Marlies Mejias, ciclista cubana actualmente residenciada en Virginia, Estados Unidos, y miembro del equipo profesional Virginia’s Blue Ridge TWENTY24, se ha transformado en la mejor especialista de critériums en Estados Unidos.

Nacida en el pequeño pueblo de Mayarí de Arriba, en la comunidad de Soledad, Santiago de Cuba, Marlies creció enfrentando numerosas carencias. Sus juegos infantiles consistían en correr por el monte, persiguiendo vacas y becerros, y tratando de sobrevivir. Caminaba varios kilómetros cada día para asistir a la escuela.

La dieta de Marlies se basaba en arroz, frijoles y algo de pollo, costumbre que mantiene hasta hoy. Estaba acostumbrada a los desafíos diarios, y la vida en el campo resultaba ser una competencia más dura que las carreras de ciclismo. Cuando su abuela enfermó, Marlies se mudó a La Habana para vivir con su madre, marcando el inicio de su transformación.

El profesor Carlos Díaz, encargado de la iniciación en ciclismo del sistema de detección de talento del deporte cubano, les presentó el deporte del ciclismo a Marlies y su hermana, quienes se maravillaron con la actividad. Marlies cuenta que su hermana, con costumbres más refinadas de la capital, vivía con su madre en La Habana, mientras ella, acostumbrada a luchar por cada cosa en su entorno rural, se adaptaba al nuevo ambiente.

“Mi hermana era mejor que yo, pero un día enfermó y dejó el ciclismo. Gané mi primera competencia aunque a mi mamá no le gustaba que yo, como mujercita, practicara deportes. El profesor tuvo que pedir permiso a mi mamá para que me dejara ingresar a la escuela especial de ciclismo. Si no hubiera sido así, probablemente estaría viviendo en Soledad, acostumbrada a pelear por todo en el monte. ¡Imagínese usted lo que hubiera sido de mí!”

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La vida fuera de casa forjó en Marlies la capacidad de valerse por sí misma y de sobrevivir. Ya como ciclista juvenil, recuerda las competencias en Aguascalientes, México, donde el entrenador “Chino” Leonel Álvarez les pedía ganarles a las mexicanas para continuar con el programa de competencias internacionales.

Hoy, Marlies Mejias se ha refinado aún más desde que emigró a La Habana debido a la enfermedad de su abuela. Continúa en su plan de supervivencia, dominando los critériums en Estados Unidos. Los locutores que animan estas carreras mencionan con gran emoción su nombre, ya bautizada como “the Cuban Rocket”, reconociendo su origen rural y su transformación en una atleta distinguida.