Augusta AW109. “Qué bonito, qué diseño, qué belleza”, dijo Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula del helicóptero que utiliza el diputado Ricardo Monreal. En charla con el periodista Marco Silva, el titular del noticiero radiofónico líder informó que tal aeronave, registrada en Estados Unidos, vuela muy frecuentemente entre Toluca y la Ciudad de México, trayecto de 14 minutos con un costo de 5 mil 150 dólares más IVA.
Adán Augusto López utliza un reloj A. Lange & Söhne de casi un millón de pesos. Tiene otros, también carísimos, como el Omega x Swatch MoonSwatch Mission to Saturn, el Patek Philippe Aquanaut y el IWC Portofino Hand Wound Moon Phase.
A Marcelo Ebrard se le ha visto con un Rolex Sumariner Date de más de 300 mil pesos.
Un morenista coahuilense, Antonio Flores Guerra, es conocido como Lord Lamborghini por manejar su automóvil de alrededor de 7 millones y medio de pesos por las calles del municipio de Melchor Múzquiz.
De fábula los viajes de Pedro Haces y su riqueza inmobiliaria. El año pasado la prensa yucateca reportó que este diputado “de domingo a domingo… asistió a dos eventos destacados en dos continentes distintos, de América a Europa y de regreso”. La Feria de Abril en Sevilla y una semana después el Gran Premio de Fórmula Uno de Miami. Es además socio de plazas de toros en España, incluida la de Madrid. Su rancho en el Ajusco es considerado simple y sencillamente alucinante por quienes lo conocen. También le da por los helicópteros, como a Monreal, y por los relojes de lujo, como un Richard Mille, de aproximadamente 5 millones de pesos.
¿Qué se les puede regalar en Navidad si lo tienen todo y en exceso? Claudia Sheinbaum debería despedirlos. Puede hacerlo con Marcelo Ebrard, su subordinado, pero este se refugiaría en el Senado. Entonces, no tiene la presidenta más opción que soportarlos como compañías indeseables de un movimiento, el de la izquierda mexicana, que si no se higieniza a sí mismo muy pronto será destruido.
Morena creció gracias a una comparación: la vida austera de activistas nada interesados en el dinero y sus lujos —AMLO, Sheinbaum, destacadamente— versus la suntuosidad de priistas, panistas e integrantes de la corte suprema tan exhibicionistas con sus relojes caros, sus viajes costosos, sus gusto por las aeronaves privadas…
Ayer, en El Heraldo, uno de los juristas más cultos y honestos de México, Juan Luis González Alcántara Carrancá, todavía ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, escribió acerca de “la reforma judicial como regalo de Navidad”. Juan Luis, para enviar su mensaje, utilizó una novela de Charles Dickens, Cuento de Navidad.
El ministro recordó que tres fantasmas se le aparecían cada noche al decrépito explotador Ebenezer Scrooge: “Cada uno representa las navidades del pasado, del presente y del futuro, este último es el más siniestro de todos”.
El fantasma del pasado “figura andrógina e indefinida, refleja lo vetusto, aunque a la vez, la juventud añorada”.
El siguiente párrafo del ministro Alcántara Carrancá debe ser leído con mucho cuidado en Palacio Nacional —una pena que nadie haya analizado este tema con mínima seriedad en los gobiernos anteriores y en la SCJN actual, la que ya se muere pero que llegó a sentirse invencible—:
“… El fantasma del presente resulta un gigante bullente que promete abundancia y que, no obstante, debajo de su túnica verde esconde a dos niños famélicos que representan a la Ignorancia y a la Necesidad. Bien le advierte este fantasma a Scrooge: ‘guárdate de los dos y de todos los de su género, porque en la frente llevan escrito la Condenación’…”.
Ministro González Alcántara Carrancá
El fantasma del futuro es el caos: “Avizora lo funesto y lo sombrío como resultado de un comportamiento necio, ‘sin una chispa de generosidad’…”.
Desde luego, el pronóstico de Juan Luis González Alcántara Carrancá es que será un desastre la implementación de la reforma judicial. Sobran razones para pensarlo de esa manera, pero en lo personal confío en la capacidad de la presidenta Claudia Sheinbaum para corregir lo que deba ser corregido una vez que quede integrada la nueva judicatura.
Nadie en el pasado —cuando se daban la gran vida priistas y panistas— reflexionó sobre los fantasmas que atormentaban a Scrooge. Conste, no cuestiono los lujos de la gente, siempre y cuando se financien en la vida privada, no traficando con influencias en el sector público o de plano metiendo la mano al erario.
Si no se castigan fuertemente los excesos de gente como Ricardo Monreal, Pedro Haces, Adán Augusto López, Lord Lamborghini y Marcelo Ebrard —y muchos otros— el futuro de Morena será la catástrofe. Estas personas, sin pensar en la resaca que será durísima, gozan con absoluta irresponsabilidad la borrachera del presente en el que tienen mucho poder, desde luego sin haber hecho méritos para obtenerlo. Las dos presidencias de izquierda las ganaron, con sus ejemplos de dignidad personal, Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum.
Con esa gente sin dignidad el futuro de Morena no podrá ser luminoso. Son políticos que no entienden la esencia de ese concepto, el de la dignidad con la que deben ejercerse los cargos públicos: como un deber, como una carga que se toma.
He ilustrado este artículo con una fotografía de la Allegoría della Dignità, de Giuseppe Cesari, que “nos muestra a una mujer que carga un peso sobre sus hombros”.
Es demasiado lo que Claudia Sheinbaum carga. Debería soltar lastre, por supuesto empezando por marginar a políticos como los mencionados que nomás no cumplen con el código de ética de la izquierda mexicana.