se tratase de subir de “escalafón”, en dos trabajos completamente distintos. No olvidemos que el trabajo de las tripulaciones aéreas está plasmado dentro de la Ley Federal del Trabajo en el Título Sexto -Trabajos Especiales Capítulo IV- Trabajo de las Tripulaciones Aeronáuticas, abordados entre sus artículos 215 al 245 Bis.
La propuesta que lanza Volaris es contratar Agentes de Tráfico en esta temporada alta, para trasladarse de inmediato a los destinos de Cancún, Tijuana y Guadalajara, y que se queden en ese cargo por un espacio que oscila entre cuatro y seis meses, y pasado ese tiempo (en el mes de febrero) se les estaría cambiando al “área de sobrecargos”, es decir, en un plazo máximo de ocho meses.
Aquí es cuando mi cabeza explota; para ser sobrecargo de aviación no solo requieres que te contrate una empresa de aviación y ¡ya!, vámonos a volar; para nada es así. Para ser tripulante de cabina se requieren de varios documentos, no solo pasaporte y visa.
Las leyes exigen que el personal de cabina de pasajeros, o sea los sobrecargos cuenten con una licencia que expida el Gobierno Federal a través de la dependencia encargada para ello. En este caso es la AFAC la que expide este documento, pero a diferencia de las licencias de conducir que se expiden a cualquiera que pague, aún sin examen de conducir, en la aviación eso es impensable.
Antes debes estudiar y acreditar -como mínimo- un curso inicial en el que adquieres y aprendes a manejar conocimientos sobre meteorología, leyes aeronáuticas, manejo de mercancías peligrosas, interferencia ilícita, emergencias a bordo: de más de 10 minutos, menos de 10 minutos y súbita; lecciones sobre ditching y primeros auxilios, por mencionar solo algunas de las materias. Y no solo es el conocimiento empírico, también se tienen que realizar una serie de prácticas para la adquisición del conocimiento necesario.
Además de la parte académica, un sobrecargo debe cubrir también una parte médica, no cualquiera puede ser sobrecargo, la salud es algo importantísimo. Hace poco leía en un hilo de Twitter a un usuario que se hace llamar “Datos Aeronáuticos” (@CapLaloVargas) quien explicaba de forma muy divertida todo lo que hace como piloto, y mencionó que es importantísimo no tener caries, porque un dolor de muelas te puede incapacitar en vuelo.
Y la gente se sorprendía de este dato. En efecto, en la aviación una gripe puede hacer que en pleno vuelo se te reviente el oído y corras el riesgo de perder tu licencia; por eso ante el Instituto Mexicano del Seguro Social las enfermedades de vías aéreas altas son motivo para incapacitar al personal de vuelo. Para poder obtener la licencia de sobrecargo debes someterte a un examen médico que incluye, pruebas de laboratorio (sangre y orina), psicométrico, electrocardiograma, dentista, oculista, pruebas de audición y examen médico general.
Es por eso que los trabajos en la aviación están perfectamente delimitados en la ley, y en los contratos; sin embargo Volaris no lo cree así, y hace promesas de este calado a sus aspirantes, aprovechando que la AFAC al día de hoy está cerrada por un hackeo. Una oferta que no está considerando que ya hay estragos en la aviación por el tema de las licencias a todo el personal de vuelo, no solo pilotos y sobrecargos, sino también oficiales de operaciones, mecánicos e ingenieros aeronáuticos.
Y tal como me lo menciona la persona que me hizo llegar la información “La situación es que Agentes de Tráfico que no llevan procesos de Sobrecargo y no cuentan con la documentación especial, que no es solo visa y pasaporte, también es la licencia de sobrecargo y la licencia que emite la Organización de Aviación Civil Internacional -conocida por nosotros como ICAO-, se pretenda “vuelen” como sobrecargos.
Y sucede también en el caso contrario: a los sobrecargos se les “asigna por rol” desempeñar funciones de personal de tráfico, pero no fueron contratados para ello, y repito: el marco jurídico que regula el trabajo aeronáutico es muy claro, y la función del sobrecargo o tripulante de cabina es auxiliar a la tripulación de pilotos durante el vuelo, no documentar pasajeros. Esta confusión de actividades y responsabilidades puede acarrear un accidente aéreo.
Esta “brillante” idea surge de la Gerencia Senior de Sobrecargos y Servicio al cliente. No dudo que Guillermo Laguna haya alcanzado éxito rotundo como parte de la industria del entretenimiento (cines), pero la aviación no se maneja así. Hay que respetar la reglamentación nacional e internacional, y no poner en riesgo la operación por “ahorrar” en personal. Creer que de tráfico pueden brincar a ser sobrecargos, y viceversa, es un error. Por supuesto que la AFAC debería de tomar cartas en el asunto con toda seriedad, pues se está vulnerando lo más importante en una aerolínea: la seguridad.
Por eso existe un dicho, “Zapatero a tus zapatos”. Ustedes no pondrían a una enfermera a operar, aunque trabajen en el mismo medio; o a un camillero a realizar labores de enfermería. Por favor, Enrique Beltranena, respeta los cargos dentro de la aviación, priorizando la seguridad en la operación, y deja a un lado todas las ocurrencias. La aviación es una industria seria.
Si reclutas para sobrecargo, no tienes que meterlos como agentes de tráfico; la preparación es distinta. Y de la misma forma, si ya están volando como sobrecargos, no pueden desempeñar labores de agentes de tráfico. Lo barato sale caro. Sí, tal vez en los primeros meses puedas ver “ahorros” en los estados financieros de Volaris, pero antes de lo que imaginas, verás cómo suben los números rojos en otros rubros, derivados de errores, negligencias y quejas por tener personal que no cubre el perfil de la plaza en que se desempeña.
Beltranena y Laguna saben mejor que nadie que la publicidad más efectiva, buena o mala, siempre es la que se hace “de boca en boca”. A sus trabajadores pueden intentar ponerles una mordaza, pero a los usuarios no, y menos con las redes sociales funcionando como hasta ahora. Lo mejor es que metan reversa, y delimiten los alcances reales de esto que ahora nos enteramos. Ojalá que todo sea un malentendido.