Hay un reclamo generalizado. Voces desde distintos algunos, y diversas posturas han sumado la voluntad con la finalidad de obtener la libertad de José Manuel del Río Virgen, al que muchos consideramos un preso político de la justicia en Veracruz, máxime cuando no existen elementos que involucren al funcionario del Senado, más que puras conjeturas, es decir, nada para efectos de vinculación que puedan afirmar la hipótesis de la jurisdicción local de aquella entidad.

Entonces, alejado de todo proceso transparente de las autoridades de Veracruz, José Manuel del Río Virgen sigue tras las rejas injustamente. Con ello, nació una especie de movimiento social bajo la bandera de justicia que ha recurrido a la manifestación pacífica para que se esclarezca lo más pronto posible de modo que se demuestre su inocencia.

El propósito es, como en muchos casos de arbitrariedades en Veracruz, alzar la voz de protesta y no flaquear. Fue el sábado que se logró congregar una multitud en distintos puntos del país debido al primer mes que se produjo la detención de José Manuel del Río Virgen.

De hecho, el respaldo surgió en una etapa quizá clave para el secretario técnico de la Junta de Coordinación Política luego de que un juez concedió la suspensión provisional en el amparo.

Esto significa que, en un lapso determinado, se lograría resolver la situación en otras condiciones para que quede sin efectos de materia. Puede resultar un poco complejo el juego de palabras abstractas, pero los sabedores de la disciplina jurídica nos comentan que son aspectos muy positivos que se deben considerar como un logro.

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Esto abre la esperanza de que muy pronto se vea la luz al final del túnel. Eso lo demostró un recurso de la justicia federal que concedió el mecanismo jurídico; con ello, y para responder a los criterios absurdos que tomó un juez local de Veracruz, puede llegar a concretarse muy anticipadamente un acto de equidad.

Hasta ahora, un precedente importante que impulsó, hay que decirlo, un grupo de legisladores de la cámara alta que, con mucha convicción y responsabilidad social, decidieron seguir adelante hasta encontrar coincidencias adecuadas para obtener la libertad de José Manuel del Río Virgen.

Es posible que la esperanza y el anhelo tengan una respuesta favorable. Son muchas las situaciones lamentables que vive el estado de Veracruz. De hecho, la comisión especial recibió más de 50 agravios del delito catalogado de ultraje que, incluso, fue demostrado por la propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos quienes resumieron que, lo que pasó, en términos sociales, significó un manojo de violaciones y atropellos la captura de seis jóvenes que trascendió, a pasos agigantados, por los criterios duros y autoritarios de un quebrantamiento que avaló el legislativo de aquel territorio, pero, declarado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como un hecho inconstitucional.

De ese tamaño es la contradicción en aquella entidad. En el caso de José Manuel del Río Virgen se ha demostrado que no existe absolutamente nada que lo comprometa.

Sólo conjeturas como ha sucedido en miles de casos donde se ha puesto tras las rejas a cientos de inocentes que tuvieron que lidiar con el excesivo y punitivo efecto de la intransigencia.

Por esa razón, se mantiene la fe depositada, en este momento, en la justicia federal.