Cómo vienen repitiendo Raymundo Riva Palacio, Pablo Hiriart, Anabel Hernández y tantos otros, no ha caído ningún cercano a Andrés Manuel López Obrador, el “#NarcoPresidente” y su tan gastada y chafa trama de ficción política. Cayó, sí, el exgobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo y cercanos a su equipo. De entrada por malversación de fondos; pero no sería extraño que pronto se le sumen procesos penales por narcotráfico, que es a lo que ha venido apuntando el presidente Donald Trump.
Y es que, no entiendo qué va a pasar con el ya citado Riva Palacio y demás corifeos de una versión ya gastada y por completo fracasada de un supuesto “#AMLOnarcoPRESIDENTE”. Y no me cabe en la cabeza que no se den cuenta de algo tan simple y tan obvio: desde el primer año del primer periodo de Trump, el lopezobradorismo y el trumpismo se entendieron a las mil maravillas, y que no es casual que en esa primera administración del magnate gringo haya caído Genaro Garcia Luna, uno de los principales enemigos de AMLO, y ahora otro enemigo abierto y jurado, como lo es Silvano.
Para así dejar de hacer el ridículo cotidiano, tienen que entender Riva Palacio y compañía, que la 4T y el trumpismo tienen una cercanísima, fluida y permanente interlocución, y también que todo lo referido a la relación bilateral que se va dando a conocer de manera oficial, lleva quizás incluso meses inscrito en una suerte de guión pactado. No más, pero tampoco, menos.