Hace unos días, una persona que labora para la empresa Transportes Aeromar me envió una fotografía con el siguiente mensaje: “Hola Ximena, buenos días, quiero mandarte información del avión que se encuentra parado en Guadalajara, esto por paro de motor el vuelo el día sábado, por el mal servicio de mantenimiento. El avión se encuentra fuera en el MRO, el vuelo venía lleno de la ruta Puerto Vallarta-Guadalajara y se declaró en emergencia”.
Por supuesto que un mensaje así preocupa. La crisis económica que vive la aerolínea ya está poniendo en riesgo la seguridad, tanto de pasajeros como de trabajadores. Por eso me quedé en incredulidad plena cuando vi que Forbes publicó la nota titulada: “Quitan embargo a cuentas y marcas de Aeromar pese a deuda con el AICM”.
¿Qué está pasando?, ¿está fallando la comunicación entre Secretarías de Estado? ¿por qué se le permite a Aeromar seguir operando? Ya se han hecho varias denuncias sobre la “canibalización” de los equipos (quitar piezas y refacciones a unos equipos, para colocarlas en otros). Sí, de esta manera se logra que la aerolínea pueda seguir prestando servicio, pero ¿a qué costo?
Tengo comunicación con el personal de mantenimiento de la aerolínea, y los trabajadores que aún quedan prestando sus servicios, a pesar de la falta de pago por parte de Aeromar, denuncian que lo que pasó el sábado con ese avión -que iba de Puerto Vallarta a Guadalajara- es porque los motores están sobrepasados en horas. A ellos como empleados responsables les están haciendo firmar “arreglos” que no se hacen, y además los inspectores, como jefes, son cómplices, todo con tal de seguir manteniendo los aviones en vuelo.
Van a denunciar esto ante la Agencia Federal de Aviación Civil, pues están hartos de estar sin refacciones, sin el personal necesario y canibalizando equipos. Ya hubo un incidente como consecuencia de este tipo de prácticas; recordemos la falla en el sistema de frenos, que en agosto de este año, tuvo el equipo del vuelo VW433 de Aeromar, procedente del Aeropuerto Internacional de Acapulco General Juan N. Álvarez. No olvidemos que tuvieron que desalojarlo de la pista del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Y justamente en este mismo espacio denunciamos que la empresa había sacado de un avión que estaba en tierra el sistema de frenos, que ya no funcionaba, y se le colocó al que estaba volando, por órdenes de Vicente Salmerón y su cómplice Jorge George Ramírez.
Es tal la desesperación de los trabajadores del área de mantenimiento de la aerolínea que les comparto el siguiente mensaje que me hacen llegar: “Hola espero que nos ayudará en publicarlo y comentarlo; nos urge está ayuda antes de que pase una desgracia gracias por todo”. ¿Y saben por qué es su miedo?, porque para ser mecánico, la AFAC les otorga una licencia, y cada arreglo que se le hace al avión, se tiene que firmar en la bitácora correspondiente, y al igual que pasa con Oficial de Operaciones, cualquier incidente con ese equipo, puede acarrear responsabilidades penales y civiles; un accidente vuelve responsables a quienes hayan firmado, y sin más ameritarían ir a la cárcel.
Esa es la razón principal de su desesperación, pues están siendo obligados a firmar “arreglos” inexistentes, y si algo falla, ellos serán los culpables. La industria aeronáutica es algo muy serio; por eso mi desasosiego ante una nota que afirma que el SAT ha quitado los embargos que tenía con Aeromar, a pesar de que los adeudos se mantienen.
El dueño de Aeromar, Zvi Katz, sigue en Israel. La propuesta que había hecho el gobierno para su “rescate” parece que se quedó solo en las buenas intenciones de impedir la desaparición de otra línea aérea. Aquí el problema es más grave, ¿dónde está la AFAC?, no puede ser que “les hagan de chivo los tamales”, como se dice popularmente.
Con este tipo de circunstancias, nos hace ver por qué seguimos en Categoría 2; uno de los puntos por los que reprobamos como país fue precisamente la falta de inspectores. Obvio, se necesita de gente que sepa de aviación, para que cuando inspeccione un equipo, no se conforme con la firma del mecánico en la bitácora, sino que de verdad verifique que los aviones se encuentran en óptimas condiciones para brindar un servicio de transporte a pasajeros.
Estamos hablando de vidas humanas, que deben ser resguardadas desde que salen del punto A hasta llegar al punto B. La seguridad es siempre lo más importante dentro de la operación aeronáutica y no se debe permitir -bajo ninguna circunstancia o motivo- que se simule; ¡no señores!, con la vida de la gente no se juega, y eso va para el director de Aeromar, Danilo Correa.
También le hablo al Director de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), el General de División Piloto Aviador del Estado Mayor Aéreo Miguel Enrique Vallín Osuna; aquí y ahora le estamos previniendo que la aerolínea Transportes Aeromar en cualquier momento puede pasar de solo tener incidentes, a tener un accidente catastrófico, en caso de que se le permita seguir “simulando” que se le brinda mantenimiento a sus aviones. Urge su intervención de manera inmediata, sobre todo si quiere que regresemos a Categoría 1. Debemos probar que se está velando por la seguridad de todas las operaciones aeronáuticas de nuestra aviación nacional.
Antes de pensar en armar una aerolínea, el Estado debe velar por la seguridad aeronáutica, y no solo en el discurso; requerimos que se tome con celeridad y seriedad el caso de la aerolínea Transportes Aeromar, aún estamos a tiempo.