No sé hasta qué punto puede ser capaz de llegar la derecha con tal de llamar la atención. En efecto, la encrucijada que vive la derecha es como si estuvieran perdiendo el control de cómo encauzar una campaña electoral. Percibimos, por ejemplo, que no se ponen a pensar que, en la medida que Morena alcanza mayor unidad, el descenso se acelera para el Frente Amplio por México. En todo caso, Marcelo no ha tomado una decisión, sin embargo, es un hecho que no se irá a fortalecer la candidatura de Xóchitl, ni mucho menos se sumará al PRI, PRD o PAN.

En dado caso que Marcelo decida salir de Morena, la más perjudicada de esa decisión es, ni más ni menos, que la senadora Gálvez. De hecho, han circulado algunas mediciones y, en medio de esos estudios, Ebrard le pisa los talones a Xóchitl para el segundo lugar, eso sí, muy lejos de Claudia Sheinbaum, candidata de Morena a la presidencia de la República. Por ese motivo, le han estado insistiendo tanto a Marcelo para que se sume al Frente; saben la fuerza política que representa. Claramente, eso constituye una oportunidad inmejorable para la abanderada de la derecha, sin embargo, eso es políticamente imposible.

El Frente Amplio por México tendrá que encarar el ejercicio electoral sin el apoyo de Movimiento Ciudadano. Incluso, la actitud decidida de su líder, Dante Delgado, ha sido muy clara, más allá de la fuerte presión que se ejerza. De ese modo, es posible ir anticipando que, con ese escenario puesto sobre la mesa, MC tiene muchas posibilidades de convertirse en la segunda fuerza política del país. O sea que, de cara al siguiente proceso, la derecha se desinfla más. Solo basta ir a los propios hechos para constatar el desastre que están llevando a cabo.

Nunca vi, por ejemplo, esa irrupción de la que hablan algunos comunicadores. Fue, a grandes rasgos, solo una estrategia de posicionamiento. De hecho, no ha servido de nada la personificación de un personaje del pueblo. Es decir, no brota de manera natural esa personalidad que, claro está, es simulada y, de paso, hasta evidenciada por la poca elocuencia que posee. Incluso, durante estos días he notado un desinterés total de la sociedad por el Frente. De ese modo, las propias encuestas, ya con los perfiles prácticamente definidos, han hecho una ponderación y, con una ventaja muy amplia, Morena domina el proceso presidencial y, con ello, la mayoría de gubernaturas y espacios legislativos.

La derecha perderá la elección presidencial porque su candidata no levanta y de paso, va de mal en peor. No conecta. Seguramente se espera un golpe de suerte o un chispazo que no llegará de la noche a la mañana. Además de ello, Xóchitl no ha podido romper ese molde de la derecha. Es decir, ser un perfil que, más allá de las siglas de un partido, tenga un potencial para encarar un proceso de esta naturaleza. Desafortunadamente, la abanderada del Frente está muy limitada. Es sabido que le cuesta mucho trabajo responder los temas dominantes de la agenda pública.

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Sabemos que el debate es un ejercicio fundamental para posicionarse en el mapa electoral de la gente. Se trata, claro está, de un elemento clave que, como dijimos antes, es indispensable para ser un actor atractivo para los votantes. Es muy probable, si no no me equivoco, que Xóchitl Gálvez, abanderada del Frente, tropiece de forma constante, pues enfrentará preguntas que, para una elección presidencial, es crucial no titubear ni equivocarse.

Y como la campaña de Xóchitl va de mal en peor, no le auguro un panorama positivo, sino un detrimento que ellos mismos están empujando fuerte. Hablo, por ejemplo, de los tropiezos que a la luz pública comete Gálvez. Hasta este momento, ayer lo abordamos en este espacio de opinión, Claudia Sheinbaum le lleva más de 20 puntos de distancia, de acuerdo con la encuestadora local de SDPnoticias. De hecho, hicimos énfasis de manera muy rápida en ese estudio porque, para el proceso interno de Morena, fue una de las más exactas en su pronóstico hace un par de semanas.

Sin ir más lejos, ahora sabemos que, el mismo efecto que se vivió en 2018, se repetirá en el 2024. Morena ganará la elección presidencial ante una desinflada derecha que, en este proceso, va de mal en peor, especialmente por el escandaloso plagio de tesis que, con eso, ya no le queda ni victimizarse, sino remar a contracorriente con la enorme loza que cargará.

Notas finales

Michoacán

Días después de que nombraran a Claudia Sheinbaum coordinadora de los comités para la defensa del voto, Marcelo Ebrard no estuvo de acuerdo en el resultado final. Impugnó la decisión en la Comisión de Honestidad y Justicia de la dirección del partido y, pese a que la pelota esté en la cancha de órgano colegiado, nada le quitará la designación a Sheinbaum. O sea, nada de lo que tenga que alarmarse la ruta presidencial, pues la decisión está tomada y, con ello, avalada en Palacio Nacional. Entonces, pese a los esfuerzos y las presiones de Ebrard, con la puesta en marcha de su asociación “El camino de México”, no habrá marcha atrás. Y, rebelión o no, un número importante de legisladores federales firmaron., incluso el diputado Hirepan Maya, que hace poco fue captado sirviendo el contenido de una botella de licor en plena sesión de la comisión permanente.

Personajes como él, le restan credibilidad al proyecto político de Marcelo Ebrard. A lo que voy es que, diputados como Hirepan Maya, están muy por debajo del nivel que se necesita para un proyecto de esa naturaleza. Además de ello, Hirepan, en Michoacán, divulgó que él, para efectos políticos, fue el mentor del ahora gobernador y, de paso, lo cobijó para llegar a la candidatura de Morena cuando fue delegado del partido en la entidad Purépecha. Vaya, si qué se envanece el diputado que, políticamente hablando, no le ha aportado nada a la entidad federativa más que los penosos momentos en que fue captado, primero, con una botella de licor en la comisión permanente y, de paso, con otros bochornosos instantes.