Acabamos de ser testigos de uno de los actos más autoritarios y antidemocráticos de la historia nacional, algo que hace muchas décadas no se veía en México: la imposición de leyes y de políticas, sin tomar en cuenta al Congreso de la Unión, sin que la oposición haya sido capaz de cambiar ni una coma.
La Ley de Ingresos y el Presupuesto pasó con los votos de Morena y sus vasallos del PT y PVEM, sin tomar en cuenta a la oposición.
“Sí por México”
Ante la negativa de Morena de escuchar a los dirigentes de los partidos de “Sí Por México” que no se sentarán siquiera a revisar aspectos negociables de las reformas energética, electoral y de la Guardia Nacional, que, por tratarse de reformas constitucionales requieren de mayoría calificada, se escucharon las voces de Alejandro Moreno del PRI y Jesús Zambrano del PRD, pero no la de Marko Cortés del PAN, ya que éste, se ha concentrado en la grilla para debilitar a su partido.
Su voz se escuchó tenuemente en la reunión con alcaldes de “Va por México”, un posicionamiento muy “agachón” y sumiso, casi de ruego:
“Lo que le pedimos a Morena, al PT y al Partido Verde es que se abra la discusión, que no nos avienten la aplanadora, que no saquen el dictamen sin moverle una coma”.
Marko Cortés, presidente del PAN
Pues bien, Marko Cortés parece ser que de nueva cuenta se agachó ante el señor feudal y en lugar de apoyar los principios y posiciones del PAN, se dedicó a destruir a su partido, a confrontarlo internamente y dejarle camino libre al compañero presidente para que haga y deshaga lo que se le antoje.
Si bien presentaron una propuesta alternativa del PEF, junto con los de Sí por México, más allá del discurso en tribuna y una rueda de prensa, no hubo acciones adicionales que obligaran al Ejecutivo a acordar mejoras.
Mientras, en el Congreso, los legisladores de oposición se “rasgaban las vestiduras”, para, al menos, dejar constancia de la gravedad que implica la Ley de ingresos y el Presupuesto de AMLO; Cortés, quien primero dijo que su partido no tiene oportunidad de nada en las próximas elecciones y, para salir al paso de las críticas, se hundió aún más, a través de un boletín en el que, sin consultar a nadie, en un intento de callarlos, lanzó invitaciones a diversos panistas para que ocupen una delegación nacional y coordinen campañas a las gubernaturas del 2022, por “generosidad y gratitud partidista”; lo que generó más molestias.
Derrotista ante el poder, tirano hacia su partido
La intención de Cortés fue clara, distraer la atención del debate legislativo y dejar sin apoyo al PAN en el Congreso. De hecho, los invitados mostraron su enojo. El exgobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, llamado para coordinar la campaña a la gubernatura de Oaxaca, escribió que no participará en ninguna actividad con la actual dirigencia del PAN: “no seré cómplice de la destrucción del partido ni en la extinción de la democracia y la libertad mexicanas. Urge recuperar la altura, visión y talento”.
Por su parte, el exdirigente del PAN, el senador Damián Zepeda señaló:
“increíble el CEN del PAN. Sin diálogo previo anuncia cargos para quienes hemos difundido una opinión distinta. Infantil, cero políticas, pura imagen. Yo ayudaré al PAN siempre, en todo el país, en todas las campañas de 2022,23 y 24, pero no formaré parte de un CEN que no comparto”.
Damián Zepeda
La exdiputada y exaspirante a la dirigencia nacional del PAN, Adriana Dávila, quien rompió con Cortés luego de acusarlo y de comprobar acciones irregulares en el proceso interno, fue invitada como coordinadora política y territorial para la gubernatura de Hidalgo, al igual que los otros, molesta respondió: “qué lástima que sean las redes sociales el medio que Marko Cortés usa para evadir responsabilidades y ‘distribuir’ tareas a quienes hemos manifestado una visión distinta para hacer las cosas en Acción Nacional”.
El único que aceptó la perversa invitación de Cortés, fue Santiago Creel, un arribista que con su militancia ha provocado rompimiento en el PAN. Creel es un mercenario que poco o nada ha aportado al partido y a la vida democrática nacional y, que al igual que Marko, parece ponerse al servicio de AMLO.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó que cualquier militante del partido puede impugnar el proceso interno, así que ante la abierta inconformidad por el entreguismo de Cortés al poder que ejerce AMLO, cualquier militante lo puede hacer, aunque con la consideración de que la elección no se puede repetir, pero se reconoce el derecho legítimo de los militantes a impugnar el proceso lo que debería ser suficiente para llevar a Cortés a su renuncia.
MorePan
El PAN necesita una recomposición de fondo, para evitar que pase lo que ya parece inminente, como bien lo explicó Guadalupe Acosta Naranjo: “el presupuesto de un solo hombre; el partido de un solo hombre; el pensamiento de un solo hombre; el gabinete de un solo hombre; el Congreso de un solo hombre; el proyecto de un solo hombre”.
El PAN se enfrenta a uno de los más grandes retos en su historia y requiere un relevo urgente en su dirigencia nacional, quitar a Marko Cortés y regresar al partido a su sitio, como un instituto con propuestas y probada fuerza político-electoral; con una dirigencia nacional a la altura y que dé respaldo a sus legisladores y a sus gobernadores y que represente dignamente a su militancia.
Veremos hasta dónde llegan AMLO y Morena para apoyar la traición de Cortés a su partido, antes de que el recuento de los daños por la crisis interna sea mayor y que el partido logre concentrarse en ser la oposición al gobierno que el país necesita.