El 28 de septiembre se conmemora el Día Internacional del Acceso Universal a la Información. Esta fecha fue instituida originalmente por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) el 17 de noviembre de 2015. Cuatro años después, en 2019, la Asamblea General de la ONU también adoptó este Día Internacional que, anualmente, es conmemorado por las más diversas organizaciones de la sociedad civil y organismos gubernamentales en todo el mundo.

El derecho humano de acceso a la información desempeña un papel fundamental en relación con las posibilidades de desarrollo personal y colectivo, la democracia y la igualdad al interior de las sociedades en las que el mismo es observado, respetado y debidamente garantizado en su vigencia y eficacia.

El acceso universal a la información implica que toda persona tenga la posibilidad y el derecho a buscar, recibir y difundir todo tipo de información. En este sentido, este derecho debe entenderse como parte integral y fundamental de la libertad de expresión. Asimismo, en línea con lo anterior, debe destacarse que los medios de comunicación de todo tipo, tradicionales y/o digitales, cumplen un rol de la mayor importancia para la sustancialidad de este derecho, cuando informan a las personas acerca de temas de su interés. Sin embargo, también es necesario visibilizar que, al cumplimiento de tan relevante función de construcción de una opinión pública informada, crítica y participativa; subyace la efectiva posibilidad de los propios medios para buscar y recibir información. Por tanto, el derecho al acceso universal a la información se vincula también con otros importantes derechos y libertades de cuño democrático como a la libertad de prensa, a saber, a entender y a la verdad.

La lógica y racionalidad que se encuentran detrás de este derecho del que somos titulares todas las personas, se ubica en el hecho de que solo personas informadas pueden tomar decisiones de igual naturaleza en relación con sus intereses, demandas, necesidades y posibilidades de avance y desarrollo tanto individual como colectivo.

En este siglo marcado por lo digital tenemos, como humanidad, la gran oportunidad de aprovechar los diversos avances y desarrollos tecnológicos con que contamos, con el objeto de potenciar, impulsar, así como para extender, decidida y contundentemente, los alcances y el valor instrumental que tiene este derecho humano para efectos de ejercer, disfrutar y gozar de muchas otras libertades y derechos. Ello, en beneficio y utilidad de todas las personas en el sentido ya apuntado previamente; pero, asimismo, de cara a los problemas globales que como civilización enfrentamos en materia climática, migratoria, económica, energética, etcétera.

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En virtud de lo anterior, en este año, la ONU ha enfocado las actividades que realizará para conmemorar este Día Internacional en torno a la directa relación que existe en la actualidad entre el acceso a la información y las inteligencias artificiales con las que convivimos en lo virtual.

Reflexionar y debatir sobre esta cuestión, es de la mayor relevancia si consideramos los beneficios que pueden derivar para nuestras sociedades si nos apoyamos en estas tecnologías para no solo analizar información relacionada con temas locales, nacionales, regionales y globales; sino también, para responder oportunamente ante las necesidades y demandas de las personas, así como para generar escenarios y rumbos alternativos que nos permitan anticiparnos a contextos adversos o reaccionar más eficazmente ante ellos.

La inteligencia artificial y la gobernanza digital, son elementos cuya debida y regulada orientación y utilización, pueden ser claves para no solo mejorar cualitativa y sustancialmente el acceso a la información. Ambas, pueden derivar en reducciones de la brecha digital, al igual que en servicios públicos mejores y verdaderamente universales en su cobertura.

Avanzar por esa ruta es imperativo. En el camino, sin embargo, tendremos que cuidar en cuanto a su proyección en el ámbito digital, aspectos como la privacidad, la intimidad, la autodeterminación informativa, la protección de los datos personales y otros derechos fundamentales de las personas, así como el uso ético de los desarrollos tecnológicos en los que nos apoyemos para dar forma a una efectiva y muy necesaria gobernanza electrónica.

Mtro. Julio César Bonilla Gutiérrez, Comisionado Ciudadano del INFO CDMX