La Oficina del Censo de los Estados Unidos dio a conocer hace unos días que el intercambio comercial entre México con su vecino del norte ascendió en los primeros nueve meses de este año a 486 mil 640 millones de dólares, con lo que el país latinoamericano se convierte en el principal socio comercial de la nación de las barras y las estrellas con el 14.6% del mercado estadounidense.

Entre enero y septiembre las exportaciones totales de México hacia el país norteamericano alcanzaron los 282 mil 485 millones de dólares, mientras que importaciones de Estados Unidos a México fueron por 204 mil 155 millones de dólares. Estas alegres cifras podrían estar reflejando un espejismo ya que en esta contabilidad no se cuantifican los insumos intermedios de procedencia China que están en la cadena de producción de muchos productos mexicanos de exportación.

Muchas de las mercancías mexicanas que se exportan al mercado estadounidense, tienen un bajo contenido de integración de material hecho en el país, siendo necesario adquirir los insumos para completar la fabricación en el exterior y estos materiales entran a territorio mexicano como importaciones temporales y salen de la nación azteca como exportación definitiva, lo que vuelve una contabilidad engañosa las ventas en el mercado de los Estados Unidos por parte del país latinoamericano.

México tiene un superávit en su balanza comercial frente a su socio del norte por 78 mil 329.3 millones de dólares, pero no sabemos cuánto de esto es de integración mexicana.

China es un gran proveedor de insumos intermedios de muchas mercancías que se exportan desde México al mercado estadounidense, lo que ha provocado que el país azteca tenga un déficit muy grande con el gigante asiático.

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La suma de las exportaciones e importaciones entre México y China ascendió a 14 mil 898 millones de dólares durante el primer bimestre de 2021, lo que representa un crecimiento anual de 9.8 por ciento, según datos del Banco de México.

Al interior de la balanza comercial entre los dos países se pudo observar que México exportó bienes a China por un valor de mil 507 millones de dólares, lo que significó un crecimiento de 60.7% a tasa anual.

En tanto, las importaciones que realizó el mercado mexicano proveniente de este país asiático ascendieron a 13 mil 390 millones de dólares, cifra 6% superior a la observada en el primer bimestre de 2020.

Las cifras del intercambio de productos entre México y China en los dos primeros meses de este año nos hablan de un déficit comercial del país azteca frente al gigante oriental de 11 mil 883 millones de dólares.

China y México, desde los años ochenta del siglo pasado, emprendieron una serie de reformas económicas para la apertura de sus respectivas economías, con el fin de que fuera el mercado quien regulara los precios de la mayoría de los productos y servicios de consumo.

Los resultados de la apertura económica de los dos países han sido desiguales, ya que mientras el gigante asiático ha tomado un papel relevante en el escenario económico internacional, llegando a ser actualmente la segunda potencia económica del mundo, solo superada por la de los Estados Unidos, México no ha podido sentar las bases de su desarrollo económico, y el nivel de vida de la mayoría de los habitantes del país latinoamericano, no solo no ha mejorado, sino que se ha deteriorado más.

La conquista del mercado de los Estados Unidos ha sido prioridad tanto de China como de México, y en este sentido el país asiático ha tomado la delantera, no sólo por tener más exportaciones de productos a ese mercado, sino también por los insumos intermedios que les vende a empresas que están en territorio mexicano, que maquilan productos de exportación a su vecino del norte. Con esto podríamos decir que existen exportaciones indirectas o trianguladas de productos chinos al mercado norteamericano.

En junio del 2015, el entonces presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Manuel Herrera Vega, presentó un estudio denominado “Contenido Nacional y Valor Agregado en el sector Energético”, donde alerta sobre diferentes productos mexicanos que se venden a los Estados Unidos, y que podrían ser sustituidos en breve por mercancías fabricadas en China.

El estudio elaborado por la Concamin destaca que las exportaciones chinas al mercado norteamericano pasaron de 11 mil 600 millones de dólares en 1989, a 466 mil 600 millones de dólares en 2014; con esto, la competencia con China por el mercado de los Estados Unidos desafía al 70 por ciento de los productos que México exporta hacia el país del norte, sin incluir al petróleo.

México es el más grande exportador de pantallas planas en el mundo, pero estos productos solo tienen el 8% de integración mexicana, los demás insumos son importados del extranjero principalmente de China.

El número de automóviles armados en México fue de 257,813 unidades en octubre de 2021, unas 90 mil unidades menos que hace un año, cuando se produjeron 347,906 en el décimo mes de 2020.

La producción de automóviles en plantas mexicanas cayó 25.9 % anual en octubre ante la escasez global de chips semiconductores provenientes de Asia que obligó a paros operativos de armadoras mexicanas, informó hace unos días el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Durante los primeros nueve meses del año, Canadá sigue como el segundo socio comercial más importante de Estados Unidos, alcanzando un total de 483 mil 625 millones de dólares, lo que representa 14.5% del comercio de país norteamericano.

Por su parte, China bajó hasta la tercera posición con un intercambio comercial de 465 mil 391 millones de dólares.

México, principal socio comercial de Estados Unidos

Que el gigante asiático este en el tercer lugar como socio comercial de los Estados Unidos no significa que este país de oriente haya perdido mercado en la nación norteamericana, ya que muchos de sus productos entran a la nación del vecino del norte como insumos intermedios de mercancías de exportación mexicanas

El Gobierno de la Cuarta Transformación debe enfocarse en aumentar la integración nacional de sus exportaciones y frenar la dependencia con el mercado estadounidense y de los insumos intermedios para la producción.