En estos tiempos de enfrentamientos sociales y cambios económicos, es fundamental que los políticos reflexionemos sobre nuestro rol. No solo somos representantes de quienes nos eligen, sino que también tenemos la responsabilidad de crear las condiciones necesarias para guiar a la sociedad ante los desafíos actuales.
Este fin de semana estuve junto a nuestra presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, para celebrar sus primeros 100 días de gobierno. Es impresionante cómo en tan poco tiempo se ha comenzado a notar su liderazgo. Se aprecia en la firmeza y claridad con la que está dirigiendo el rumbo de nuestro país.
Sin embargo, hay muchos retos que su administración enfrenta, como es la relación entre México y Estados Unidos. Desde antes de las elecciones en nuestro país vecino, empezamos a notar cambios en las dinámicas que requieren nuestra atención inmediata.
Al enfrentar uno de estos retos, las posibles deportaciones de mexicanos desde Estados Unidos, vemos un panorama complejo, aunque también puede ser una oportunidad para unirnos como nación.
Es importante reflexionar sobre las razones que llevaron a muchos mexicanos a dejar su hogar en busca de mejores oportunidades. Este fenómeno es uno que se ha arrastrado históricamente y que ahora, el proyecto encabezado por nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, se propuso a atender. Como lo mencionó también, en caso de haber deportaciones, nuestra contribución desde los estados puede ser valiosa, empezando por abrirles las puertas a los mexicanos que regresen.
Este momento representa a su vez una oportunidad para construir unidad y colaboración más allá de las diferencias políticas, en favor de la estrategia bilateral bajo la dirección de la presidenta. Desde el Estado de México y en cada región, tenemos el potencial de sumar esfuerzos a las iniciativas del gobierno de México.
Debemos comprometernos a apoyar nuestra presidenta y a los gobernadores, a caminar hacia un México más solidario y empático, ya que la unión será fundamental para crear las condiciones necesarias que generen resultados extraordinarios en la agenda de América del Norte.
Las realidades a las que nos enfrentamos en un contexto global requieren que nos unamos con fuerza desde lo local hasta lo federal, así como una activa colaboración con la sociedad civil. En este tiempo de transformación, construyamos un México cuya historia sea una de esperanza y futuro, donde cada experiencia sirva como recordatorio de nuestra humanidad compartida.
Siempre tenemos la oportunidad de mostrar unión como estrategia principal para avanzar, y esta es, sin duda, una que no podríamos desaprovechar.