Televisa contrató (sinceramente no sé el motivo, si cuentan con calidad de sobra en sus filas) a David Faitelson y André Marin, el primero anoche, parece ser una caballo de Troya para el americanismo en la empresa que, al final del día es, ha sido y será su casa. Por lo tanto considero inadmisible, un acto de ingratitud (digo, en el peor de los casos, que este NO es, decía Voltaire del deber de ser agradecido, así sea si el mismísimo demonio fue generoso con uno) el vociferar de la manera que lo hizo anoche no es algo ético de su parte, vaya, hay en la jugada del penal opiniones divididas si, porque es una jugada ‘brava’, que depende del criterio del árbitro central, que por cierto la vio a escasos metros y nunca dudó; si fue al VAR es porque lo llamaron e hizo bien en acudir.

Es un penal y punto. En esa zona del campo (de seguridad, le llaman los estrategas) se debe ser cuidadoso en extremo al jugar, y así como Rafa Márquez en Brasil 2014 cometió falta Vs Holanda y A. Robben y fue penal correctamente marcado (la sobreactuación es tema aparte), anoche fue falta, penal, gol y bicampeonato, y punto. El mismo Hugo Sánchez (no pretenderán contradecirle) fue muy claro en sus explicaciones al respecto.

Pero vaya, no creo que ningún patrón, jefe y/o superior en cualquier estructura jerárquica tenga por qué aguantar a un tipo al que se le paga demasiado bien, no el externar su personal punto de vista, cosa que es incluso deseable y necesaria, sino exagerar en sus tonos, conceptos y ser así de repetitivo. Fue sin más, el más pendenciero de los antiamericanistas, se le debe llamar la atención, moverlo a la mínima mesura o de plano considerar el relegarlo a un espacio menor dentro de la empresa televisiva, en lo que su contrato finaliza.

Sus maledicencias al micrófono y en redes sociales anoche pusieron una mancha innecesaria y con argumentos errados y exagerados a la final ganada, justamente, por el América sobre el aguerrido y más que digno rival, el Cruz Azul.