Yusbel Carolina Rada Díaz, de un medio digital llamado Código Libre, antes de realizar la primera de las tres preguntas que hizo el pasado lunes en la conferencia de prensa de Claudia Sheinbaum, presentó un diagnóstico muy duro, pero innegablemente cierto: “Presidenta, los productores en Michoacán, sobre todo, de berries, aguacate, limón, maíz y jitomates, han señalado y están preocupados, además de las amenazas arancelarias de Estados Unidos, también del crimen organizado por pagarles otros impuestos; si no, les cortan el agua, queman producciones, les roban tractores, entre otros, y ya lo llaman narcoarancel”.
La reportera Rada Díaz hizo tres preguntas. La tercera me llamó la atención porque era el tema que yo trataba en ese momento, por WhatsApp, con una persona experta en economía y en relaciones internacionales absolutamente convencida de que lo mejor que podía pasarle a México era la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de la nación: “El presidente de Brasil, Luiz Inácio Silva, está invitando a México, Uruguay y Colombia a participar en la reunión de los bloques del BRICS. ¿Asistiría México? ¿Ya tienen respuesta…?”.
La respuesta de Claudia fue muy breve: “Todavía estamos definiéndolo. Si va a alguien, sería alguien de cancillería que pudiera ir como invitado a escuchar”.
Sobre el tema de los BRICS no podía Claudia decir nada más, no un día antes de que Donald Trump decidiera si iba a agredir a México con el arma más potente con la que él cree contar para dominar al mundo, los aranceles.
En el grupo de los países BRICS participa el único, China, que realmente puede desafiar a Estados Unidos. Tan puede hacerlo que, sin los excesos televisivos de Trump, permitió al vocero de su cancillería, Lin Jian, responder mucho muy fuertemente a la política arancelaria del gobernante estadounidense:
“La intimidación no nos asusta. El acoso no funciona en nosotros. La presión, la coerción o las amenazas no son la forma correcta de tratar con China. Cualquiera que esté usando la máxima presión sobre China está eligiendo a a la persona equivocada y calculando mal. Si los Estados Unidos realmente quieren resolver el problema del fentanilo, entonces lo correcto es consultar con China tratándose mutuamente como iguales… Si la guerra es lo que Estados Unidos quiere, ya sea una guerra arancelaria, una guerra comercial o cualquier otro tipo de guerra, estamos listos para luchar hasta el final”.
CANCILLERÍA CHINA
Donald Trump todavía puede rectificar, esto es, darse por satisfecho con lo que México ha hecho para, según él, tenerlo contento, y dar marcha atrás o al menos suavizar bastante el castigo de los aranceles. Si esto ocurriera, el evento del próximo domingo en el Zócalo lo utilizaría la presidenta de México para expresar su conformidad con el libre comercio y la cooperación en Norteamérica, y a otra cosa.
Pero si Trump insistiera en atacar a México con su incomprensible política arancelaria, ya lo dijo la presidenta: en la asamblea informativa en el Zócalo de la Ciudad de México compartirá con quienes asistan las acciones, arancelarias y no arancelarias, que “emprenderemos para entre todos afrontar juntos este desafío”. No sería mala idea que una de tales acciones no arancelarias sea acudir a la cumbre de los BRICS. Brasil, podría decir Cláudia en el Zócalo es un lindo país para visitarlo dos veces en un año.
La verdad de las cosas es que, arancelaria o no la más antigua norma escrita del derecho, lo único que procede es aplicar una interpretación actualizada de la ley del talión: Ojo por ojo, diente por diente. Cristo estableció su abolición, pero nada dijo acerca de las excepciones para administrarla con todo cuidado cuando de la misma depende la seguridad económica de toda una nación.
“A quien te la faz, fazla”, dicen o decían en España. Personalmente creo que los aranceles de Estados Unidos merecerían una versión mucho más vulgar y sucia de ese dicho: “A quien te mea, cágalo”. Acudir a China, haciendo escala en Brasil —en la reunión de los BRICS—, sería una excelente estrategia para hacerle entender al presidente de Estados Unidos que cuando una puerta se cierra, otra se abre. Y el portón chino está adornado con un perfectamente diseñado anuncio luminoso de “Bienvenidos sean todos los pueblos injustamente agredidos por la potencia norteamericana”.