Con la conmemoración del “Día mundial contra la Trata de personas”, desde el año 2014, se pretende crear conciencia sobre este terrible delito contra los seres humanos.
Se habla mucho, tanto en medios de comunicación como en redes sociales, que uno de los grandes males que aquejan nuestro país es el narcotráfico. Hemos comprobado que al igual que el ser mitológico de la antigua Grecia, la Hidra de Lerna, es una especie de serpiente de mil cabezas de dragón, que no importa cuánto te empeñes en cortarlas, pues de donde cortas una, nacen otras dos.
Pero los delitos no suceden de forma aislada, sino que se entrelazan varios, haciendo que esa Hidra sea aún más difícil de vencer. Y es que después del tráfico de armas y de droga, la trata de personas es el delito que más padecemos.
Lo preocupante de éste, es que no importa tu nivel social, económico, intelectual; a lo largo de nuestras vidas todos podemos ser -en un momento dado- víctimas de trata; déjenme platicar una experiencia personal. Durante la pandemia, todo el mundo (literal) se las vio negras, y durante el tiempo de confinamiento las redes sociales fueron nuestra ventana al mundo exterior.
Económicamente todos lo resentimos, y mientras veíamos y vivíamos tiempos de vacas flacas, en redes sociales -como Facebook- empezaron a aparecer “anuncios” donde ofrecían atractivas cantidades de dinero para ser “conejillo humano de indias” de empresas farmacéuticas, o por lo menos así se presentaban. Eran anuncios donde el gancho era el llamativo pago por tomar durante cierto tiempo un “tratamiento médico”, que no tendría ninguna consecuencia negativa en la salud.
No les voy a mentir que varias veces me vi tentada a contestar los “cuestionarios de contacto”, pero mi alma miedosa a perder la salud, por muy atractivo que fuese el pago, me hizo declinar del intento.
Por esta razón, ahora que fui a la exposición itinerante “Destino: Libertad. La ruta de la trata de personas” me percaté que esa es una forma de “trata” de personas. Uno concibe que solamente se busca gente para la explotación sexual, pero el preocupante problema de la trata va más allá.
La directora de exposiciones temporales del Museo Memoria y Tolerancia, Linda Atach, nos dio a la bienvenida al evento, y dio paso a esta exposición, pequeña pero muy contundente.
Las cifras del delito de la trata de personas son preocupantes. Lamentablemente nuestro país tiene un triple papel: actúa tanto como origen, tránsito y destino. Lo datos que aportó son devastadores, tan solo el año pasado se registraron 692 víctimas de ese delito, pero eso no es lo peor, sino que existe evidencia de que el 90% de las ocasiones no se denuncia.
Por eso la importancia de esta exposición, en la que han colaborado tanto el Museo Memoria y Tolerancia como la aerolínea Aeroméxico. Primero porque es importante la visibilización de este delito, para concientizar a la sociedad que cualquiera podría ser víctima y luego porque debemos ser conscientes de que nuestra labor como ciudadanos es ayudar a impedir que esto ocurra, y podemos hacerlo si observamos las señales.
Aeroméxico, como otras líneas aéreas, ha adoptado medidas para capacitar a su personal, y reconozcan cuáles son estas señales de alerta. Yo puedo decirles, por mi propia experiencia del tiempo que volé en la antigua Mexicana de Aviación, que nosotros no teníamos un protocolo para evitar la trata de personas; sin embargo siempre fue parte de nuestras funciones estar muy atentos a todo lo que ocurría con los pasajeros, y un punto clave para detectar posibles “irregularidades”, era el momento del abordaje de un vuelo.
Esos breves minutos en que los pasajeros suben al avión y se dirigen a su asiento, nos permiten a los sobrecargos observarlos, y uno termina aprendiendo a reconocer qué pasajero va a ser problemático, y a detectar cuestiones “raras”. Alguna vez, en un avión de Mexicana, un adulto se sentó a un lado de una menor sin acompañar, e intentó acosarla sexualmente.
A raíz de ese hecho, se endureció el manejo de menores a bordo, y se implementó todo un protocolo, con resultados plausibles. Ahora sucede lo mismo, pero con el tema de la trata, lo cual yo celebro, pues se han podido evitar muchos de estos delitos gracias al actual adiestramiento que toman, tanto el personal de tráfico, como los tripulantes de cabina, que son el personal con el que más contacto tiene con el pasaje, durante todo el tiempo que duran los vuelos.
Durante su intervención, el representante en México de la UNODC (United Nations Office on Drugs and Crime: Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito), Kristian Hölge, enfatizó a no voltear hacia otro lado, sino que bajo el lema “No podemos dejar a ninguna niña, niño o adolescente atrás en la lucha contra la trata de personas, nos unimos globalmente para reafirmar nuestro compromiso con la protección de la infancia. Nos obliga a mirar a quienes están sufriendo”.
Mark Johnson, jefe de misión adjunto de la Embajada de los Estados Unidos en México, aprovechó para hablar de la colaboración que existe entre su país y el nuestro para el combate este delito.
La campaña “Corazón Azul”, principalmente busca crear conciencia, y no es gratuito el uso de ese color; se busca transmitir la angustia de la víctima del delito de trata de personas, quienes muchas veces lo único que quieren es acabar con su vida para salir de ese infierno.
Como lo dije anteriormente, la trata no es solamente el abuso sexual de una persona. Sabemos de casos en que hombres “enamoran” a mujeres para después llevarlas con engaños a otro estado, incluso a otro país, para posteriormente venderlas en el negocio de la prostitución.
Pero también está el tráfico de órganos, o el negocio de las adopciones ilegales de infantes, así como el esclavizar -en pleno siglo XXI- seres humanos para realizar trabajos forzados, ingresar al crimen organizado y servir ya sea como “camello”, “halcón”, u cualquier otro “cargo” dentro de la organización delictiva, pero también existen los tratamientos médicos que no tienen “certificaciones” de los medicamentos usados, y que son un riesgo para la salud de quien acepta.
Por eso es importante hablar del tema, y que la gente conozca las pequeñas sutilezas que se usan para engañar, pues una repentina y “atractiva” oferta de trabajo, podría convertirse en la peor pesadilla, de la cual no puedas salir.
Un dato muy importante que se dio a conocer fue: “Según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas 2022 de UNODC, tan solo en la región de Norteamérica (México, Canadá y Estados Unidos), la mayoría de las víctimas detectadas son mujeres adultas que representan el 61% de las víctimas totales, mientras que el 14% son hombres adultos, 21% niñas y 4% niños. Además, la principal modalidad detectada es la explotación sexual, que representa un 73%, y trabajos forzados, con un 21%.
Con relación a la explotación sexual, destaca que 69% de las víctimas son mujeres, 27% son niñas, 2% hombres adultos y 2% niños. En cuanto a trabajos forzados, el 41% de las víctimas son mujeres adultas, 49% hombres adultos, 4% niñas y 6% niños.”
El vicepresidente ejecutivo digital y de experiencia al cliente de Aeroméxico, Andrés Castañeda, destacó que como línea aérea se tiene una gran responsabilidad, pues en este delito se puede interferir por producirse en la “fase de traslado”. Y destacó la importancia de los tarjetones que están en los 150 aviones de Grupo Aeroméxico, a los 110 destinos de la línea aérea con un potencial de alcance de más de 24 millones de pasajeros.
La importancia de este tarjetón es que, además de tener entrenado al personal de la línea aérea, se busca encontrar aliados en los pasajeros y la sociedad, para que conozcan las señales de alerta de este terrible delito. La información que contienen estos tarjetones es concreta y legible, sobre cómo detectar un posible delito y cómo denunciarlo. Eso es fundamental para el correcto combate a la trata de personas.
La exposición es itinerante y durará del 30 de julio al 30 de octubre; podrás visitarla en el Museo Memoria y Tolerancia, y después estará en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México “Benito Juárez”; también estará en otras terminales aéreas del país, como en los Estados Unidos de Norteamérica.
Al evento de inauguración estuvimos cerca de 250 personas, y la exposición es muy emotiva. Estuvieron presentes tres víctimas de trata de personas, y se mencionó otra víctima de este terrible delito: Norma Bastidas, una mexicana que escapó de Japón, cuando fue allá engañada por una oferta de trabajo como modelo, y terminó siendo explotada sexualmente.
Ella formó parte de la campaña “Corazón Azul” de las Naciones Unidas. Y los invito a leer más sobre su caso en particular, y en general sobre este doloroso asunto. Sirve sensibilizarnos y no voltear a otro lado si sabemos que se está produciendo un delito; todos somos responsables de su combate.
Recomiendo que vayan y visiten la exposición. Como lo dije, es pequeña pero contundente y muy emotiva; gracias al Museo Memoria y Tolerancia por su recibimiento tan caluroso, y a Aeroméxico por no hacerse a un lado, sino de tomar este asunto de frente, haciendo una gran colaboración en conjunto con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la campaña de “Corazón Azul” de la ONU.