Como si de un tango o una milonga se tratase, el drama argentino sigue a todo lo que da; y es que al parecer no ha sido suficiente que el anarcocapitalista libertario que tienen de presidente haya hecho ajustes salvajes a la economía de dicho país, sino que además un temporal azotó la zona de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires.
Las rachas de más de 150 kilómetros por hora han dejado tras su paso desolación, muerte y destrucción. Javier Milei se hizo viral cuando acudió a la zona de desastre para decir “no hay plata”, y en resumen la población se tendrá que rascar “con sus propias uñas”.
Lo que quiero resaltar es que me compartieron lo que les ocurrió a varios aviones de Aerolíneas Argentinas en el Aeropuerto “Aeroparque”. Si el nuevo presidente está en la postura de no gastar un centavo, porque en sus propias palabras “no hay”, ¿qué sucederá con los equipos dañados de la aerolínea bandera de ese país?
El diario argentino El Clarín, cabeceó “Aerolíneas tiene ocho aviones fuera de servicio por el temporal y crecen las críticas por la falta de precauciones para evitar que se dañaran”. De hecho, varios medios aeronáuticos tanto en Instagram, Facebook y en “X”, antes Twitter, compartieron pequeños videos donde se puede observar la fuerza del viento, y entre esas imágenes hay cosas que en lo personal me llamaron la atención.
Una de ellas fue ver que uno de los aviones era movido por las fuertes rachas del viento, y al parecer -ya que no se alcanza a ver muy bien- no tenía calzos.
Ya en otras columnas les he explicado qué son los “calzos”, son unas piezas que se colocan entre las llantas y que mantienen quieto al avión. La nota de El Clarín nos informa que en total quedaron fuera de servicio 16 aviones de Aerolíneas Argentinas.
Pero no fueron los únicos equipos que afectó este atípico temporal sufrido por los bonaerenses; también cinco aviones ligeros, y uno de LATAM fueron dañados.
Los estragos fueron inmediatos, pues además de los retrasos y cancelaciones en los vuelos, al quedarse sin 16 de los 80 aviones que conforman en total la flota de Aerolíneas Argentinas, se calcula que la afectación se vio reflejada en la cancelación de 145 vuelos, y por ende más de 17 mil pasajeros sufrieron las consecuencias.
Resalta El Clarín que, según algunos exempleados, lo que ellos pudieron observar fue desidia en tomar precauciones para que no se dañasen los aviones con el temporal, esto es, pareciera que no creyeron que la tormenta que se avecinaba, fuera tan destructiva. Esto llama la atención sobre todo porque en la industria aeronáutica uno de los mantras es: la seguridad ante todo.
Así quedó plasmado en el diario argentino, que recogió las declaraciones de un expiloto de Aerolíneas Argentinas: “Todo lo que antes se hacía se dejó de hacer. Los equipos de tierra, como escalerillas, tienen que tener un lugar de guardado; los aviones se calzan y se frenan con el “Parking Brake”, un sistema equivalente al freno de mano en el auto. Pero todo eso hay que controlarlo cada seis u ocho horas, lo cual evidentemente no se hizo”. Como mencioné, en los videos que circulan en redes sociales no se alcanza a observar si los aviones estacionados contaban con sus debidos calzos o no.
El declarante no fue el único trabajador de la industria aeronáutica que dio su opinión sobre los hechos, otro más -pero ahora de mantenimiento perteneciente a otra compañía aérea- declaró a dicho medio cómo es que ellos se enfrentaban a este tipo de eventos climáticos, desde colocar en cierta posición a los aviones con la intención de que estos tuvieran “menos resistencia al viento”, así como de cuidar que los aviones contaran con todos y cada uno de sus calzos, además de quitar alrededor de las aeronaves todo objeto que pudiera dañarlos, como escalerillas móviles, remolques, etc.
Y vale la pena reproducir aquí su opinión: “Recuerdo cuando nos avisaban en Austral que venía tormenta, en aquella época la información nos llegaba a través de las escalas o bien por el propio Servicio Meteorológico. Entonces colocábamos los aviones mirando al sudoeste para oponer menor resistencia al viento, con todas las ruedas calzadas con topes y sin ningún accesorio o escalera alrededor.
Cuidábamos los aviones. No hay manera de que la gente de Aerolíneas no supiera que venía la tormenta; se sabía dos o tres horas antes de la actividad que venía de Bahía Blanca. Han dejado los aviones así nomás, con las escaleras sin guardar. Hubo aviones que se corrieron por el viento. Imagínate ahora lo que cuesta pagar todo eso”.
Y justamente aquí, en esto último que dice este trabajador de mantenimiento, que me quiero detener, ¿quién lo va a pagar? Difícil de responder, sobre todo ante la tensa relación que mantienen los trabajadores de Aerolíneas Argentinas con el gobierno actual de Milei, además de las declaraciones que hizo este en la zona de desastre, donde el gobierno argentino no va a dar recursos económicos.
Lo dije en la otra columna, y lo sostengo en esta: el panorama no se ve nada halagüeño para la aerolínea bandera. Los trabajadores no pueden esperar a presionar al gobierno para que pague por los desperfectos, cuando su postura es clara.
Cabe la pregunta ¿lo hicieron a posta? Francamente no lo creo y espero que no haya sido así. No creo que sea la ruta correcta para presionar al gobierno de Milei para no privatizar la aerolínea bandera.
Por supuesto el diario argentino El Clarín dice que buscó a Aerolíneas Argentinas, pero que no obtuvo respuesta. Lo que también se tiene que mencionar es que el propio aeropuerto Aeroparque sufrió severos daños, como vidrios rotos, daños en la parte del techo en las puertas de embarque 10, 11 y 12, más dos puertas que de plano quedaron inhabilitadas, entre otros destrozos, como en el techo del estacionamiento, y reportan que varios hangares fueron afectados.
El aeropuerto de Ezeiza tuvo muchos menos daños, pero quienes conocemos dónde se encuentra ubicado Aeroparque Internacional Jorge Newbery, sabemos que da al mar, por eso la destrucción fue mucho más grande que en el otro aeropuerto, que está tierra adentro. Seguimos muy al pendiente de lo que ocurra en la aviación del país austral.