Hace un mes, más o menos, la precampaña terminó con ventajas enormes de Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez. No hubo sorpresa. Dos hechos explicaban semejantes diferencias entre ambas candidatas: (i) el trabajo realizado prácticamente sin errores de la candidata de Morena , y (ii) la gran cantidad de metidas de pata de la abanderada de la alianza PRI, PAN, PRD.
Creo que nunca hubo en México una candidatura tan fallida como la de Xóchitl. Ni la del priista Francisco Labastida fue tan mala. Los numerosos yerros de la candidata X la arruinaron desde el día uno. ¿Ejemplos? Enseguida algunos: quedarse muda porque le falló el teleprónter, lo que evidenció incapacidad para la argumentación racional; retratarse con una ensalada en forma de pene, lo que exhibió vulgaridad; decir la verdad sobre Alito Moreno —que es un tipo absolutamente indecente— para luego elogiarlo como pilar de la alianza opositora que la hizo candidata; felicitar al loco ultraderechista de Argentina, Javier Milei; confesar que se pendejió cuando se descubrió que plagió su trabajo para obtener el título de ingeniera, etcétera.
Se suponía que Xóchitl iba dejar de equivocarse, ya que su equipo la iba a disciplinar durante el llamado periodo de intercampañas —un limbo electoral en el que las candidatas supuestamente no podían hacer nada, pero en realidad hicieron de todo—.
La intercampaña tenía que servir para que Xóchitl dejara de cajetearla —cajetear tiene en México dos significados principales según el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la lengua española: (i) defecar, que no es el que aplica aquí; (ii) “meter la pata, cometer un error que arruina las expectativas concebidas”, exactamente lo que Xóchitl hizo durante toda la precampaña.
¿Mejoró Xóchitl en la intercampaña? ¡¡¡Empeoró!!! Dos cajeteadas monumentales terminaron de destruir las posibilidades de la candidata de la derecha.
La primera de tales cajeteadas fue culpa de su equipo y ocurrió durante la visita al papa Francisco. Como las dos candidatas presidenciales habían pactado reunirse con el pontífice, la diplomacia vaticana —que es la más eficaz del mundo— solicitó a ambas no difundir los encuentros antes de que el Vaticano lo hiciera. Claudia Sheinbaum cumplió. Xóchitl Gálvez no respetó el acuerdo, seguramente porque a sus asesores les pareció una excelente idea ser gandallas con el llamado santo padre y se adelantaron al dar a conocer que habían estado con el mencionado jefe de Estado extranjero que es también el líder religioso de la mayoría de la gente en México. La comentocracia se dejó caer celebrando la trampa como un triunfo de la alianza opositora. Hoy vemos que no hubo tal. La encuesta de MetricsMx demuestra que hubo un castigo por haber traicionado un pacto con el Vaticano: creció la ventaja de Sheinbaum. Aquí pueden consultarse los datos de tal estudio demoscópico: https://www.sdpnoticias.com/mexico/encuesta-metricsmx-presidencia-2024-claudia-sheinbaum-inicia-periodo-de-campana-con-una-ventaja-de-41-puntos-porcentuales/
La verdad de las cosas es que no fue culpa de nadie la segunda cajeteada de Xóchitl, que también explica su caída en la encuesta que hoy difunde SDPNoticias. Sin duda la candidata X se vio muy mal por haber dejado un chicle pegado en el mobiliario del INE, pero de esto no hay culpables. Simple y sencillamente ella es así. Piensa que es educado dejar embarrados los chicles por todos lados, y no cambiará. Son sus ideas y ya está.
El hecho es que Claudia Sheinbaum empieza su campaña presidencial hoy viernes primero de marzo con una ventaja de 41 puntos porcentuales sobre Xóchitl Gálvez, tres puntitos más que en enero. Este es un arroz ya bastante cocido.