En el ámbito del futbol, tanto en la Eurocopa como en la Copa América, los equipos “favoritos”, tanto por historia como por figuras,  generalmente terminan imponiéndose, consolidando la percepción de que el talento y la experiencia prevalecen en los momentos decisivos.

En la Eurocopa, por ejemplo, selecciones históricamente poderosas como Alemania, España, y Francia, que cuentan con una infraestructura futbolística avanzada y una rica tradición en el deporte, suelen llegar a las etapas finales del torneo, como fue el caso, en donde se les sumó Holanda, con menos blasones pero con una historia importante en el futbol.

Estas selecciones no solo poseen jugadores de alta calidad técnica y táctica, sino que también disfrutan de un sistema de desarrollo juvenil robusto que asegura un flujo constante de talento emergente.

Ahí está el caso de Lamine Yamal, que con 16 años ya es titular en el Barcelona y acaba de convertirse en el jugador más joven en la historia de anotar en una Euro, un golazo por cierto.

Y en la Copa América, andan por las mismas, las potencias futbolísticas de Sudamérica como Brasil, Argentina y Uruguay frecuentemente se alzan con el título, siendo de momento, a la hora de escribir esta columna, la única sorpresa la de Colombia.

Si se sigue imponiendo esta lógica, difícilmente veremos sorpresas con otros países que muestran buen futbol como Eslovenia, Macedonia o Canadá, pero que se quedan a la orilla de lograr algo grande.