El día de ayer se realizó en Washington la Cumbre de la Democracia de manera virtual organizada por el presidente Joe Biden, con 110 países invitados.

Era una Cumbre que tocaba un tema muy importante: la democracia. México fue uno de los países invitados pero preocupantemente el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no asistió. ¿Por qué motivo?

Como siempre, las decisiones que toma son un misterio; no se sabe si estuvo ausente porque prefirió estar en su comida con los empresarios fifís, o bien porque simplemente no quiso. Al presidente le pesan mucho estas reuniones. Ha quedado en evidencia que lo estresan, le tensan, irritan e incomodan. Entonces, simple y fácilmente él dijo “pues no voy”.

Como si su ausencia no importara e impactara, y claro que pesa e impacta porque el tema que se está discutiendo era el de las libertades y el respeto a la democracia, así lo señaló Biden al decir que:

“La democracia es el desafío definitorio de nuestro tiempo. Se tiene que defender a la democracia”.

Pero el presidente de México no asistió, aún cuando él no deja de hablar de que en este país hay democracia y que su gobierno es absolutamente democrático. Quizá tampoco asistió porque se le dificulta conectarse por zoom... digo, a todos nos pasa.

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O será que no fueron invitados sus países amigos del alma: Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y, entonces, quizá pensó: “Si mis amigos no van, yo tampoco”.

Lo más raro aquí es que en su representación no mandó a Marcelo Ebrard que era al que le correspondía ir, pero mandó a Esteban Moctezuma que si bien tiene el cargo de embajador de México en Estados Unidos, no era su papel y función estar ahí.

Se percibió más como de “relleno” su presencia y como para no dejar el sitio vacío. Pero, ¿porqué no fue Marcelo Ebrard? Él, que siempre anda felizmente por todos lados en todo lo que tenga que ver con el presidente... ¿Será que Obrador ya no quiere darle tantos reflectores y quiere evitar que brille tanto porque está moviendo a sus destapados poco a poquito como juego de ajedrez, por lo que entonces hizo a un lado a Marcelo para darle tantito reflector a Esteban?

Es que mínimo hubiera mandando a Adán Augusto, que como secretario de Gobernación pesaba más su asistencia que la de Esteban Moctezuma, que la verdad para muchos de nosotros todavía lo ubicamos como secretario y no como embajador... o sea fue un enviado de tercer nivel.

Habría que recomendarle a Claudia Sheinbaum entonces, que no se confíe tanto. Se le ve confiada y sonriente y feliz cuando está con el presidente, pero en una de esas, si ya no le sirve o le estorba o ve que va en picada, pues la hará a un lado también para que otro brille.

Sea como sea, AMLO sí o sí debió de asistir a esta Cumbre. No había mayor pretexto. Tuvo que asistir sobre todo porque él habla tanto de la democracia y la defiende tanto. Haber faltado a la invitación de Biden habla mal, muy mal, de la forma de gobernar este país.

El presidente lo tomaría quizá como pérdida de tiempo, y prefirió aventarse una deliciosa comida con esos empresarios que tanto ha atacado, pero que necesita de ellos, para bien de él, porque yo no creo que a mí como mexicana ciudadana me beneficie en nada dicha reunión.

A ver ahora qué excusa dará Marcelo Ebrard si se le cuestiona el porqué no fue él quien estuvo en dicha Cumbre. Porque también qué pena decir: “Es que el presidente me dijo que yo no”.

President Biden, sorry please.

Claudia Santillana Rivera en Twitter: @panaclo