Tras el debate del domingo pasado, comentaristas, analistas y líderes de opinión se han dado a la tarea de evaluar quién ganó el encontronazo. De acuerdo con la mayoría, Claudia Sheinbaum habría resultado ganadora , pues no cayó en las provocaciones, y al final, fue capaz de salir bien librada.
En otras palabras, con excepción de los abiertos partidarios de la campaña de Xóchitl Gálvez, todos apuntan al triunfo de la candidata oficial. Ello derivó en buena medida del nerviosismo inicial de la panista y a la innecesaria participación de Máynez, quien hizo poco más que lanzarse contra la abanderada del Frente.
¿Cuál fue la mejor estrategia de Claudia? Mientras Gálvez llegó al debate con la clara intención de provocar a su adversaria y de señalar, dentro de lo que le permitió el formato del debate, los fracasos de AMLO y de la propia gestión de Claudia en la Ciudad de México, Sheinbaum se concentró en pintar a Xóchitl no como una candidata ciudadana, sino como la abanderada del PRI y el PAN.
A lo largo de casi dos horas de debate, mientras Xóchitl se dirigía a la candidata de Morena como “Claudia” la morenista no llamó a su adversaria ni un solo momento por su nombre. La palabra Xóchitl no apareció ni un momento.
Por el contrario, con la leyenda de “la candidata de PRIAN” Sheinbaum buscó inteligentemente descalificar –sin decirlo– a la mujer postulada por los dos partidos políticos más desprestigiados en la sociedad mexicana.
He allí, a mi juicio, el principal éxito de Claudia en el debate. En su intento de “deshumanizar” a Xóchitl, reproduciendo la clásica estrategia lopezobradorista de descalificar al mensajero para anular el mensaje, Sheinbaum buscó borrar a la candidata espontánea, natural, simpática y vestida de blanco que se presentó para señalar los grandes fracasos de la 4T.
Si bien resulta difícil señalar inequívocamente hacia un ganador del debate, la realidad es que el “post debate” parece haberle concedido el triunfo a Sheinbaum. Los resultados del encuentro, sumado a la cómoda diferencia que favorecen a la candidata oficial, parecen apuntar hacia el triunfo de Claudia.
Xóchitl y su campaña deberán replantear su estrategia con miras a las próximas semanas y rumbo al siguiente debate. Muchos mexicanos aún creen en ella y en sus posibilidades de triunfo. Sus votantes merecen contar con una candidata que ofrezca luces en un ambiente dominado por las sombras.