PROMETEO
Este mes de noviembre del año 2021 la actividad económica despliega junto con diciembre el cierre más dinámico y que apoya para tener un cierre superior al 6 por ciento de crecimiento del PIB. Somos un país de 128 millones de personas, somos la economía número 12 y sin embargo el PIB Per cápita es la posición 50. Para mejorar esta posición de desigualdad, se requiere crecimiento económico sostenido del 4 por ciento promedio por año del PIB, continuidad en políticas publicas adecuadas a mejorar el desarrollo regional y un creíble y eficiente Estado de Derecho.
Para poder tener un presupuesto de gastos adecuado, hay que tener claro el generar ingresos, esos ingresos serán fundamentales para estimular la economía nacional de manera sostenida. Si bien los indicadores macroeconómicos se ven estables aún con una inflación arriba del 6 por ciento, el Sector Financiero Publico sigue pasivo, sin una verdadera Banca de Desarrollo que dinamice las economías regionales y que genere empuje a la Banca Privada que sigue en su zona de privilegio de grandes negocios, hipotecas de nivel medio y alto y negocios y servicios que generen comisiones sin riesgos. Por otra parte, la falla de certidumbre jurídica para el sector privado inhibe la inversión y no aprovechamos con inteligencia empresarial las ventajas que llegaran con el T-MEC y el mercado interno, creando oportunidades regionales.
Un elemento clave para limitar el crecimiento y el desarrollo equilibrado regional es que la deuda total del país es del orden del 61 por ciento del PIB total, esa deuda es la herencia de gobiernos anteriores en especial FOBAPROA que representa el 10 por ciento de nuestra economía actual, es decir que desde los 90s del siglo pasado y hasta el año 2080 la deuda por capital e intereses para rescatar a la Banca que hoy es mayormente de capital foráneo, es decir, se rescató la Banca de sus anteriores propietarios por la pérdida de capital y el argumentado apoyo a los ahorradores. Se vendió limpia de cartera mala (bad bank nos lo comimos los mexicanos) en condiciones preferentes y de cereza amarga la deuda por el rescate bancario la estamos pagando los mexicanos y las siguientes tres generaciones. Sin duda unos genios.
Adicional a ello el factor deuda de PEMEX y CFE, representan en forma conjunta el 54 por ciento de la deuda del Gobierno Mexicano, ambas empresas productivas del estado, que, en décadas anteriores, fueron mal administradas, aun en sus mejores momentos, sus recursos fueron utilizados en el flujo de las políticas del gobierno en turno. Las empresas productivas del estado deben ser autosuficientes y eficientes para pagar su deuda, pero el desvió con otros fines de la deuda contratada, el consentimiento al sindicato en especial a sus sempiternos líderes.
La deuda no es mala si se usa responsable y productivamente, pero si la deuda mexicana se utilizó para rescates a grupos afines, dispendio público, rescates a gobiernos estatales por motivos políticos y de corrupción, estamos en un círculo vicioso que no ha entrampado por décadas y discursos convenientes a los políticos en turno. Las deudas y que son muy altas con respecto a su PIB en las grandes potencias (Japón, Alemania, USA) se aplican en infraestructura competitiva, desarrollo tecnológico en Salud y Educación principalmente. Tanto admiramos a lo foráneo, copiemos lo bueno.
Hoy están a debate diversas modificaciones medulares en la industria eléctrica, tema que debe revisarse con objetividad y con soporte en los hechos ciertos. Se debe generar la participación del capital privado de sus dueños y no de sus voceros, de igual manera el sector público, que haya debate en parlamento abierto. Esto es importante pues más que posiciones de carácter político y partidista, debe analizarse lo que es bueno para México y no para una minoría, sin embargo, debe prevalecer el Estado de Derecho, lo que está bien hecho y funciona de manera licita, darle continuidad.
El Presupuesto de Egresos del 2022 también ya generó ciertas posiciones con respecto a los montos que se han disminuido al Poder Judicial y al INE. Al primero un recorte de 4 mil 900 millones de pesos y al segundo un recorte de 3 mil millones de pesos. Ahora bien, hay que manejarlo en perspectiva el presupuesto del 2021 fue de 20 mil millones de pesos para el INE y pedía 24 mil 650 millones para el 2022, es decir en términos nominales no hubo disminución a su presupuesto de lo aprobado en 2021. En relación al Poder Judicial y la SCJN pedían 77 mil millones de pesos y se les aprobaron 74 mil millones de pesos, su presupuesto de 2021 fue 65 mil millones de pesos, así que le va muy bien al Poder Judicial y sin dar los resultados de gestión en materia de justicia que la sociedad reclama.
Se aprobó también en la Cámara de Diputados un presupuesto de 30 mil millones para el programa de vacunación de 2022, esto es mil 600 millones de pesos más que en 2021. La pensión para adultos mayores a 65 años se aumentó a 20 mil millones de pesos en 2022, esto es 2 mil millones de pesos más que en 2021, tan solo estos dos incrementos son la reasignación del Poder judicial en vacunas y pensión a adultos mayores, así que en mi opinión están mejor invertidos.
Los incrementos relevantes del presupuesto serán en educación, salud, seguridad nacional y agricultura, dependencias que tendrán la mayor reasignación del presupuesto en 2022. En el año 2020 el último reporte indicó que el gasto per cápita de educación es de 8 mil pesos al año y de 5 mil pesos en salud.
Con esos niveles no se puede hablar de primer mundo, de desarrollo igualitario. Estados Unidos aplica en educación per cápita el equivalente a 50 mil pesos mexicanos en 2020, España 25 mil pesos, Alemania 50 mil pesos. Esa cifra en gasto de salud per cápita en USA es de 160 mil pesos mexicanos actuales, en España 40 mil pesos y Alemania de 80 mil pesos.
Así de claro el escenario para ver si somos un país educado, productivo y saludable. Y también para decidir si queremos ser actores activos o pasivos en las decisiones y momentos clave del país.
Mario Sandoval en Twitter: @MarioSanFisan