Ante la determinación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de impulsar el retorno a clases presenciales a partir del 30 de agosto próximo, lo que implicaría que alrededor de 34 millones de estudiantes acudan de nuevo a las aulas, se genera gran polémica.

El asunto, que en otros países se asume como normal e incluso necesario, en nuestro México polarizado por una oposición que sistemáticamente dice no a todo y se ha convertido en el tema de fondo.

El miedo creado en la gente a partir de la presencia de la Covid-19 es el catalizador de esa polémica y es natural, que se nos plantee el temor a un enemigo invisible que pone de manifiesto uno de nuestros mayores temores como seres humanos que es el miedo a la muerte.

Sin embargo creo que ese temor, que por momentos aparece como un asunto irracional, no tiene porque cerrarnos la posibilidad de vivir y por tanto de desarrollar nuestras actividades cotidianas como el estudio y el trabajo.

Como sociedad aprendemos de la enfermedad, sus alcances y los peligros que representa y entendimos que una serie de medidas de cuidado son suficientes para evitar el contagio.

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Las medidas que nunca está de más recordar son: el lavado de manos, el distanciamiento de aglomeraciones y el uso de cubrebocas en espacios públicos cerrados.

Yo agregaría la práctica de hacer ejercicio y una buena alimentación, así como una estricta higiene personal, como medidas esenciales, no solo para evitar enfermar de Covid, sino como una estrategia para evitar enfermar de cualquier otra cosa, ya sea una enfermedad viral o una crónico degenerativa.

El hecho es que solo una sociedad más saludable, tendrá la capacidad de salir al paso de esta u otra epidemia.

Ahora como argumento para el regreso a las escuelas, es importante hacer ver que la estrategia de vacunación consideró en primer lugar a los maestros de todos los niveles y el hecho de que los jóvenes, incluidos niños y adolescentes no son considerados población vulnerable y que en efecto la incidencia de la pandemia ha sido mucho muy menor en ese grupo poblacional, que en los adultos y adultos mayores.

El asunto es que esa porción poblacional es la más sana y libre de comorbilidades como la diabetes, la obesidad y otras enfermedades que de manera comprobada impulsaron a la alza los contagios y la tasa de mortalidad, haciendo de México el cuarto país con más fallecimientos comprados en relación al Coronavirus, con 248 mil casos documentados.

Coincido con el presidente López Obrador y la secretaria de Educación Delfina Gómez en que el regreso a clases presenciales no solo es deseable sino necesario, tras el confinamiento de un periodo de casi 18 meses.

La escuela es parte integral de la formación de las personas, es donde más allá del aprendizaje académico, se generan nuestras experiencias de vida, donde el individuo tiene su formación, donde establece sus relaciones personales e incluso afectivas, en donde se desarrollan nuestras habilidades por ejemplo para el deporte.

Veo con preocupación a la generación más joven privarse de todo esto y observo como la situación los lleva a tener fuertes afectaciones en su salud física (por el sedentarismo) y mental (por el aislamiento), además claro está de la merma en la formación académica, porque aun con las clases virtuales, está claro que no es lo mismo la experiencia en las aulas, la convivencia e interacción con los maestros y los compañeros, que la posibilidad de llevar clases de manera virtual, por mas televisiones, computadoras e internet que tengamos.

De hecho una estadística preocupante son los suicidios de adolescentes y jóvenes que han ido en alza, lo mismo que los episodios de violencia intrafamiliar, pues la convivencia en el núcleo íntimo de las familias se ha llevado a tal extremo que en muchos casos ha aparecido lo peor que tenemos como sociedad.

También deben preocupar los niveles de obesidad infantil que esa vida sedentaria ha traído consigo, en donde es necesario que ahora el gobierno despliegue toda su capacidad a fin de promover la práctica del ejercicio en todos los niveles para mejorar de manera integral la salud de los mexicanos.

El regreso a las escuelas es necesario, como necesaria es la reactivación y retorno a la normalidad en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Es algo que no se puede soslayar.

México ha conseguido avanzar en la estrategia de vacunación pronto la mayor parte de la población adulta habrá recibido sus dosis con efectos tajantes sobre las tasas de mortalidad, porque la Covid-19 seguirá ahí, el asunto es aprender a vivir y convivir con la enfermedad.

Es la hora de volver a vivir sin miedo.

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