Los mexicanos tenemos un modismo que es muy popular, decir “ji… ji… ji… Jo… jo… jo”. Es como cuando cuentas algo que podría haber sido chistoso pero no lo es y no lo será.

Es también cuando en una plática  quieres ahorrarte demasiadas explicaciones y entonces aplicas el: “Y bueno… así estuvo la cosa. Que si ji… ji… ji… Que si jo… jo… jo…”.

Por supuesto, no tengo la menor duda que este modismo no sea en absoluto entendible para nuestros vecinos norteamericanos ni mucho menos por Donald Trump. Es un dicho popular, netamente mexicano.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con mi columna? Pues que he notado que Claudia Sheinbaum se ha burlado un poquito de Donald Trump. Digamos que no lo baja de “loquito,” aunque, por supuesto, ella no hay dicho nada de esto, pero lo ha insinuado.

En alguna conferencia mañanera no tan lejana, nuestra presidenta dijo con una sonrisa en los labios que Donald Trump tenía su muy particular forma de decir las cosas, es decir como quien dice,  que el es muy chistoso y es muy bromista.

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Hoy Claudia Sheinbaum responde a una afrenta (una de tantas) que ha lanzado el próximo presidente de Estados Unidos, contra nuestra nación.

A solo unos días de ser presidente dijo que le cambiará el nombre al Golfo de México, como Golfo de América. No lo dijo riéndose, por cierto.

Ante este “chiste” burdo y ofensivo  de Donald Trump, Claudia Sheinbaum le responde y le dice que el Golfo de México está reconocido así por la ONU, propone que en lugar de América del Norte también ella pueda cambiarle el nombre y llamarle “América Mexicana”.

“¿Porqué no le llamamos América Mexicana? Se oye bonito. ¿No?”, le respondió nuestra presidenta así a Donald Trump.

Mucho “Ji… ji…ji… jo… jo… jo…”.

La verdad de las cosas es que Donald Trump no está bromeando. Nunca ha bromeado.

Desde la mañanera también López Obrador se envalentonó unas cuantas veces para responderle al estadounidense sus constantes ataques, pero la verdad de las cosas es que si un atributo tenía el expresidente de México es ser igual de pesado que Trump.

En este caso, Claudia ha querido seguir en esta línea que dibujó López Obrador hacia Trump como un “darle el avión” y nada más.

Me parece que Donald Trump es machista a morir y misógino también. No sé si le vaya a “perdonar” la pachanga que trae nuestra presidenta respondiéndole con bromas a sus agresiones.

Me imagino será implacable. Y lo será para que se sepa quién manda. Eso siempre lo ha querido dar a entender Donald Trump: El que manda es él.

No estoy segura que la estrategia de Claudia Sheinbaum para responderle a Donald Trump sea la efectiva y necesaria.

No estoy diciendo que se ponga de rodillas ante él, pero jugarle al valiente dicharachero y bromista  tampoco va a ser favorecedor.

Claudia Sheinbaum necesita comportarse con seriedad.

En manos de Donald Trump está el estatus migratorio de miles de mexicanos. En manos de Donald Trump están cientos de empleos que esos mismos mexicanos mandan dinero a sus familiares.

No creo que esta situación sea de ser bromistas. Creo que Donald Trump no juega. Tampoco bromea. Y pienso que, ante las burlas de Claudia Sheinbaum , lejos de aplacar su ira y su genofobia, lanzará petardos cargados de ofensas e intimidaciones contra los mexicanos.

No, presidenta de México, la necesitamos fuerte ante Donald Trump. La necesitamos también codo con codo haciendo fuerza contra aquel monstruo con Omar García Harfuch, porque, perdón, pero Juan Ramón de la Fuente no representa para los mexicanos que viven dentro y fuera de Estados Unidos, ningún liderazgo que represente respeto y seriedad.

Así que yo diría que nos dejemos del ji… ji…ji... jo… jo… jo y desde el gobierno de México vayan creando estrategias eficientes, serias y respetuosas, pero firmes para lo que se viene en cuanto a Relaciones Diplomáticas con Estados Unidos.

Es cuanto.