Así como en la película de 1988 “Cuando los hermanos se encuentran” (Rain man), hay momentos en la aviación comercial en que los distintos modelos de negocio se “encuentran”; no es común, pero tampoco imposible, y por ello vamos a desarrollar este tema.

La aviación comercial es muchas cosas, pero nunca estática. Se ha ido transformando conforme pasan los años, y ha experimentado distintos modelos de negocio. Y gracias al material fotográfico, hoy podemos remontarnos a la época dorada de la aviación.

En ella podemos ver a esas grandes aeronaves, con asientos super amplios que ofrecían servicio de bar, e incluso algunas aerolíneas iban más allá, y hasta chefs a bordo podíamos encontrar. Si usted, amable lector, porta canas como yo, entonces sabrá muy bien que en los años 70 la clase turista era muy distinta a la de ahora.

En aquellos tiempos por ejemplo, la antigua Mexicana de Aviación tenía clase única, y un servicio llamado “Azteca de oro”, donde se daban alimentos que ahora serían considerados “premium”, y lo más famoso -y que mucha gente todavía recuerda al día de hoy- fue que daban champaña en todo el avión.

Por supuesto, después de esta época dorada vinieron las vacas flacas en la aviación y con ello apareció un nuevo modelo de negocio. Es así como nace en los Estados Unidos la aerolínea Southwest, con un modelo que después terminaría por perfeccionar la irlandesa Ryanair.

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Sin embargo, con el paso de los años las diferencias entre un modelo y otro se hicieron más que claras; mientras que en las aerolíneas tradicionales ofrecían distintos tipos de “clases” para viajar, cada uno de ellos con un servicio a bordo específico, las líneas aéreas de bajo costo dejaban claro que para ellos el servicio era homogéneo, con asientos iguales, y el mismo trato para todos, nada personalizado.

En la actualidad podemos ser testigos que en este modelo de aviación, los tripulantes terminan siendo parte del “entretenimiento a bordo”. Todavía recuerdo la primera vez que lo viví en una aerolínea norteamericana, no daba crédito ante las payasadas que tenían que hacer los sobrecargos para mantener “entretenidos” a los pasajeros; para mí era un exceso, una franca falta de respeto a la profesión.

Hay que ser muy claros, todavía en las postrimerías de los años noventa, la aviación de bajo costo no había permeado en el gusto de los usuarios, como lo ha hecho en la actualidad.

El asunto es que, en lugar de que los modelos de negocio conserven sus rasgos característicos, ahora lo que está sucediendo es que esa delgada línea se está desdibujando.

Y les voy a platicar: hace unos días acudí a la presentación del nuevo modelo de aeronave que la Aerolínea del Estado Mexicano, “Mexicana” va a utilizar, y mientras nos daban el recorrido, por supuesto nos mostraron los distintos tipos de asientos que pueden colocarse en los equipos Embraer.

Ya saben que cada línea aérea escoge la configuración que más le convenga a sus planes; sabemos de cajón que las aerolíneas tradicionales escogerán distintos tipos de asientos para ofrecer una mayor variedad de servicios. Sin embargo, es ahora la aviación de bajo costo quienes están contemplando distintos tipos de asientos para ofrecer un servicio “diferenciado”, ¡exacto! como si se tratara de aerolínea tradicional.

Voy a aterrizar el concepto; hace unos días miraba videos cortos y me encontré con uno de ITA que es la nueva aerolínea bandera de Italia, que vino justamente a remplazar a la antigua Alitalia. No entro en honduras de su historia, porque es bastante truculenta, y centrémonos en tema de los asientos.

Ahora está muy de moda vender dentro de la clase turista una “subclase”. Tenemos el asiento moderno de clase turista, ese donde uno no cabe, es muy delgado y por supuesto pesa menos, lo cual lo vuelve muy atractivo para las aerolíneas por el ahorro que este tipo de asientos representa.

Pero ahora, y no es la única línea aérea, ofrecen una subclase: “turista premium” (el nombre cambia en cada aerolínea), pero no son otros, sino los mismos asientos que antes eran de turista, pero un poco más grandes y anchos, por ende más cómodos y con más espacio entre ellos.

Arriba del Embraer 195-E2, pude ver sus distintos asientos, y estaban los asientos de ejecutiva, muy parecidos a los viejos asientos que antes se manejaban en turista, allá por los años 80; después ofrecen un tipo de asiento turista plus o premium, que aunque es más pequeño, la distancia entre asientos es “amplia”, y finalmente los asientos modernos de turista.

La nueva tendencia en las líneas aéreas, sin importar cuál es su tipo de negocio, tradicional o de bajo costo, todas en clase turista están ofreciendo este tipo de asientos. Con lo que ya no queda claro cuál es la diferencia entre viajar en una línea de bajo costo y en una tradicional. Esto hoy se desdibuja y lo convierten en un “híbrido”.

No es exclusivo de ITA, en cuyo video hacen un recorrido por la cabina del avión, mostrándonos los distintos tipos de asientos que tienen. Como dato meramente cultural, recientemente ITA se ha visto en la necesidad de sacar del armario a Alitalia y utilizarla como parte de su identidad visual: “inspired by Alitalia” (inspirado en Alitalia); además de que retomarán el viejo logotipo para ser utilizado en ciertos puntos estratégicos.

Las bajo costeras en nuestro país también ofrecen asientos “prioritarios”, y en el caso de la nueva Mexicana también tienen planeado manejar dos tipos distintos de asientos, no así de clases, pues sería clase única, pero con el diferenciador de asientos, unos más cómodos que otros.

Es curioso que durante muchos años las compañías aéreas trataron de dejar muy claras las diferencias entre ambos modelos. Hoy esa línea comienza a desdibujarse.

“Cambiar no siempre equivale a mejorar, pero para mejorar, hay que cambiar”, dijo Winston Churchill. Por el momento tenemos dos modelos de negocio: el tradicional y el de bajo costo. Ya veremos qué rumbo toma; lo único seguro, y comprobable por el momento, es que la aviación, sin importar el modelo de negocio, cambia constantemente, y siempre es para tratar de mejorar.