La idea principal de este texto no es ni remotamente presentar un argumento en defensa de Felipe Calderón Hinojosa o de su gobierno. A la luz de los sucesos y del juicio de la historia, el último gobierno panista cometió serios errores, principalmente relacionados con la estrategia de seguridad, y, desde luego, a raíz de las revelaciones sobre el caso de Genaro García Luna.

Sin embargo, a pesar de que el gobierno de Felipe Calderón concluyó hace 12 años, los corifeos de la 4T no han cejado en su empeño de culpar al gobierno panista de todos los males que aquejan a la nación.

Haré enseguida tres breves menciones (entre cientos)  sobre propagandistas asaz impresentables: Arturo Zaldívar, Gerardo Fernández Noroña y Epigmenio Ibarra.

El martes pasado Arturo Zaldívar, en el programa  “Es la Hora de Opinar”, aseguró que las propuestas de Xóchitl Gálvez eran de corte “calderonista”. Como bien se expresa en inglés : What the fuck does that mean? … y en su traducción al español: ¿Qué carajos significa eso?

El ex ministro, quien no se ha distinguido por sus valores éticos y por su convicción democrática, especialmente tras su traición al espíritu del Poder Judicial, busca descalificar las propuestas del Frente con referencias sobre el pasado sin sustancia ni contenido.

Noroña, ni se diga. Con sus reiterados mensajes incendiarios, más dirigidos a polarizar que a la presentación de propuestas, vive permanentemente en la primera década de los 2000. Obsesionando con el gobierno de Calderón, recurre incesantemente a las referencias al “gobierno usurpador” sin reconocer las innumerables fallas del “compañero presidente” (con ese bochornoso apelativo que recuerda a la Cuba castrista que tanto añora el sujeto)

Ibarra. Con ese tono aleccionador más cercano al salinismo que a los políticos modernos, busca cautivar a sus seguidores con descalificaciones hacia la “derecha”; como si, efectivamente, la “izquierda” que ellos juran representar contase con el monopolio de la verdad y la legitimidad. Nada más lejano de la realidad.

¿No ha llegado el momento en 2024 de qué AMLO y sus fieles propagandistas reconozcan que ellos también han fracasado estrepitosamente en materia de seguridad y que el crimen organizado reina en el país? ¿No deben asumir  una mínima estatura de Estado y hacer una genuina autocrítica? ¿O seguirán simulando que ha existido una verdadera transformación de la vida pública de México con sus mensajes vacuos sin anclaje en la realidad del país? ¿No ha llegado el momento de olvidarse de Felipe Calderón?