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La iniciativa para modificar la legislación en materia eléctrica enviada al Congreso federal por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha sido criticada por varios sectores de la población, debido a que ven en esta propuesta problemas para transitar a la generación de energía limpia a partir de fuentes renovables; lo que provocaría a su vez dificultades para cumplir los acuerdos internacionales signados por México, los cuales tienen como objetivo reducir al máximo las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Sin embargo, el Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) ha negado que su propuesta de ley afecte el uso de energías renovables, y alegó que lo que se presentó a los legisladores se basa en que sean las energías producidas en hidroeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a la que se les dé prioridad para abastecer el mercado eléctrico del país, ya que estas plantas producen electricidad que no afecta el medio ambiente y es la más barata.
La actual administración federal se ha comprometido a respetar el Acuerdo de París, el cual estipula que el país azteca debe cumplir metas específicas en relación a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. México se comprometió a que 35 por ciento de la energía generada para 2024 y 43 por ciento para 2030, sería limpia. Dichos objetivos y otros, como reducir en 25 por ciento los GEI de vida corta y en 51 por ciento las emisiones de carbono negro requieren incentivos.
El plan para alcanzar el tránsito a la generación de energías limpias y cumplir con los acuerdos se basa en la modificación a los artículos 25, 27, y 28 de la Constitución; con estas modificaciones se busca que las plantas hidroeléctricas de la hoy empresa productiva del Estado aporten más en la oferta energética del país.
La estrategia del Gobierno de la 4T para aumentar la generación de energía renovable teniendo como fuente el movimiento del agua, se está llevando a cabo bajo el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) 2019 – 2033. Este plan ecológico plantea reincorporar en el periodo 2021- 2025 alrededor de 471 mega watts de capacidad hidroeléctrica, mediante la rehabilitación y modernización de algunas centrales en operación, así como con el equipamiento de otras instalaciones hidráulicas existentes.
La Comisión Federal de Electricidad anunció el pasado mes de julio que invertirá mil millones de dólares para renovar 14 centrales hidroeléctricas del país.
El corporativo que dirige Manuel Bartlett Diaz señaló que la modernización de dichas plantas generadoras se realizará a través de un novedoso mecanismo financiero, el cual permitirá a la paraestatal acceder a financiamiento a tasas preferenciales. Para llevar a cabo esta importante tarea, la CFE obtuvo un financiamiento por 200 millones de euros a un plazo de 25 años de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD).
El objetivo de la actual administración federal es incrementar la generación anual en mil 860 gigavatios-hora (GWh). El plan es que estas plantas hidroeléctricas estén listas en el primer trimestre de 2024.
La generación de energía adicional derivada de la modernización de estás hidroeléctricas equivale a 6 parques eólicos u ocho parques fotovoltaicos de 100 MW.
En el estado de Sinaloa, la CFE está construyendo una planta hidroeléctrica que generará para el 2023 cerca de 231GWh al año, lo cual será trascendental para que aumentar la oferta de energía limpia.
Las plantas hidroeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad producen el 9.9 por ciento del total de la energía eléctrica del país, y se espera que está producción de energía que tiene como fuente el movimiento del agua suba al 18 por ciento.
La estrategia del Gobierno de la Cuarta Transformación está funcionando ya que, al 7 de junio de este año, las hidroeléctricas de la CFE que producen energía limpia alcanzaron una generación de 10 mil 842 giga watts-hora, 57.7 por ciento más que a la misma fecha del 2020; esto con información del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).
De acuerdo con la Secretaría de Energía (Sener), entre enero y agosto de este año, 12 por ciento de la energía generada se produjo en parques eólicos y de paneles solares fotovoltaicos, la mayoría privados.
El corporativo estatal de electricidad en la actualidad es el mayor generador de energía eléctrica limpia y para ello no solo cuenta con plantas hidroeléctricas, sino que también con plantas nucleares, geotérmicas y eólicas.
El pasado mes de julio, el hoy gobernador de Sonora Alfonso Durazo, anunció junto con el presidente AMLO una inversión de mil 685 millones de dólares para la construcción de una planta de energía solar en Puerto Peñasco.
De acuerdo con Durazo, la planta de generación de energía se convertiría en la octava más grande del mundo y empezaría a funcionar al 100 porciento en diciembre de 2023, con una capacidad de mil mega watts. Esta infraestructura beneficiará a más de 4 millones de habitantes de Sonora y Baja California.
Priorizar el aumento de energía limpia teniendo como fuente el movimiento de agua por parte del Gobierno de López Obrador, tiene la ventaja de que es más barata y es continua a diferencia de la solar y eólica que es intermitente, lo que hace que tenga que depender del respaldo de plantas generadoras que muchas veces son de fuentes fósiles.
No hay nada más caro de lo que no se tiene y hasta ahora, las energías limpias eólicas y solares tienen la característica de ser intermitentes; de modo que ante condiciones climáticas o meteorológicas adversas (sin viento o con poca luz solar), la generación de electricidad por estos medios se reduce hasta hacerse marginal; lo que provoca utilizar en forma abundante fuentes más caras.
Tanto la energía eólica como la solar, además de ser intermitentes, plantean la necesidad de almacenarlas, algo que a la fecha no es practicable por razones técnicas, ecológicas y financieras. De modo que su uso para fines prácticos sólo es aprovechable en el momento mismo de su generación.
El plan del gobierno de la Cuarta Transformación para cumplir con los acuerdos de París y reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero es congruente. Dicha estrategia consiste en usar las plantas hidroeléctricas de la CFE que ya están en funcionamiento; de esa manera el Estado no se endeuda, y no se crean conflictos sociales como si pasa en varias partes del país con la construcción de las plantas eólicas.
Eduardo Esquivel Ancona en Twitter: @esquivelancona_