Me encontré con un interesante artículo publicado por el Sol del Centro, titulado “Nueva Mexicana: transparencia en el aire” de Norma Julieta del Rio Venegas, y lo que me llamó poderosamente la atención fue la confusión que persiste sobre el caso.

El artículo comienza hablando del pago por la compra de la empresa Mexicana de Aviación, y desde ahí comenzamos mal, pues el Gobierno Federal en ningún momento adquirió Compañía Mexicana de Aviación (CMA) por los 815 millones de pesos que señala.

En otros medios de comunicación he visto ad nauseam este falaz argumento. Debe quedar muy claro que hasta el momento en que estoy escribiendo estas líneas, el Gobierno Federal sólo ha adquirido la marca comercial “Mexicana de Aviación”.

Y para más certeza y precisión, el nombre de Mexicana de Aviación es de los muchos nombres que se adquirieron, así como los logotipos correspondientes, entre ellos algunos como VTP (Viaje Todo Pagado) fueron adquiridos por la administración de Andrés Manuel López Obrador. Y hay que decirlo, hasta el momento la 4T solamente ha erogado 407.5 millones de pesos.

Es decir, falta que todavía termine de concretarse la compra de algunos de los bienes que tenemos embargados los trabajadores, como el Centro de Adiestramiento a Tripulaciones (CAT), donde hay dos simuladores, pero el Gobierno Federal únicamente va a adquirir uno. Por tal motivo es que la cifra se modificó, originalmente los trabajadores íbamos a recibir 816 millones de pesos, pero hubo que descontar un millón de pesos por un simulador que ya no funciona.

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A aquellos consternados por la transparencia, debe quedarles claro que el gobierno solamente se encuentra adquiriendo bienes que resulten redituables, porque no es un rescate de la línea aérea; es una negociación, y al final una transacción entre trabajadores y el Estado Mexicano.

Instalaciones Mexicana de Aviación

Existe una petición que se realizó ante la Plataforma Nacional de Transparencia del Instituto Nacional de Transparencia sobre los contratos colectivos de trabajo; pero habrá que explicar que los contratos con Compañía Mexicana de Aviación nada tienen que ver con Aerolínea del Estado Mexicano, la razón social de la nueva Mexicana de Aviación.

De hecho, en varios foros he explicado que la concesión de Compañía Mexicana de Aviación y de Aerovías Caribe, siguen vigentes. Su fecha de vencimiento es hasta el año 2030; los pilotos, sobrecargos y personal de tierra teníamos contratación colectiva con estas empresas. Y aunque la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de Transportes, Transformación, Aviación, Servicios y Similares (SNTTTASS) hayan legitimado sus respectivos contratos, fue con la razón social de Compañía Mexicana de Aviación o con Aerovías Caribe, no con la Aerolínea del Estado Mexicano.

Caso aparte es la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA), que pidió al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral una segunda oportunidad para poder legitimar los contratos colectivos de trabajo de los sobrecargos de Mexicana de Aviación y de las sobrecargos de Click, ya que no logró el porcentaje de votación exigido por la ley en la primera convocatoria.

Pero no hace sentido solicitar contratos “actualizados”. En el caso de los sobrecargos de Mexicana, el último contrato que tuvimos fue el de 2004-2006 y este terminó dirimiéndose en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, fallando en nuestro favor en febrero del 2015, dejando sin efectos el laudo de fecha 7 de agosto del 2007, que nos recortaba el salario y prestaciones en un 60%.

Norma Julieta del Río Venegas, autora de la columna publicada en Sol del Centro, es además comisionada del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Ella menciona que el pasado 3 de octubre, en el pleno que tuvieron, resolvieron un tema contra el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral.

Resulta que una persona solicitó información sobre el contrato colectivo de trabajo, y lo cito textual porque es importante:

“Por todo lo anterior, el pasado 3 de octubre, en el Pleno del INAI resolvimos un asunto al respecto en contra del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral. En el expediente, una persona solicitó información respecto de un Contrato Colectivo de Trabajo específico (con la clave CC-435/86-XXIII) o cualquier contrato colectivo de trabajo celebrado entre la empresa Compañía Mexicana de Aviación S.A. de C.V. y la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México.”

INAI

Así como en el caso de los sobrecargos, lo que muy probablemente sucede, es que el peticionario no sabe y desconoce que los pilotos y el personal de tierra firmaron con Convenio de Ahorros con la administración de Gastón Azcárraga en el año 2006; un convenio multianual de ahorros, por lo que no hubo revisiones en los años subsecuentes. Recordemos que nos bajaron de vuelo en el año 2010, es decir, apenas iban 4 años del convenio multianual de ahorros.

Esto es, tanto los contratos de pilotos, sobrecargos y tierra no han sido modificados desde el año 2006. Y esto se hizo en aras de hacer atractiva la empresa, así como para disminuir el pasivo laboral al ser adquiridos entonces por Grupo Posadas.

Regreso al texto que da pie a esta columna; Norma Julieta del Río Venegas nos indica que después de hacer el análisis correspondiente, propuso revocar la respuesta del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral y quiero destacar lo siguiente de su respuesta: “pues todo contrato o proceso de conciliación llevado a cabo entre trabajadores y patrones debe ser transparente, como el que celebraron la Compañía Mexicana de Aviación S.A. de C.V. y la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA). En este sentido, el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral es el organismo público descentralizado responsable de vigilar que se respeten los derechos sindicales de las y los trabajadores en México; por ello, este sujeto obligado debe transparentar toda la información referente a los contratos colectivos.”

Nada más que le recuerdo que esos contratos estaban firmados con Compañía Mexicana de Aviación y Aerovías Caribe, empresas de aviación con concesiones vigentes, sí, pero sin ninguna actividad laboral. Por eso me resulta fútil el argumento de “cuidar los derechos sindicales”. Debo contarle a Norma Julieta, solo para su conocimiento, que mi sindicato ASSA de México, por sus pantalones y sin sustento alguno desapareció del organigrama las delegaciones de Mexicana y de Click.

El comentario no es gratuito, lo traigo a cuento porque parece ser una defensora a ultranza de los derechos laborales, concatenados con el derecho a la información, pues queda registrado en su exposición: “…caer en opacidad significa poner en riesgo los derechos de las y los trabajadores, así como el marco de justicia laboral que se ha formado a lo largo de distintas décadas de luchas sociales en nuestro país.”

Pero yo me pregunto: en el caso de los trabajadores de Nuevo Grupo Aeronáutico, entidad que engloba a Mexicana de Aviación, Click, Link, SEAT, Alas de América, y el CAT -por mencionar algunas-, ¿de qué les sirve transparentar contratos colectivos que tienen más de 13 años sin aplicarse? y no solo eso, sino que llevan más de 17 años de no ser revisados, como lo marca la propia Ley Federal del Trabajo.

Entiendo perfectamente que, si un ciudadano considera que se le está negando información pública, entonces el INAI funciona como organismo constitucional autónomo que garantiza tanto el de acceso a la información pública, y la protección de datos personales; esa es su razón de ser.

Pero me parece un craso error que un organismo como el INAI deje en penumbras, o por lo menos sin la meridiana claridad exigida un asunto como este, sin aclarar qué es lo que compró el Gobierno Federal, ni haciendo la diferenciación entre una empresa privada declarada en quiebra, y una empresa estatal de reciente creación.

El INAI, desde mi punto de vista, debe tener más que claro que los contratos colectivos firmados por los sindicatos de Mexicana de Aviación no se han “actualizado”, por lo que el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral no dio información incompleta, simplemente es que esa información no existe.

La columnista hace mención de las cantidades de dinero que del erario que -según sus propios datos- se han destinado a Mexicana de Aviación (así en general), y que por ser dinero de “las y los mexicanos debe estar sujeto a la rendición de cuentas y a la transparencia”.

Así narrado, no habría falla en su lógica, pero ya expliqué que se están confundiendo peras con manzanas. En ese mismo orden de ideas, y siguiendo la misma lógica: todo el funcionamiento del INAI es pagado con dinero de “las y los mexicanos” ¿acaso no estamos gastando recursos del erario en temas que están más que muertos?

Gastar tiempo y esfuerzo en analizar estos contratos colectivos de trabajo que no se van a aplicar en ninguna otra línea aérea, ¿no es acaso ocioso? En aras de la transparencia no estamos dilapidando el dinero de los mexicanos en un tema que no va a tener ninguna respuesta. Y si se va a hacer porque algún ciudadano lo pidió, ¿no sería más productivo analizar a fondo las circunstancias, antecedentes y constancias del caso?

Porque debe quedar claro, y lo vuelvo a remarcar, no se rescató a la línea aérea, por lo tanto, no se rescataron los contratos colectivos de trabajo, sino que el Gobierno Federal a los trabajadores nos compró las marcas y logotipos de Nuevo Grupo Aeronáutico, donde está incluida la marca de Mexicana de Aviación, que teníamos embargados para nuestras liquidaciones. Y es importante resaltar que solamente hemos cobrado 407.5 millones de pesos, y estamos en espera de la segunda dispersión.

Habiendo tantos temas en los que el INAI podría poner atención, como es el caso de los actuales contratos de protección patronal de los sindicatos charros, que están vigentes y aplicándose hoy en VivaAerobus, Volaris y Aeroméxico Connect a manos del Sindicato de Trabajadores de la Industria Aeronáutica (STIA), por ejemplo.

En aras de la transparencia y el manejo adecuado de los recursos, como ciudadana no le veo el caso y ahora como sobrecargo de Mexicana de Aviación mucho menos. Un clásico diría “le están poniendo dinero bueno, al malo”.