Uno de los temas que, por décadas, se ha exigido a las autoridades por parte de los trabajadores del magisterio, es la auténtica valorización de la función docente. Desde la época neoliberal, en el discurso, se prometía que se iba a buscar darle mas valor a la función docente y, por ende, al maestro. Sin embargo, el docente siempre ha sido mal visto, mal pagado, menospreciado, perseguido y ninguneado por las mismas autoridades.
En el 2013 se dio el embate más agresivo en contra del magisterio cuando se pretendió dar de baja a todo aquel docente que reprobara un examen estandarizado. A través de una resistencia heroica del magisterio, estas reformas se cancelaron en su parte más lesiva.
Así arribó el 2019 y su reforma constitucional en materia educativa. De esta se derivaron dos leyes federales y, nuevamente, con ellas, se presumió la reivindicación del magisterio. En parte fue verdad, pues se quitó la parte punitiva contra los maestros, pero no se dignificó al magisterio. Tampoco se transparentó el nuevo organismo llamado USICAMM. Este organismo era y es el encargado de la contratación de los nuevos maestros, de sus ascensos, sus estímulos y cambios de adscripción. Desde entonces ha habido un sinfín de quejas sobre la opacidad y el abuso de la USICAMM. Sobre todo, se le señaló de permitir que los sindicatos le metieran mano. Estos abusos nuevamente han ofendido al magisterio sin que se le reivindique.
Del 2019 a la fecha no se han hecho esfuerzos ciertos para revalorar al magisterio a pesar de que en el Art. 1º y 3º de la Ley General para la Carrera de las Maestras y de los Maestros, se diga que se va reivindicar al maestro. Palabra muerta.
De qué sirvió que en el Plan de Estudios 2022, aparezcan citas como esta.
“La actual división del trabajo docente y la forma de organizar la actividad pedagógica encomendada a las profesoras y los profesores se ha construido históricamente desde la ignorancia, el menosprecio o incluso la represión de su condición de profesional de la educación.”
Sigue habiendo abusos, excesos y ofensas en contra del magisterio. Nada mas veamos la propuesta temeraria que hizo en el congreso de Puebla un diputado local de Morena, de nombre Roberto Zatarain. El legislador la emprendió en contra de aquellos docentes que, dijo, permitan el acoso escolar. Presumió que iba a presentar una iniciativa de ley donde se estableciera que se le impondrían 5 años de cárcel a los profesores y directores que sean omisos en casos de acoso escolar. Si la supuesta omisión termina en suicidio de la victima se deberá encarcelar al maestro (a) y al director o directora, afirmó.
Lo anterior es un verdadero exceso, es un despropósito, sobre todo, porque esos casos lamentables suceden no por desidia del docente. La mayoría de las veces estos casos se deben a factores múltiples, sobre todo, por problemas generados dentro de la familia. Pero vaya forma de pretender revalorar a los maestros de Puebla. En este legislativo poblano se volvió a agraviar al magisterio donde, por cierto, una maestra es presidente del mismo congreso. Esta docente no dijo ni media palabra sobre las palabras ofensivas a los maestros por parte de su compañero de bancada. Tal vez no era su función decir algo.
Si esta iniciativa pasa en Puebla, la persecución en contra de los maestros se recrudecería pues es seguro que la autoridad administrativa aumentaría la severidad de las sanciones, ante ciertos casos de maltrato, aunque el acoso no desemboque en el suicidio de la víctima. Creo que la revalorización del magisterio va seguir esperando.
Un docente de la sierra norte de Puebla me hizo llegar lo siguiente: “… esos funcionarios, qué van a saber de los enormes problemas por los que pasa un docente. Para llegar a mi trabajo tengo que caminar una hora diariamente. Mis niños hacen lo mismo. Provienen de hogares desintegrados, donde los adultos consumen alcohol de manera frecuente. Diariamente comen lo que pueden. Saliendo de la escuela, mis niños se van al corte del café y a veces ni van a la escuela. Las becas poco les ayudan pues el dinero lo invierten en chatarra. Chatarra llevan a la escuela y es lo único que comen. O les impido que coman esas cosas o los dejo sin comer. El maltrato a los menores es común en sus hogares. Muy pequeños se juntan y sin estar preparados tienen hijos y otros se van a trabajar fuera. Mi salario lo gasto en materiales que no me dan en la secretaría y el resto lo uso para medio comer. Ni siquiera me alcanza para vivienda. Y ese diputado loco todavía me quiere encarcelar por no evitar el maltrato de mis niños. El maltrato más grande es la falta de oportunidades de mis padres de familia y de mis chiquillos. Ese diputado que me quiere encarcelar, mejor que se vaya de maestro a la sierra y estoy seguro que ni una semana aguanta. Va salir llorando ante todos los problemas que va encontrar, mismos que no serán su culpa y que no sabrá ni cómo resolverlos”.
Por otro lado, los dirigentes sindicales, obligados a defender a los maestros, ante el desplante del diputado local, se escondieron a pesar de las ofensas a sus agremiados y, días después, obligados por las inconformidades, aparecieron. La sección 51 del SNTE sacó un aguerrido comunicado que mereció el siguiente comentario de una maestra de grupo: “o no se leer o es verdad que este comunicado le hubiera salido mejor a cantinflas o, en una de esas, algún panista de esos que les sale re chulo cantinflear, lo hubiera hecho mejor”
Aprovecho el espacio para transcribir otra queja de un maestro de telesecundaria de Puebla: “… no conforme el SNTE, sección 51, de no hacer nada, fueron ellos mismos quienes a través de su secretario de trabajos y conflictos de telesecundaria, promovieron que el ex director del nivel de telesecundarias, quien durante su encargo solo se dedicó a ofender a los maestros de este nivel, pues había sido colocado en el puesto por el anterior gobernador sin que ni siquiera supiera como hacer una planeación, ahora, con su plaza de docente que siempre tuvo, lo ubican como flamante supervisor escolar en la zona de Acatzingo, Puebla. Y los que esperamos una oportunidad pues nos hemos preparado ¿qué más tiempo debemos de esperar para que nos reconozcan y nos den esa oportunidad?”
Ante quejas como estas, digo yo, el SNTE y sus dirigentes, ya no tienen remedio. También eso de revalorar al magisterio, lo que es revalorar a los maestros, todavía no llega.
Mtro Juan Durán Martínez. Docente de escuela pública, Puebla, Puebla.
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