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El plan suena extravagante: una asociación de alcance continental que impulse el desarrollo de América y enfrente el impulso avasallador de China y Asia.

Sin embargo corresponde con una visión razonable de pensamiento económico que parte de la idea de que solo unidos los países del continente podrán hacer frente a ese empujón en el orden económico mundial que plantea la emergencia de China como el polo que es capaz de enfrentar y rebasar a USA como el gran referente.

El trasfondo tiene que ver con la producción de mercancías y el crecimiento de los mercados de consumo, y es que el mundo cambió de manera acelerada en los último 20 años y solo tomando decisiones de gran nivel es que se podrán generar equilibrios.

Es el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, quien impulsa y promueve ese acuerdo continental, a partir de su propia visión de lo que debe ser la economía (una economía moral) en donde los que hasta hace poco eran vistos como fuerza de trabajo barata, sean capaces de incorporarse a la economía de consumo y que al final del día sean ellos quienes se conviertan en motor de un nuevo mercado.

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El enfoque involucra recursos naturales y fuerza de trabajo, pero también tecnología, visión de desarrollo, además de la capacidad logística y de producción que cada región posee.

El primer paso lo dio hace ya más de 20 años la que primero se llamó Unión Económica Europea, con su asociación en moneda única, el Euro, y que ahora es la Unión Europea, con un gobierno central, fronteras comunes y demás ingredientes que han permitido a los países miembros mantenerse como potencias a partir de sus propias fortalezas.

China y los países de Asia sin un acuerdo, se han adaptado a esa realidad y es que poseen enormes reservas de recursos humanos. China con mil 300 millones de habitantes y la India con mil 200 millones de habitantes, generan en sí mismos un desbalance en la ecuación, pues son la fabrica del mundo y el epicentro de la demanda de materias primas y los llamados comodities, en especifico metales y minerales industriales y combustibles.

En ese entorno América debe en su conjunto diseñar y aplicar una estrategia que le permita no ser arrollada por el impulso asiático y por la solidez europea, y en este barco no solo están México y los países de América Latina, también lo están Estados Unidos y Canadá.

En 10 años más, de seguir las cosas al ritmo en que van ahora, las condiciones cambiarán, y que China será el gran referente global, desplazando a la que hasta hoy es la mayor potencia económica y militar del orbe.

Por esa razón, las palabras del presidente en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) realizada este fin de semana en la Ciudad de México, tienen una importancia central, a partir de la idea de construir esa Unión Económica Americana.

El presidente habló del objetivo, anteponiendo 3 premisas:

1.- El respeto a la soberanía de cada nación y la cooperación para combatir la profunda desigualdad entre los países del continente

2.- Establecer un tratado para fortalecer el mercado interno de todo el continente, que incluya la fabricación de productos terminados a fin de lograr un mejor balance a partir del autoconsumo de los productos de la región.

3.- Inversión para el bienestar de todos los pueblos de América, es decir que se inviertan recursos en el desarrollo de las naciones más pobres a fin de poner parejo el terreno, pues de acuerdo con la visión de AMLO “progreso sin justicia es retroceso”.

La propuesta es crear la comunidad económica, financiera y comercial de los países de América.

El presidente en concreto señala que a pesar de que América tiene un déficit importante con Asia y Europa en cuanto a compra de productos terminados, y que incluso el continente posee apenas el 24% de la población que tiene Asia, su fortaleza es todavía la capacidad de consumo, pues mientras un ciudadano americano compra en promedio 23 mil 347 dólares por año,  un asiático consume 4 mil 716 dólares al año, es decir una proporción de 5 a 1.

“Las ventajas son muchas. Entre otras, contamos con fuerza de trabajo joven y creativa; hay buen desarrollo tecnológico; somos un continente rico en recursos naturales, con una amplia diversidad cultural; las distancias entre nuestros países nos permiten ahorrar en fletes y, reitero, existe suficiente demanda de mercancías en nuestros mercados”, anota AMLO.

Claro la visión de una América unida en lo económico, pasa por la necesidad e tomar acuerdos en infinidad de diferendos políticos y que Estados Unidos deje a un lado esa visión de que América es solo para los americanos nacidos en ese país.

El tema puede parecer una utopía, sin embargo vistas las cosas desde la perspectiva económica y el bienestar, creo que bien merece la pena abrir una discusión y la posibilidad de acuerdos para avanzar en ese sentido.

Demián Duarte I Twitter @Demiandu I Contacto: demiandu1@me.com