La injerencia de Cristina Fernández en cuanto a lo que ocurre en Venezuela podría, hasta cierto punto, considerarse como un posicionamiento válido por tratarse de un conflicto que ya envuelve crímenes de lesa humanidad, siendo ella ex presidenta de una nación como Argentina, pero su opinión en cuanto a la reforma judicial y su visto bueno para que se modifique nuestra Carta Magna como lo pretende Andrés Manuel López Obrador en México, es un asunto exclusivo de los mexicanos. No es un tema de fuera en el que la polémica y cuestionada ex mandataria tenga derecho a opinar.

El asunto es que desde el pasado viernes se encuentra por tierras mexicanas acompañada de una comitiva de dirigentes que integraron las intendentas Mayra Mendoza (Quilmes) y Mariel Fernández (Moreno), el exsecretario presidencial Oscar Parrilli y la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, y con ese pretexto, y la complacencia del presidente Andrés Manuel López Obrador y de integrantes de la Cuarta Transformación, se ha atrevido a dar su opinión sobre las reformas propuestas por el mandatario mexicano.

Luego del acto del día sábado, la expresidenta almorzó con los miembros del Comité Ejecutivo de Morena, Mario Delgado (futuro secretario de educación pública); la secretaria general del partido, Citlalli Hernández, y el titular del Instituto de Formación Política, Rafael Barajas.

Por la tarde, en su visita a la librería “Rosario Castellanos”, se reunió con el presidente del Fondo de Cultura Económica, el académico y escritor Paco Ignacio Taibo. Y durante la noche asistió a una cena con dirigentas de Morena entre las que se encontraban senadoras, diputadas, alcaldesas y militantes.

Y fue en este escenario que la expresidenta mostró su apoyo a la reforma judicial propuesta por López Obrador.

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Kirchner destacó la reforma como “ambiciosa y revolucionaria”, señalando que considera positivo el cambio en el tiempo de servicio de los miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que pasará de 15 a 12 años.

La exmandataria aseguró que la reforma no busca afectar la independencia del poder judicial. En sus palabras, celebró las iniciativas de Morena y expresó su entusiasmo por la posibilidad de que México, tras Bolivia, sea uno de los países en reformar su Constitución para permitir la elección popular de los magistrados. “Me parece muy importante porque hay que abolir una rémora de carácter monárquico”, añadió.

Ya días antes, Fernández Kirchner se había visto envuelta en otro conflicto por reclamar al gobierno de Nicolás Maduro la presentación de las actas electorales como prueba del triunfo del pasado domingo en las elecciones de Venezuela.

Desde el chavismo, uno de sus máximos referentes le salió al cruce y acusó al gobierno de Unión por la Patria de “traicionar el legado de Kirchner y de Perón”.

“¿Por qué está Milei en la Argentina?”, preguntó Diosdado Cabello a la audiencia del programa “Con el mazo dando” que se convirtió en una tribuna política del Partido Socialista Unido de Venezuela desde la cual toman posición frente a la agenda local e internacional. “Por la tibieza de Alberto Fernández”, se contestó pero no terminó allí su embestida luego de las palabras de Cristina Kirchner.

“Ellos sí traicionaron el legado de (Néstor) Kirchner, el legado de Perón, ellos traicionaron al pueblo, a su propio pueblo... Y entonces quieren opinar sobre Venezuela”, lanzó quien encarna una de las voces más duras del gobierno chavista y actúa virtualmente como el número dos en el esquema de poder interno del oficialismo.

Su editorial también incluyó una referencia a los tres líderes de la región que compartieron el mismo pedido que hiciera Cristina Kirchner desde México. Se trata de los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia) y Andrés Manuel López Obrador (México), quienes también pidieron en público que el poder electoral en Venezuela publique las actas electorales para transparentar el recuento de votos y validar el triunfo de Maduro por el 51%.

“Desde acá le pido, pero no solamente por el pueblo venezolano, por la oposición, por la democracia, por el propio legado de Hugo Chávez, que se publiquen las actas. Eso es lo que tenemos que pedir”, había afirmado la exmandataria. Y aseguraba que compartía el comunicado que el 1 de agosto firmaron los mandatarios de Brasil, Colombia y México.

Cabello respondió que “el legado de Chávez está en buenas manos, está seguro. Está seguro”. Y añadió: “Contra Venezuela, contra Chávez y contra Nicolás Maduro hay una gran envidia. Pero el fondo, aquí en Venezuela este proyecto se ha mantenido y ellos han pasado por gobiernos en sus países y han terminado entregando los gobiernos a la extrema derecha porque no han sido consecuentes con el pueblo que los eligió”.

“De repente, vienen elecciones y gana la extrema derecha y los barren. Los maltratan, los persiguen, los meten presos. Y entonces, ¿Quién está traicionando el legado de quién? Por algo será, verdad. Aquí andan unos jóvenes argentinos peronistas, uno los abraza y casi que lloran”, zanjó Cabello.

La ex presidenta de Argentina arribó este martes a la casa de transición para reunirse con la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo.

Lo hizo junto con una pequeña comitiva que llegó minutos después de las 4 de la tarde.

La próxima jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, también se reunió con la ex mandataria argentina por la mañana, y el lunes, el gobierno capitalino la declaró huésped distinguida en una ceremonia en la que le fue entregado el pergamino y las llaves de la ciudad.

Después de dos horas la ex presidenta y su comitiva se retiraron sin dar declaraciones a la prensa. Pero no deja de causar interés los temas que pudieron haber tratado las mujeres de la 4T con la polémica ex mandataria. Ojalá se haya ahorrado los consejos.

*Con información de medios

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