Convirtiéndose en el mismo infierno para Jesús Estrada Ferreiro. Fue testigo de tanta negligencia. En su comportamiento, el exalcalde halló su Waterloo. Con ello su destierro y huida al extranjero. Durante varias entregas anticipé el desenlace de esta historia. Políticamente, era una muerte anunciada. Nada cava más rápido una tumba política que la soberbia.
El día de ayer viernes, en sesión extraordinaria sucedió lo que adelantaba. El alcalde con licencia quedó desaforado. En consecuencia, dejó de ser alcalde -con o sin licencia- de Culiacán. El 2018 ganó con la ola morenista. Contra todo pronóstico. Fue protagonista de memes, de escándalo, de desafortunadas declaraciones. De todo, excepto de gobierno eficaz para los culiacanenses.
El descenso
En este espacio se ha ponderado la importancia de la revocación de mandato como laboratorio del Presidente. Le permitió evaluar resultados. Sobre todo, los perfiles con los que cuenta. Quién si y quién no. Jesús Estrada Ferreiro, cayó de la gracia de su amigo López Obrador.
El descenso de Estrada inició con el desencanto de la revocación de mandato. El entonces edil presumía amistad inquebrantable con Andrés Manuel. Uno de los mantras de la Cuarta Transformación es “amor con amor se paga”. Jesús Estrada no correspondió la amistad con AMLO. En el proceso de la consulta popular la capital sinaloense entregó los resultados más pobres de todo el estado. La tozudez del munícipe impidió hacer equipo con el operador principal. No era otro que el Delegado de Programas para el Desarrollo en Sinaloa.
La Cuarta Transformación tiene en los apoyos sociales una de sus piedras angulares. Si algo cuida AMLO son sus programas de Bienestar. Juan de Dios Gámez Mendívil, como Delegado de Programas para el Desarroll,o entendió rápido la visión del Presidente. Hizo equipo de inmediato con el gobernador y con los alcaldes. El resultado en la revocación de mandato fue más que complaciente.
Así, durante la última visita presidencial dejó clara la ruta. En su mañanera posterior AMLO dijo que el tema del exedil era un asunto ‘local’. La realidad es que remover al alcalde de la capital de un estado es un tema qué pasa siempre sí o sí, por Palacio Nacional.
La unción
Pero ¿a quién? Mucho especularon con el gabinete o algún diputado. Analistas y comentócratas unieron puntos, imaginaron acuerdos o concesiones. Buscaban entre grupos locales un representante que a su juicio “equilibrara” las aguas.
El poder tiene reglas. Empoderar a los iguales, es una de ellas. Había que elegir un perfil diferenciado a Estrada Ferreiro, si bien debía ser de Morena. ¿Quién se parece al poder? Era mandatorio que fuera lo opuesto: joven, aguzado, de consensos, buen trato, visión de futuro, hábil para hacer equipo y trabajar en coordinación con el gobierno del estado y federal.
Otra característica importante, es que debía pasar el filtro de Palacio Nacional. Juan de Dios Gámez Mendívil es quien más se parece al poder en el estado. Morenista de cepa, sereno, listo, de buen trato. Además, cercano al Presidente López Obrador. Como el gobernador Rocha Moya, el secretario general de gobierno Inzunza Cázarez, como otros miembros del equipo más íntimo del mandatario.
La unción de Gámez Mendívil lleva la venia presidencial. Es, además, una clara deferencia al gobernador sinaloense. El hoy alcalde culiacanense, es un operador joven de la Cuarta Transformación. Llega para completar el equipo que habrá de encabezar la sucesión presidencial.
De Estrada Ferreiro, ya mejor ni hablo; ¡él sí se portó mal!
Vanessa Félix en Twitter: @Jvanessafelix