Ayer por la noche fui al concierto del grupo de rock alemán Rammstein y me costó diferenciarlo del Cuarto Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum, no sólo por las luces, la producción y la cantidad de asistentes, sino por tantas palabras que no entendí.
El lenguaje técnico de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, es una característica que no tiene el jefe del gobiernote, López Obrador. Sin embargo eso no es algo bueno ni malo, AMLO gusta de dar sus informes con palabras coloquiales, digerido, sencillito, coloquial y facilito, los buenos y los malos, los peores y los mejores, listo. Sheinbaum usa un lenguaje más técnico, ella habla de cifras, tendencias, porcentajes, proyecciones y premios internacionales. Y vaya que en su cuarto informe de gobierno habló mucho de eso, se puso a presumir todas las cosas buenas que se aventó en estos cuatro años. ¿Pues de qué más iba a hablar? Ni modo que se pusiera a criticar las fallas en su gobierno, como tanto le exigen sus infantiles opositores.
Les voy a dar un resumen del evento, de los logros que presumió y de los peculiares invitados al inicio de campañ… digo, al cuarto informe de gobierno:
El Auditorio Nacional fue el lugar elegido para el evento. El show fue conducido por la actriz y cantante Regina Orozco, quien presentó el concierto de Eugenia León al más peculiar estilo de la Mañanera pero con más producción y ruido. Después, las pantallas del auditorio mostraron una transmisión en vivo de la jefa de gobierno llegando y saludando a toda la gente que se encontraba afuera del auditorio en una especie de carnaval llamado “Es Claudia”. La jefa llegó empoderada como toda una estrella de rock, una tiktokera famosa o un doctor Gatell.
Cuando entró al auditorio fue recibida con aplausos y con el predecible grito de “presidenta, presidenta”, pues sí, era obvio. Entre los invitados se encontraban todos los miembros de su gabinete, como García Harfuch, quien ya le andaba compitiendo en aplausos, además estaban presentes varios diputados y bastantes gobernadores, incluidos los de oposición, como Samuel García y Diego Sinhue. Este último también provocó muchos gritos de la multitud, pero no fueron precisamente halagos.
Entre los logros presumidos por la jefa están: La reducción de homicidios en 54%, que ya ninguna alcaldía está entre los municipios más violentos del país, que se redujo el feminicidio en 27%, que CDMX es la ciudad con más puntos wifi públicos en todo el mundo, que ya se pueden hacer muchísimos trámites digitales, que traerán más agua a CDMX desde Edomex y Michoacán, que se construyó la planta de reciclaje más grande del país, que ya mero se inaugura la completamente nueva Línea 1, nuevas líneas, el cablebús, casi 300 nuevas unidades de trolebús, ¿Le sigo? Bueno, que se han construido y remodelado varios hospitales con 600 mdp, la remodelación del 80% de las estancias infantiles, los 1.2 millones de niños beneficiados con becas y varias cosas más, pero no le sigo porque luego no me bajan de chairo.
Claudia Sheinbaum tiene muchas cosas qué presumir, menos su comunicación, ya que muchos de los logros importantes de los que habló eran totalmente desconocidos para gran parte del auditorio, y eso que iban a echarle porras.
Dos consejos:
Alguien debería recordarle a la jefa de gobierno que su fuerza como candidata podría ser hablar de los datos, no comer tlayudas o sacar amuletos. Alguien debería recordarle a AMLO que su fuerza como presidente podría ser hablar de los datos, no comer tlayudas o sacar amuletos. Ambos pueden aprenderse mucho.
Fue un buen informe de gobierno y buena muestra de músculo político. ¿Pero y los errores y fallas de su administración? Bueno, sería muy ingenuo pensar que tocaría esos temas en su fiesta.
Conclusión: O la jefa de gobierno ya está en campaña o a Marcelo Ebrard no le llegó la invitación al evento.
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