La exageración siempre ha sido una herramienta útil en la política y el gobierno para influir en la opinión pública, generar apoyo para las políticas y galvanizar la acción.
Cuando se utiliza de manera eficaz, la exageración puede simplificar cuestiones complejas, crear sentido de urgencia y movilizar apoyos. Sin embargo, cuando se utiliza de manera irresponsable, puede distorsionar los hechos, profundizar la polarización y erosionar la confianza en la gobernanza.
1. La exageración como mecanismo persuasivo
a) Sirve como un recurso retórico para persuadir y amplificar. Los políticos la utilizan para enmarcar las cuestiones y maximizar su impacto, aumentando lo que está en juego para motivar a los ciudadanos o legisladores a actuar. Durante las campañas electorales, los candidatos suelen exagerar las consecuencias de las políticas de sus oponentes, advirtiendo el desastre económico o colapso social si se implementan ciertas medidas. Esta táctica crea un contraste entre opciones y da a los votantes una sensación de urgencia a la hora de tomar decisiones.
b) En el gobierno, puede ayudar a hacer más tangibles cuestiones complejas y abstractas. El cambio climático es un ejemplo. La complejidad de los datos científicos puede dificultar que el ciudadano capte la urgencia. Al exagerar los posibles resultados (la destrucción inminente del planeta), se logra crear conciencia y presionar a los gobiernos para que actúen. Los hechos siguen siendo ciertos, pero la exageración ayuda a transmitir una sensación de inmediatez que de otro modo podría perderse en los datos técnicos y las proyecciones a largo plazo.
2. Movilización de la opinión pública y el apoyo
a) Es una herramienta poderosa para movilizar la opinión pública. Los candidatos suelen recurrir a la hipérbole para involucrar y energizar a su base. La presentación de las políticas como amenazas existenciales o panaceas les permite abrirse paso entre el ruido de los problemas, elevando su agenda al primer plano del discurso público. Una exageración bien elaborada puede reunir partidarios, dinamizar movimientos e incluso crear un sentido de misión o identidad colectiva.
b) Se utiliza para generar apoyo entre los ciudadanos desilusionados o privados de sus derechos. Al pintar un cuadro del sistema político como completamente corrupto o fallido, algunos se posicionan como la única solución viable. Exageran los fracasos de los líderes anteriores, afirmando que “restaurarán la grandeza” de una nación. Estas declaraciones caen bien en aquéllos que se sienten desatendidos por la política tradicional, lo que les da la esperanza de que llegarán soluciones radicales.
c) En el gobierno, puede simplificar el debate. Cuestiones complejas como la reforma energética, de salud, la política fiscal o la inmigración se reducen a frases hechas cargadas de emoción que facilitan a la gente adoptar una postura. Facilitan que las personas comprendan y se sientan emocionalmente involucradas en cuestiones que de otro modo podrían parecer demasiado complicadas o distantes.
3. Los peligros de la exageración excesiva
a) A pesar de su utilidad, conlleva riesgos significativos. Uno de los peligros más inmediatos es la erosión de la confianza en las instituciones políticas. Cuando la exageración se convierte en deshonestidad, puede conducir a la desilusión. Si los ciudadanos escuchan repetidamente predicciones funestas o promesas que no se cumplen, pueden volverse cínicos respecto del liderazgo político. Se erosiona la confianza en la democracia y el sistema.
b) Puede profundizar la polarización. Cuando los políticos o los medios de comunicación exageran las diferencias entre ideologías o partidos políticos, contribuyen a una mentalidad de “nosotros contra ellos”, lo que dificulta el compromiso y la colaboración. Las afirmaciones hiperbólicas sobre amenazas existenciales pueden inspirar una acción radical.
c) También puede dar lugar a un mal gobierno. Las políticas diseñadas en respuesta a crisis exageradas pueden ser desproporcionadas, no estar alineadas con la realidad o ser ineficaces. A largo plazo, la exageración puede socavar la calidad del discurso público. Se reduce el espacio para la discusión matizada y el debate razonado. Las cuestiones complejas requieren soluciones meditadas basadas en la evidencia, pero la exageración tiende a simplificarlas de manera que oscurece su complejidad. Esto puede sofocar la innovación y obstaculizar el desarrollo de políticas públicas eficaces.
4. Equilibrar la retórica con la responsabilidad
a) Si bien la exageración siempre será parte del arsenal de los políticos, los líderes responsables deben equilibrar el talento retórico con la necesidad de precisión y honestidad. Una gobernanza eficaz requiere tanto la capacidad de inspirar la acción como la de generar confianza mediante la transparencia y promesas realistas. Los responsables de las políticas deben ser conscientes de que, si bien la exageración puede ser eficaz a corto plazo, depender demasiado de ella puede dañar la credibilidad.
b) Los ciudadanos equipados para evaluar críticamente la retórica política tienen menos probabilidades de dejarse influenciar por afirmaciones exageradas y pueden exigir una mayor rendición de cuentas de sus líderes. De manera similar, los medios de comunicación independientes desempeñan un papel crucial en la verificación de hechos y la provisión de contexto, ayudando a contrarrestar las exageraciones que dominan en el discurso político.
Después de todas las exageraciones, y la montaña rusa que vivimos durante septiembre, el nuevo gobierno tendrá la oportunidad de recuperar la confianza pública y establecer un rumbo positivo para el futuro de la nación. Necesitará una estrategia de remediación para sus primeros 100 días:
1. Reconocimiento y transparencia
a) Reconocer los errores pasados: reconocer las deficiencias de la administración anterior generará credibilidad. Se puede establecer una comisión o grupo de trabajo para revisar y evaluar el impacto de las políticas fallidas.
b) Transparencia en la toma de decisiones: establecer mecanismos para una gobernanza transparente, como reuniones informativas públicas periódicas, iniciativas de datos abiertos y sistemas de retroalimentación de la ciudadanía.
2. Reforma constitucional y revisión legal
a) Implementación de las reformas constitucionales: enmendar las reformas que sean peligrosas. Los académicos y expertos legales pueden participar en un debate público sobre las implicaciones y los cambios necesarios.
b) Salvaguardias constitucionales: fortalecer los controles y contrapesos institucionales para evitar la recurrencia de reformas legales perjudiciales, incluyendo el fortalecimiento de la independencia judicial y la supervisión legislativa.
3. Restauración de servicios y políticas públicas
a) Corregir políticas defectuosas: realizar una revisión sistemática de políticas fallidas, especialmente aquellas que afectan a sectores críticos como la atención médica, la educación y la economía. Reemplazarlas con alternativas basadas en evidencia.
b) Programas de estabilización social y económica: lanzar programas inmediatos para aliviar cualquier daño causado, en particular si las políticas anteriores crearon angustia social o económica, como desempleo, inflación o deterioro de los servicios públicos.
4. Reconciliación y sanación
a) Diálogo nacional: crear espacios para que los ciudadanos expresen sus quejas, en particular si las políticas causaron divisiones sociales o políticas. Un proceso de reconciliación puede ser necesario para sanar las divisiones sociales.
b) Inclusión y diversidad: reconstruir la unidad fomentando un enfoque de gobernanza inclusivo. Involucrar a las comunidades marginadas en la formulación de políticas y asegurar que las políticas públicas beneficien a la sociedad en general.
5. Planes de recuperación económica
a) Ajustes de la política fiscal y monetaria: trabajar en la estabilización de la economía a través de políticas fiscales y monetarias inteligentes, incluyendo la revisión de los niveles de deuda, el ajuste de las tasas de interés o la reducción de las presiones inflacionarias.
b) Estímulo e inversión en sectores clave: proponer inversiones en infraestructura, tecnología y energía renovable, y ofrecer paquetes de estímulo que creen empleos y promuevan el crecimiento sostenible.
6. Fortalecimiento institucional
a) Reformas para la eficiencia del gobierno: abordar las ineficiencias en la gobernanza reformando los sistemas burocráticos, reduciendo la corrupción y mejorando la prestación de servicios a los ciudadanos.
b) Mecanismos de rendición de cuentas: asegurar que los futuros errores de política se detecten a tiempo mediante el fortalecimiento de las instituciones de supervisión, mejorando el papel de la sociedad civil y empoderando a los organismos de control para que exijan cuentas al gobierno.
7. Participación pública y creación de confianza
a) Comunicación frecuente: mantener una verdadera comunicación regular y clara con el público para generar confianza, incluyendo reuniones públicas, difusión en las redes sociales y conferencias de prensa.
b) Educación cívica: promover la comprensión pública de la gobernanza y los asuntos constitucionales para fomentar la participación ciudadana informada en el proceso político.
8. Reinicio de las relaciones exteriores
a) Recalibración diplomática: reconstruir las relaciones con las naciones extranjeras, después del aislacionismo, y acelerar la participación en organismos y foros multilaterales.
b) Asociaciones y alianzas: forjar asociaciones estratégicas que puedan apoyar los esfuerzos de recuperación nacional, los acuerdos comerciales y la inversión extranjera.
9. Visión a largo plazo y planificación estratégica
a) Desarrollar una nueva visión para la nación: diseñar un plan a largo plazo que articule una visión clara e inspiradora para el futuro del país, haciendo hincapié en el desarrollo sostenible, la resiliencia económica y la cohesión social.
b) Coherencia de políticas: garantizar que todas las políticas estén alineadas con esta visión a largo plazo, evitando la fragmentación o la miopía.