Son graves los problemas que enfrenta el país en seguridad, salud y energía, pero hay uno, aún más grave y que impacta en la vida diaria de cada uno de los ciudadanos, en sus hogares, en las empresas, comercios y empleos, en fin en cada actividad que se realiza, es la crisis del agua.

Desde hace algunos años México sufre una crisis de escasez de agua y enfrenta la situación más crítica de su historia con más de 70% de los municipios afectados. Los factores que nos han puesto en esta grave situación son muchos, desde lo que se llama estrés hídrico hasta la sobreexplotación de los mantos acuíferos y el agotamiento de estos.

El líquido vital

Algo que vale la pena destacar, aunque existan políticos de alto nivel que lo nieguen, es el cambio climático, pues con la reducción de la precipitación pluvial y el aumento de la evaporación, ha disminuido la disponibilidad de agua; este fenómeno es provocado principalmente por la generación eléctrica a partir de combustibles fósiles como el combustóleo y el carbón, uno de los negociazos de Manuel Bartlett, así como la deforestación inmisericorde que se ha realizado en buena parte del territorio nacional, particularmente en el sureste del país por la construcción del Tren Maya.

Otro detonante ha sido la falta de inversión en infraestructura hidráulica: la obsolescencia y la falta de mantenimiento de los sistemas de agua potable y alcantarillado han exacerbado el problema, muestra de ello, es la crisis del Sistema Cutzamala, el más grande del país y que abastece a la CDMX y su zona metropolitana, cuya inversión en mantenimiento, mejoramiento y conservación en los últimos seis años fue prácticamente nula.

Corrupción y la mala gestión

Como casi todo en el gobierno anterior, la Conagua no fue una excepción en la falta de transparencia y eficiencia en la gestión, lo que ha permitido la sobreexplotación y el desperdicio. La venta de concesiones, pozos, falta de supervisión, favoritismo para ciertas empresas o ciertos políticos que han lucrado con la comercialización clandestina. Si en la gasolina y el gas LP el huachicol ha puesto en riesgo a la industria, el huachicol del agua es igual o más grave y las afectaciones, irreversibles.

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En prácticamente todo el territorio nacional se corre un riesgo mayúsculo por la sobreexplotación de los acuíferos. El agua se extrae a la doble de velocidad que se recarga el acuífero, lo que provoca daños en la infraestructura, afectaciones al sistema hidráulico y hundimiento del suelo. No es casual que en la CDMX se registren una serie de microsismos perfectamente localizados en diversas alcaldías, son efecto del movimiento de la tierra por la la extracción clandestina de los mantos acuíferos.

Según datos oficiales, al menos 35% del agua de Ciudad de México se pierde en fugas a lo largo de la infraestructura de distribución y esto pasa en la mayoría de las grandes ciudades del país.

Todo ello ha provocado que la escasez de agua potable afecte a más de 10 millones de mexicanos y esto no viene solo, genera a su vez inestabilidad social, conflictos y protestas. Además del impacto económico por la afectación a la agricultura, la industria y el turismo entre otros sectores de la cadena productiva del país.

Salud pública

La falta de agua potable aumenta el riesgo de enfermedades gastrointestinales y otras afecciones, así como el cuidado de enfermos y operación de hospitales, clínicas.

Solo para ejemplificar, en Ciudad de México, según un análisis de los datos de una autoridad local del agua, en más de 550 barrios se ha cortado el agua o se ha reducido su presión. Medidas que obligan a los residentes a recibir el agua por pipas cisterna que son carísimas y un foco de infección, las colonias se confrontan por el suministro e incluso, pelean a golpes por tratar de conseguir el vital líquido, mientras algunos funcionarios de las alcaldías y de Conagua hacen grandes negocios.

Un nuevo enfoque

Como en casi todo, en esta situación se habla de hacer nuevas y formidables cosas y la secretaria de medio ambiente, Alicia Bárcena, acompañó a la jefa de gobierno de la CDMX en la instalación Gabinete del Agua. En este acto se reconocieron los estragos del cambio climático y contrario al enfoque que venía teniendo Conagua y la administración de Martí Batres, parten de que se tiene que hacer un uso racional del agua, gestionarla y no tratar de sacarla por todos los medios.

Bárcena habló de la necesidad de tratar el agua, reusar, reciclar, captar agua de lluvia y algo de la mayor relevancia, es que en Cuernavaca, Toluca y la Ciudad de México se tiene que “lograr preservar el bosque del agua”. El 40% del bosque se ha perdido en los últimos 30 años.

Esperemos que no sea atole con el dedo, que se destinen los recursos necesarios, se castigue a los traficantes y la corrupción en Conagua y en los organismos estatales y municipales.

Esperamos más que demagogia.

X: @diaz_manuel