No sé si es cosa mía o es mi mera percepción pero veo muy apresurados en todo y para todo a los de Morena. Tanto así, que hasta el presidente el día de ayer y para no variar en su gustada mañanera volvió a decir que, ahora sí, cómo no, con todo gusto, ya mero habrá un sistema de salud como el de Dinamarca y que de hecho ya lo está habiendo con consultas médicas gratuitas de lunes a domingo.

La verdad de las cosas es que esto no es real. Tengo a un ser muy querido internado en urgencias en un hospital público de la CDMX. Lo ingresaron un domingo por la noche y no lo atendieron sino hasta el lunes porque “es que es domingo y no hay laboratorios ni médicos ni especialistas”... Y él es apenas un niño de 15 años... Me llena de rabia esto.

Pero AMLO tiene prisa por otras cosas, por ejemplo sigue con su prisa por convencernos de que todo está bien en México, que el sistema de salud está bien, que la seguridad en el país está bien.

Sigue en eterna campaña porque es lo único que supo hacer. Y nada más.

Claudia Sheinbaum sigue con su prisa. La prisa de decir un día que habría una encuesta para que el pueblo decidiera si se debía de escoger al mismo pueblo para conformar el “pueblo judicial”.

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Así de confusa fue su encuesta, y tanta fue la prisa por hacerla que dos días después ya estaban los resultados de las votaciones de aquel apresurado proceso.

Mario Delgado con su prisa, cada vez que aparece junto a Claudia Sheinbaum, parece que el la apresura y la presiona, para que Claudia se apure y se presione para darles a eso la prisa.

La prisa por saturar al Congreso de morenistas, la prisa por meterle presión a todo lo que suena a Constitución, para modificarla con prisa del modo que ellos quieren para hacerla suya, con esa prisa….

La prisa de la nueva futura presidenta de México por no ser la futura presidenta sino empezar a hacerlo de una vez, cuando todavía no ha terminado el sexenio del presidente López Obrador, esa tal prisa.

La prisa también de ella por decirnos cómo estará conformado el gabinete presidencial... esa tal prisa. ¿Pues cuál es la prisa?

Todo es prisas… y eso genera desconcierto, ansiedad y preocupación.

Cuando las cosas están bien hechas se hacen de manera calmada y pacífica. Es decir, sin prisas. Porque nada está mal hecho, porque no hay “gato encerrado”; porque no hay cuentas que rendirle a nadie porque todo está en orden.

Pero el elemento de la prisa en la política genera incertidumbre y estrés, no se entiende cuál es esta prisa o de dónde viene o es que necesita de la anuencia o la firma de López Obrador para que les dé permiso a todos sus súbitos de hacer lo que quieran hacer con el país.

Algunos morenistas se parecen a esos hijos que corretean al padre mayor para que firme el testamento y les deje y reparta sus pertenencias para todos los hermanos.

No me gusta la prisa. Es decir no soy de las que trabaja bajo presión.

Me preocupa la prisa en los demás, pero también me cae muy mal aquellos que fingen tener siempre prisa; que fingen ser súper ocupados y que tienen siempre miles de cosas que hacer.

No, no me gusta la prisa.

Por eso les pregunto: ¿cuál es la prisa?

Es cuanto.