En medio de la nueva guerra fría entre Estados Unidos y China, y como consecuencia de la más reciente revolución industrial, cualquier ciudadano con un móvil inteligente tiene acceso a una aplicación como Facebook, Twitter, Instagram o TikTok. Desde allí pueden compartir mensajes, vídeos, o simplemente, tener acceso a material informativo.
Sin embargo, todo apunta a que las redes sociales están siendo usadas como herramienta para empujar los intereses de las grandes potencias. Me refiero en particular a TikTok, aplicación en boga, principalmente entre los jóvenes.
De acuerdo a los servicios de inteligencia estadounidense, TikTok, cuyos principales accionistas son miembros del Partido Comunista Chino, se ha convertido en la nueva arma de espionaje utilizada por el gobierno de Beijing para espiar a los occidentales. A raíz de esta información, el gobierno de Estados Unidos, seguido de Canadá y algunos miembros de la Unión Europea, ha prohibido recientemente su descargue y utilización por parte de miembros de la administración.
Y no parecen estar privados de razón. Por el contrario, la prohibición de TikTok a funcionarios de alta responsabilidad pública responde a la exigencia de proteger información confidencial que pudiese ser manipulada y utilizada con fines de sabotaje por parte del gobierno chino.
¿Qué debe hacer México? Si bien nuestro país no es un actor principal en el nuevo contexto caracterizado por la rivalidad chino-estadounidense, sí que es percibido a nivel internacional como un aliado de Estados Unidos. Poco importa en realidad si México forma parte o no de una alianza formal con la primera potencia militar, pues la cercanía territorial, la sociedad comercial y la colaboración en distintas materias lo colocan ante los chinos como un Estado con información secreta relacionada con las prioridades de la política exterior estadounidense.
En otras palabras, personajes políticamente expuestos del gobierno mexicano, tales como Marcelo Ebrard, Rosa Icela Rodríguez, Luis Cresencio Sandoval y otros funcionarios que integran el gabinete de seguridad y relaciones exteriores podrían ser objeto de espionaje por parte del gobierno chino, con el objetivo, como he señalado, de extraer información sobre la relación con el gobierno de Estados Unidos, la estrategia de combate contra el narcotráfico o la agenda política del presidente Joe Biden.
En esta tesitura, el presidente AMLO, en coordinación con su gabinete de seguridad, debe plantear inmediatamente la posibilidad de prohibir la utilización de TikTok por parte de los funcionarios de alto nivel, pues no únicamente está en juego la confidencialidad de los asuntos tratados con Washington, sino también secretos de Estado que no deben caer en manos del régimen chino.