Hace una semana fue clave la enorme presión de la agenda y las opiniones que se fueron dividiendo en torno a la decisión que tomaría Marcelo Ebrard. De hecho, el propio presidente López Obrador, desde la máxima tribuna, mandó una señal clara que, téngalo por seguro, llegó hasta la oficina del excanciller. De igual forma, la influencia de las redes sociales, para el mismo caso, empujo fuerte al tomar una determinación. En vista de ello, lo único que aconteció, claro está, fue ganar tiempo para entablar interlocución con la coordinadora de los comités de la defensa del voto. Incluso, se sabe que -recientemente- hubo encuentros entre ambos para llegar a coincidencias o, mejor dicho, negociar, que en la política es un hecho común.
Al mismo tiempo, eso garantiza un proceso de unidad y, de esa forma, promover una cohesión al interior de las bases del partido. Con ello, se termina una batalla interna y, dicho sea de paso, comenzará una nueva por las posiciones legislativas y puestos de primer nivel. Seguramente ese tema se habló. No hay duda que, una vez generados los encuentros, habrá equilibrio y flexibilidad en la participación en las próximas elecciones. De hecho, Marcelo Ebrard, en este momento, es un activo muy valioso del movimiento. Tiene, además de liderazgo, una fuerza política que no podemos negar, ni mucho menos soslayar, como siempre aseguró Ricardo Monreal, que, desde el Senado de la República, le dio voz a todos y principalmente a las minorías.
Por ese motivo, Marcelo será contemplado en un espacio clave para el siguiente sexenio. Se habla de una senaduría. Puede ser. Incluso, esa posición, de acuerdo con lo signado en el cónclave con el presidente López Obrador, le corresponde por quedar en segundo lugar de las encuestas internas por la candidatura presidencial. No sé si aceptará. Lo más seguro es que sí, pues la cámara alta le garantiza una mejor autonomía para la toma de decisiones. Pero, además de ello, es una posición estratégica para seguir figurando en los titulares de la prensa nacional.
Si es así, será una buena determinación, pese a los mensajes que mandó de una posible salida de Morena. Si hubiera pasado así, Marcelo Ebrard, de entrada, estuviera enfrentando el linchamiento verbal de las redes sociales. Asimismo, hubiese apostado a la derrota cantada con Movimiento Ciudadano, pues la simple imagen del presidente Obrador, para lo que se avecina, seguirá siendo el gran motor que alimenta el espíritu de la inmensa mayoría de la población. En palabras más sencillas, fue la decisión más inteligente de Ebrard, quedarse en Morena y sumar. Incluso, el propio Monreal, en entrevista, analizó perfectamente lo que significa el retorno de Marcelo, no solamente en términos porcentuales, sino políticos.
Al respecto, los comentarios no se hicieron esperar. La propia Claudia, desde sus redes sociales, le dio la bienvenida. Se sabe que, incluso, mantuvieron negociaciones para su regreso. La mejor evidencia de ello, sin duda, fue cuando no acudió al registro de quienes aspiran a ser abanderados en Movimiento Ciudadano. En vista de ello, Ebrard había acotado toda posibilidad de ir en busca de la presidencia y, su alternativa más viable, era el retorno a las filas de Morena.
Es verdad, Marcelo amagó en diversas ocasiones, sin embargo, su postura nos hizo dudar mucho en cuestión de una posible salida.
De ese modo, Marcelo hizo bien en permanecer al lado del presidente, por lo que habrá en juego al buscar la presidencia y la mayoría de espacios legislativos, a fin de alcanzar una mayoría absoluta. Por ello, ¡qué razón tuvo siempre Ricardo Monreal!
Pese a que Morena tiene un margen de diferencia muy abultado en comparación del Frente Amplio por México, siempre un rompimiento acarrea mucha suspicacia, máxime cuando el poder político de Marcelo es auténtico. De hecho, los legisladores afines a Ebrard, mostraron resistencia desde San Lázaro., como sabemos, se manifestaron en distintas ocasiones, como una corriente política disidente.
Finalmente, fue un buen acierto de Claudia Sheinbaum, en pleno proceso de precampañas, sumar al armado del equipo a una pieza clave del engranaje que, al fin y al cabo, nunca debieron de subestimar. En ese sentido, la coordinadora regresó al rebaño a Marcelo, que, por todos los ángulos, fue bien aceptado por el lopezobradorismo.
A propósito, Claudia Sheinbaum, ya con la maquinaria completa, puede presumir el equipo tan poderoso con el que cuenta. En la cancha están Marcelo Ebrard, Fernández Noroña, Adán Augusto y Ricardo Monreal, que, desde todos algunos, es el hombre de mayor experiencia para operar la campaña. Y, por si eso fuese poco, el zacatecano es, para este proceso, algo así como la mente maestra.
Mientras tanto, ¡qué razón tuvo Ricardo Monreal! La presencia de Marcelo Ebrard, para lo que se avecina, es fundamental, siempre lo aseguró el zacatecano que no quitó el dedo del renglón para que el excanciller regresara.