Todos podemos coincidir en la necesidad de generar unidad entorno a los procesos adversos económicos que vivimos, como el embate del presidente Donald Trump y su propuesta de aranceles, sin embargo, la respuesta debe empatar con los momentos y organización social que empujan al país.

El evento de sindicatos charros celebrado el sábado pasado en las instalaciones del IMSS, en torno al llamado de unidad, demuestra que no estamos reconociendo la necesitada de cambio y el lenguaje de comunicación de los trabajadores, sino que adoptamos las viejas prácticas corporativas llenas de mensajes vacíos, aplausos y abrazos simplones.

Se juntaron las centrales más rancias y anacrónicas, llenas de eternos líderes obreros que se reeligen eternamente y solo dejan el puesto en la vieja tradición de Fidel Velázquez: hasta que se mueren; líderes que han mantenido los contratos colectivos de protección y aceptaron la subcontratación por décadas, fomentando la miseria entre los trabajadores. Cuatro elementos distingue y unifica a estos líderes obreros, son inmensamente ricos y vulgares, usan guaruras y golpeadores.

La convocatoria ignora la historia, el mensaje que le dio Colosio al eterno líder de la CTM en su famoso discurso del Monumento a la Revolución, cuando este le aseguraba 10 millones de votos: ustedes no me pueden asegurar el voto obrero porque el trabajador no vota en las fábricas a donde los cohesiona y amenazan, sino que vota en sus casas. Estos líderes solo llevan gente a sus eventos por dos vías, con el clásico acarreo del lumpen, por dinero y tortas, o bien por la amenaza de despido o descuentos a la nómina del trabajador.

Todos estos engendros parasitan con sus sindicatos nacionales de industria, la figura que ha aniquilado la libertad sindical, a la que se comprometió México en el TMEC. El 90% de los contratos colectivos registrados actualmente y que administran estos sindicados son de protección, de prestaciones de ley y salario mínimo. En más de 500 empresas fueron rechazados en la legitimación de contratos colectivos y de no ser por el contubernio del Centro Federal de Conciliación y Registro Sindical junto a las cámaras patronales, habrían sido en todas, pues no alcanzaron la votación del 50%+1 del total de los trabajadores en las fuentes de trabajo, los obreros los rechazaron, sólo que la autoridad permitió que se tomara en cuenta la mayoría de la gente que votó (no la totalidad de los padrones), aun cuando no represará al grueso de los trabajadores. Ese es el precio de poner al dirigir ese dentro a gente con alma de líder sindical.

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Los charros están entusiasmados por que sienten que les vuelven a dar vida, les urgen que alguien los arrope, pues en las pasada elecciones no consiguieron sus eternos curules de legisladores, pero es que todos sabemos que no tiene fuerza social, los obreros no los siguen, por lo mismo no estallan huelgas, nunca las han estallado, a nadie espantan, son los despachos patronales quienes les pasan los contratos y fomentan su “protección”, se mueven con pies de barro.

Constituyen un punto de debilidad en la negociación con Donald Trump y el T-MEC, su permanencia como sindicatos corporativos y de protección ataca la hipótesis principal del anexo 23-A del tratado, la búsqueda de la libertad sindical como medio de mejoras obreras, so pena de la no aplicación del tratado; recordemos que esto fue impulsado por los sindicatos de EU a quienes apoyo Trump, las mesas tripartitas que vienen no serán un día de campo, se deben cuentas al respecto y fallamos, las autoridades laborales de EU no se la han tragado, ya han acusado incluso a los despachos corporativos que fomentan estas prácticas. Es necesario dar un giro de timón.

El Estado debe mirar a las bases, a la organización legítima, la que apoya la transformación del país, no llenarse de aplausos y abrazos de los mercenarios de las cuotas sindicales, lo mismo han sido soldados del PRI que comparsas del outsourcing panista, florecieron durante las décadas más obscuras del neoliberalismo hasta convertirse en banqueros, quien diga que los está organizando en torno a la presidenta vende cuentas de vidrio.

X: @riclandero | Vladimir Ricardo Landero Aramburu. Maestro en derecho por la UNAM

Nota: la presidenta Sheinbaum conoce bien esta realidad obrera, luchó contra ella y la señaló, no se le puede mentir con esta falsa unidad de las centrales charras.